La Audiencia Nacional juzgará por un posible delito de terrorismo a Yassine Kanjaa, el marroquí de 25 años que mató a un sacristán en Algeciras el 25 de abril de 2023.
Así lo ha decidido la Sala de lo Penal de este órgano, que ha rechazado el intento de la defensa de Kanjaa de enviar dicha causa a un juzgado gaditano.
Tal y como avanzó EL ESPAÑOL, la defensa del joven, desde el inicio de la causa, ha tratado de demostrar que los hechos investigados no constituían un caso de yihadismo. De hecho, su primera abogada, de oficio, planteó que el joven podía tener sus facultades mentales alteradas a la hora de cometer el crimen.
[La defensa del asesino de Algeciras niega que sea yihadista y pone en duda su equilibrio mental]
Por contra, tanto el juez instructor Joaquín Gadea como la Fiscalía y la Policía Nacional sí consideran que se trataba de un caso de terrorismo islamista. Y la Sala avala ahora esta tesis.
En un auto fechado este viernes, el tribunal desestima el recurso de la defensa de Kanjaa e indica que existen indicios de terrorismo, como plasman los escritos en los que varias acusaciones solicitan que Kanjaa se siente en el banquillo por estos hechos.
"No cabe, como pretende la defensa, realizar una valoración anticipada de la concurrencia o no del elemento subjetivo de la finalidad terrorista ni de la afectación de las facultades psíquicas del procesado en el momento de la comisión de los hechos (...), lo que tendrá que ser objeto de prueba en el juicio oral", responde la Sala.
La defensa de Yassine Kanjaa ya había solicitado en ocasiones anteriores la inhibición de la Audiencia Nacional en favor de un juzgado de Algeciras. Tanto el juez instructor como la Sala de lo Penal ya lo habían rechazado.
Ahora, para valorar la posible inestabilidad mental del acusado habrá que esperar a escucharle a él y a los testigos y peritos durante el juicio.
Tal y como recordaba la Fiscalía en el escrito en el que se oponía a la petición de la defensa de Kanjaa, "si se enviara la causa a Algeciras, la Audiencia Provincial de Cádiz no podría juzgar los delitos de terrorismo calificados, viéndose afectado el derecho a la tutela judicial efectiva".
Terror en Algeciras
La muerte a machetazos del sacristán Diego Valencia ocurrió en la tarde del 25 de enero de 2023 en la localidad gaditana.
Según expresó el juez Gadea en uno de sus autos, fue el "resultado del proceso de radicalización exprés sufrido [por el autor del atentado] durante las semanas previas a la acción criminal, pudiendo catalogarse los hechos como un ataque de naturaleza yihadista".
Como avanzó EL ESPAÑOL, la defensa de Kanjaa trató de demostrar que el joven padecía un trastorno mental para descartar así el móvil terrorista. No ha tenido éxito en ninguno de sus intentos.
El joven marroquí fue detenido después de asesinar a machetazos a Valencia y herir a otras cuatro personas; entre ellas, un párroco. Antes de ello, al filo de las siete de la tarde, había entrado en otra iglesia distinta e increpado a los feligreses.
Posteriormente, regresó a su casa y, como detalla el juez, apagó y guardó su móvil, "conscientemente", en un cajón. Tomó un machete "de grandes dimensiones", que escondió bajo su chilaba, y se dirigió a la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, donde ataca al sacristán Diego Valencia.
Contra los sacerdotes
Además, como desveló este diario, el joven marroquí trató de matar también a un musulmán con el que se cruzó de camino, al creer que se había convertido al catolicismo.
Es por ello, que, en el ya citado auto, Gadea subrayaba que los objetivos del ataque fueron "sacerdotes de la Iglesia católica y musulmanes que no siguen las directrices de los preceptos salafistas" y que la intención del atentado fue la de "alterar gravemente la paz pública, provocando un estado de terror en la población o parte de ella".
Tras haber rematado en el suelo a su víctima mortal, Kanjaa se dirigió a un tercer templo, el Santuario de Nuestra Señora de Europa. La puerta estaba cerrada y, pese a darle varias patadas, no pudo acceder a su interior.
El delito de asesinato terrorista que le atribuye el juez se castiga con prisión permanente revisable. Gadea, tras finalizar la instrucción, también consideró a Kanjaa autor de un delito de lesiones terroristas, castigado con penas de hasta quince años de cárcel.
Inestabilidad mental
Tras ser detenido e ingresar en prisión provisional, los forenses de la Audiencia Nacional analizaron a Kanjaa. Y, en un informe provisional, recomendaron su ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario.
Según ese primer dictamen, Kanjaa presentaba una "sintomatología compatible con trastorno delirante". Desde entonces, la investigación judicial giró en torno a este asunto, si el joven era o no imputable en función de sus condiciones mentales.
No obstante, Gadea, cuando decretó prisión provisional sin fianza para Kanjaa, le atribuyó los delitos de asesinato y de lesiones con fines terroristas, postura que mantuvo durante toda la instrucción.
De hecho, tal y como avanzó este periódico, a través de una comisión rogatoria dirigida al Reino de Marruecos, el juez pidió en dos ocasiones los "antecedentes psiquiátricos" del investigado. El reino alauita no contestó ninguna de ellas.
Por otro lado, Europol incluyó el atentado de Algeciras en uno de sus informes, relacionándolo con otras acciones terroristas vinculadas al islamismo radical. Entre ellos, el ataque a la Iglesia de Notre Dame de Niza o los sucedidos en las de Saint-Etienne-du-Rouvray o en la parisina catedral de Notre Dame. Los tres ocurrieron en Francia desde 2015.
Ya había sido identificado
Kanjaa ya había sido identificado y detenido en junio de 2022 en Algeciras. Entonces, la Policía comprobó que no llevaba documentación de ningún tipo que le permitiera residir en España. Automáticamente, se iniciaron los trámites para expulsarle a Marruecos, su país de origen. Un expediente que se hizo, según el Ministerio del Interior, "con todas las garantías", pero que nunca llegó a culminar en su expulsión.
Cuando cometió el atentado en Algeciras, no estaba siendo vigilado por los grupos de Información de la Policía Nacional, dedicados a la lucha antiterrorista, ni por parte de otras unidades policiales. A los agentes no les consta cómo entró en España ni cuándo.
Antes, en agosto de 2019, consiguió ingresar, montado en moto acuática, en Gibraltar. Tras ser arrestado por las autoridades gibraltareñas, el 2 de agosto de ese año, fue expulsado a Marruecos apenas una semana después. Y en una fecha indeterminada, pero posterior a estos últimos hechos, entró en España.
Piso okupa
Yassine Kanjaa nació en octubre de 1997 en Marruecos. Antes de cometer el atentado, llevaba meses viviendo como okupa en un piso de la calle Ruiz Ragle, muy cerca del centro de Algeciras y a apenas 90 metros de la iglesia donde cometió el atentado. Compartía casa con otras cuatro personas de origen magrebí.
Interrogadas por el juez, confirmaron que el comportamiento de Kanjaa era "normal" hasta un mes antes del ataque. Sus compañeros de piso señalaron que el detenido, un tiempo atrás, bebía alcohol y fumaba hachís, pero que empezó a escuchar de manera asidua versos del Corán y discursos radicales a través de su móvil.
Cuando cometió el ataque, Kanjaa carecía de los papeles necesarios para residir en España y tenía una orden de expulsión a Marruecos desde hacía siete meses, que Interior aún no había ejecutado. Tal y como ha publicado este periódico, de todas las órdenes dictadas, apenas un 4% de ellas llegan a efectuarse.