La Fiscalía General del Estado (FGE) ha trasladado al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Jesús Alonso, la queja formulada por una asociación de víctimas de ETA contra el reportaje elaborado por Jordi Évole sobre el etarra Josu Ternera.
Dignidad y Justicia (DyJ) envió hace unas semanas una carta al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en la que le solicitaba que "visionase" dicho documental, por si enaltece el terrorismo o humilla a sus víctimas. El reportaje, que incluye una entrevista entre Évole y el etarra, va a ser estrenado en el Festival de Cine de San Sebastián.
Además, este lunes se conoció que más de 500 ciudadanos, entre los que se encuentran importantes nombres de la cultura, la política y los medios de comunicación, así como algunas víctimas de ETA, han firmado una carta en la que solicitan al organizador del festival de cine donostiarra que no proyecte el film, que será distribuido posteriormente por Netflix.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, la Fiscalía General del Estado ya ha trasladado el asunto a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que encabeza Alonso.
'No me llame Ternera'
En el reportaje, titulado No me llame Ternera, el periodista Jordi Évole entrevista a José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, más conocido como Josu Ternera y que fue uno de los más destacados y sanguinarios líderes de ETA.
Actualmente, el terrorista, de 72 años, se encuentra en Francia, a la espera de sentarse en el banquillo en el país galo. Y la Justicia española también pretende juzgarle por el atentado contra la casa-cuartel de Zaragoza, ocurrido en 1987 y en el que murieron 11 personas.
La Fiscalía pide para Josu Ternera 2.354 años de cárcel, resultado de multiplicar por 30 cada uno de los once asesinatos que se consumaron y 23, por cada uno de los 88 heridos (asesinatos frustrados).
Aunque Urrutikoetxea no hizo explosionar el coche-bomba, formaba parte de la dirección de la banda terrorista cuando se produjo el atentado.
"Creemos que se debe pensar, por encima de todo, en el dolor de las víctimas vivas que este terrorista sanguinario ha dejado en su camino, teniendo sólo en cuenta que ese reportaje provocará el sangrado de muchas heridas que todavía no han cicatrizado, amén de la posibilidad de que se incurra en los delitos que hemos mencionado", finalizaba la carta enviada por Dignidad y Justicia a García Ortiz.
Respuesta de Rebordinos
Tras la publicación en prensa del manifiesto, apoyado por medio millar de firmas, José Luis Rebordinos, el director del Festival de Cine de San Sebastián, ha descartado que el documental vaya a ser retirado de la muestra. Aunque está dispuesto a que, antes de su estreno, sea proyectado "a un grupo reducido" de personas, en representación de los firmantes.
"El cine es, entre otras muchas cosas, fuente de la historia y se ha ocupado a menudo de llevar a la pantalla a protagonistas, perpetradores de episodios de violencias injustificables, pero sobre las cuales sí ha tenido la voluntad de indagar. Son bien conocidos los casos de Shoah (Claude Lanzmann, 1988), S21: La máquina roja de matar (Rithy Panh, 2003) o The Act of Killing (Joshua Oppenheimer, Christine Cynn, 2012)", ha recordado Rebordinos en un comunicado.
"La no ficción que ahora nos ocupa ni justifica ni blanquea a ETA porque este Festival no proyectaría una película con esas premisas", ha manifestado.
"Por citar un último ejemplo: en una semana en la que se ha recordado el 50 aniversario del golpe de Estado de Pinochet en Chile, no programaríamos nunca una película que justificara aquel ataque violento contra la democracia y sus posteriores represalias sobre miles de víctimas. Sin embargo, sí se programó en San Sebastián un documental que entrevistaba a algunos de sus principales golpistas: Pinochet y sus tres generales (José María Berzosa, 2004). Allí se demostraba que dar la voz no es, ni mucho menos, dar la razón", añade el texto.
"En definitiva, estimamos que la película No me llame Ternera ha de ser vista primero y sometida a crítica después y no al revés. En este sentido, estaríamos dispuestos a realizar una proyección privada previa a un grupo reducido en su representación", ha propuesto Rebordinos.