"Nos hemos dado una última oportunidad. Al todo o nada". Con esta frase ha resumido el dirigente del PP Esteban González Pons el resultado de la reunión convocada de forma urgente por Pedro Sánchez en la Moncloa, nada más conocerse el anuncio de la dimisión de Carlos Lesmes como presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial.
El vicesecretario de acción institucional del PP, que ha asistido el encuentro junto al presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha comparecido luego en la sede de Génova —después de haberlo hecho el ministro Félix Bolaños en la Moncloa— para reconocer que ninguna de las dos partes ha cambiado hoy sus posiciones, pero intentando transmitir un mensaje de contenido optimismo.
"¿Me ven contento? Lo estoy", ha dicho González Pons, que ha considerado que es "una buena noticia" que el Gobierno reciba al principal partido de la oposición y escuche sus planteamientos.
"Ojalá esta reunión signifique que desde la presidencia del Gobierno se va a tener en cuenta lo que opine el principal partido de la oposición" en las cuestiones de Estado, "la Justicia es uno de esos asuntos que requiere de un gran acuerdo entre los dos grandes partidos", ha manifestado.
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A partir de ahí, vuelve a comenzar un camino incierto porque ni el PSOE ni el PP han modificado sus exigencias, en particular en lo que se refiere al sistema de elección de los vocales judiciales del CGPJ. "Las posiciones están todavía muy alejadas", ha reconocido González Pons.
Los socialistas se niegan a entregar a la carrera judicial esa elección, como reclama la Unión Europea, mientras que los populares han hecho bandera de esa tesis, que consideran necesaria para la despolitización de la Justicia.
"Nuestro partido no ha tenido que improvisar su posición", ha dicho González Pons respecto a lo que se ha hablado hoy en la Moncloa durante más de tres horas.
"Mantenemos la propuesta que remitimos al Gobierno en julio", ha añadido con claridad. Ello significa que el PP no sólo insiste en que quiere un compromiso de cambio del sistema de elección de los vocales judiciales del Consejo sino que vincula la negociación de la renovación del CGPJ a la renovación del Tribunal Constitucional.
El TC tiene a cuatro magistrados en prórroga de mandato desde el pasado junio. Su sustitución dará al PSOE la mayoría en este tribunal, porque corresponde al Gobierno elegir a dos de los cuatro nuevos miembros de la Corte de garantías.
González Pons ha sido en esto transparente. Incluir la negociación del TC significa hablar "de la cobertura de la vacante de Alfredo Montoya [que dimitió el pasado julio por razones de salud] y al fair play que suele inspirar los nombramientos del TC por parte del Gobierno", ha explicado.
Sin candidatos
Respecto al CGPJ, el negociador del PP ha indicado que "nuestra única motivación es preservar la máxima independencia de la Justicia. No hemos acudido a hablar de nombres, como si fuera un intercambio de cromos. Lo que corresponde es fijar criterios de idoneidad para llegar a perfiles de prestigio reconocidos y no vinculados a partidos".
También ha reiterado la línea roja de que "sería muy peligroso que el Gobierno hable de nombres con el independentismo" y, de nuevo, que "debemos cumplir el mandato europeo", sobre el sistema de elección del órgano de gobierno de los jueces.
"Dilatar sine die esa reforma es incumplir el mandato de la Unión Europea", ha añadido González Pons, dejando entrever que el PP quiere que se fije un plazo para que esa reforma sea, al menos, objeto de una propuesta.
"Esta es la base sobre la que creemos que debemos empezar a negociar y que es coherente con la posición que la Unión Europea hace llegar recurrentemente a España. Hay que despolitizar la Justicia, renovar el CGPJ y el TC y reformar el modelo", ha insistido.
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El vicesecretario de acción institucional del PP ha "lamentado" la dimisión de Lesmes y que "se haya tenido que llegar a esta situación para que el Gobierno entienda que no estaba en el buen camino y que debe facilitar la negociación".
Ha recordado, en este sentido, que las últimas conversaciones se rompieron porque el Gobierno cambió la ley para forzar al CGPJ a elegir a los dos magistrados del TC que debe designar.
"La brecha era, es, lo suficientemente grande como para que el presidente del Poder Judicial tenga que dimitir. Haber estado tres horas para decir que volvemos a negociar y que hay que reconstruir los puentes no es demasiado tiempo", ha señalado.