El exjefe de ETA José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera, se sentará en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional por el atentado contra la casa-cuartel de Zaragoza en 1987. En este ataque con coche-bomba murieron 11 personas; entre ellas, cinco niños. También provocó decenas de heridos.
La defensa del etarra alegó que la Justicia española no podía juzgar a Ternera por el delito de pertenencia a organización terrorista, ya que había sido enjuiciado y condenado en Francia en 1990 por un delito que considera "equivalente". Así lo hizo constar en un escrito enviado a la Audiencia Nacional a principios de marzo.
Ahora, un auto de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, fechado este lunes, indica "que no concurre la excepción de cosa juzgada, por no tratarse de los mismos hechos materiales, juzgándose en este procedimiento unos específicos que se producen en España, diferente a la pertenencia a la organización terrorista, que se habría producido y condenado en Francia, lo que a lo sumo podría abarcar a los mismos hechos de pertenencia a una organización y misma calificación jurídica de los hechos en España". Contra este auto, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, no cabe recurso.
Los jueces José Antonio Mora Alarcón, José Antonio de Prada (ponente) y María Teresa García consideran que la petición de la defensa de Urrutikoetxea se basa en "una premisa incierta (...) que resulta, por el momento, prematura, como también a una identidad fáctica jurídica que tampoco resulta mínimamente acreditada".
La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide para Josu Ternera 2.354 años de cárcel, resultado de multiplicar por 30 cada uno de los once asesinatos que se consumaron y 23, por cada uno de los 88 heridos (asesinatos frustrados). Aunque Urrutikoetxea no hizo explosionar el coche-bomba, formaba parte de la dirección de la banda terrorista cuando se produjo el atentado.
Tanto la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), como la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) —ambas, acusaciones populares— se habían opuesto a la pretensión del etarra, considerando, al igual que la Fiscalía, que la condena en Francia nada tiene que ver con los hechos por los que se le acusa en España.
El ataque a la casa-cuartel de Zaragoza en 1987 no es la única causa que el exjefe de ETA tiene aún pendiente con la Justicia española. Tal y como ha informado este diario, está personado en la causa abierta contra él y otros etarras de la cúpula de la banda por el atentado de la T-4 de Barajas de 2006 que causó dos muertos. No obstante, aún no ha sido citado a declarar por este asunto ante el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional. Actualmente, el etarra reside en Francia.