"Nada que ver conmigo", dijo Francisco Álvarez-Cascos. "Absoluto desconocimiento", repitió Javier Arenas. "Es falso", sostuvo María Dolores de Cospedal. Los tres secretarios generales que tuvo el Partido Popular en los períodos 1989-1999, 1999-2003 y 2008-2018 han negado este martes en la Audiencia Nacional la existencia de la contabilidad B que reflejan los llamados papeles de Bárcenas.
La más ácida fue Cospedal, que manifestó que no siente hacia el extesorero del PP "animadversión" sino "desprecio": "La caja B es de ese señor y no del PP", dijo varias veces, evitando incluso pronunciar su nombre.
Entre Arenas y Cospedal hubo otros dos secretarios generales: Ángel Acebes, que inauguró el coro de las negaciones en su declaración del pasado día 15, y Mariano Rajoy, que fue luego elegido presidente del partido y al que se espera este miércoles -desde luego, por plasma- en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por el presunto pago de la reforma de la sede de la calle Génova con fondos opacos.
Otro expresidente popular, José María Aznar, está también citado a declarar este miércoles como testigo y tampoco acudirá a la sala de forma presencial. Será la primera vez que Aznar hable en sede judicial sobre la financiación del partido que dirigió durante 14 años y medio, entre abril de 1990 y octubre de 2004.
La pandemia ha facilitado que puedan evitar el paseíllo. La Ley 3/20, de medidas procesales y organizativas para hacer frente a la Covid-19 en el ámbito de la Administración de Justicia, estableció que "hasta el 20 de junio de 2021, inclusive, constituido el juzgado o tribunal en su sede, los actos de juicio, comparecencias, declaraciones y vistas y, en general, todos los actos procesales, se realizarán preferentemente mediante presencia telemática".
La mayoría de los exdirigentes del PP llamados como testigos han invocado esa norma para declarar desde sus despachos. No fue el caso de Álvarez-Cascos, que acudió a la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares y tuvo que esperar varias horas antes de sentarse ante el tribunal, delante de una sala vacía.
- ¿Conoce las anotaciones que aparecen en los papeles de Bárcenas con cantidades recibidas por Paco A.C., P. A. o Cascos?, le preguntó el letrado de la acusación popular Virgilio Latorre.
- Desconozco esas anotaciones porque todas mis retribuciones, absolutamente todas, están declaradas a Hacienda y siempre las hemos percibido a través de cheques nominativos o transferencias. Por tanto, el valor de esas anotaciones es ninguno porque no se corresponden con nada que tenga que ver conmigo.
El antiguo secretario general del PP, al que se le atribuía tal poder en el partido que era llamado el general secretario, desmintió también las afirmaciones de Bárcenas de que en varias ocasiones empresarios introducidos por Álvarez-Cascos hicieron donaciones al partido. "Ni he recibido ni he entregado dinero. Es que nadie me pidió cita para una donación porque nadie entrar a comprar fruta en una ferretería".
Javier Arenas también negó haber sido receptor de los supuestos sobresueldos anotados por Bárcenas o haber tenido reuniones con empresarios para captar donaciones. "Nunca", ha asegurado.
Como los otros 'número dos' del PP, Arenas rechazó que el tesorero le informara del estado de los donativos opacos o de las cuentas al ser nombrado secretario general. Todos ellos sostuvieron que sus responsabilidades eran políticas y que las finanzas eran de la "exclusiva" competencia del tesorero.
"No había jerarquía ni dependencia entre secretario general y el tesorero", explicó Arenas. "Había una responsabilidad política del secretario general, completamente separada de la estructura económica que dirigía el tesorero".
Arenas manifestó que conoció los papeles de Bárcenas "a través de los medios" y luego se los enseñó el juez Pablo Ruz durante la instrucción del proceso.
Sí admitió una comida con Bárcenas en Sevilla en diciembre de 2012, a punto de ser difundidos los papeles de la caja B y cuando el ya extesorero temía la llegada de la comisión rogatoria a Suiza que desveló que poseía una cuenta con 47 millones de euros. "Él me citó un acta notarial que no vi ni recibí y lo que me manifestó es que Lapuerta y él habían llevado una gestión impecable".
"Bárcenas no pagó"
Cospedal recordó que cuando trascendieron los papeles de Bárcenas, en los que ella figura como perceptora de sobresueldos, puso una demanda por vulneración del derecho al honor. La ganó y Bárcenas fue condenado a indemnizarla con 50.000 euros "que nunca pagó".
"No conozco ni admito que en el PP haya un sistema pago de sobresueldos", sostuvo Dolores de Cospedal, que añadió que "es falso que el presidente y el secretario general
supiera que había donaciones irregulares. Yo no lo he conocido y nunca lo he oído antes".
"La caja B no existe. Sería de la persona que la hizo, pero no del Partido Popular", reiteró.
Las acusaciones populares no lograron que ninguno de los testigos propuestos por ellas reconociera la existencia de la caja B. Jaime Ignacio del Burgo y Eugenio Nasarre reconocieron los pagos que figuran en las anotaciones de Bárcenas pero negaron que esos fondos procedieran de una presunta la caja B, que aseguraron desconocer por completo. Ambos expresaron su convencimiento de la legalidad del dinero que recibieron y que destinaron a ayudar a militantes del PP víctimas de ETA y a la Fundación Humanismo y Democracia, respectivamente.
Jaume Matas, por su parte, aseguró que todo el dinero que cobró del PP fue en nómina y negó la veracidad de una entrega para el alquiler de un piso que Bárcenas
anotó en sus hojas.
Lo mismo ocurrió con Pío García Escudero, que recibió un préstamo para rehacer su casa, dañada en un atentado de ETA. "El dinero se me entregó por transferencia y lo devolví en plazos con cuatro talones bancarios. Está documentado en la contabilidad el partido". En la contabilidad A, la única, según todos los testigos de esta sesión.