El coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, el mando policial que mejor conoce el intento desesperado del Estado por impedir el 1-O el referéndum independentista, ha descrito este martes en el Tribunal Supremo la historia de una "estafa": la que, según él, urdió el que fuera mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluis Trapero, para "aparentar" que la Policía catalana estaba cumpliendo el mandato judicial cuando, en realidad, actuó en connivencia con el Govern de Puigdemont para "facilitar la votación ilegal".
Trapero no está acusado en el juicio del 'procés' pero sí lo está el exconsejero de Interior, Joaquim Forn. Pérez de los Cobos, que estuvo declarando como testigo de la acusación durante cuatro horas y continuará este miércoles, sugirió una sincronizada actuación de Trapero y Forn desde el principio, cuando ambos se opusieron "contundentemente" a que el coronel actuara como coordinador del dispositivo policial que tenía la misión de evitar la votación independentista suspendida por el Tribunal Constitucional.
La designación de Pérez de los Cobos como coordinador fue vista como una "injerencia" en las competencias de los Mossos. Forn escribió al ministro del Interior defendiendo que su Policía "se bastaba para controlar" el 1-O.
Pero Pérez de los Cobos fue mantenido en esa función tanto por el fiscal superior de Cataluña, el fallecido José María Romero de Tejada, como por la magistrada que a partir del 27 de septiembre de 2017 asumió el proceso judicial sobre el referéndum, Mercedes Armas. A partir de entonces, lo que se produjo fue una actuación de los Mossos que "aparentaba" cumplir los mandatos judiciales cuando en realidad "estaba encaminado a facilitar la consulta en vez de impedirla", aseguró el coronel.
Los mossos, que tenían la misión de cerrar los centros de votación con anterioridad al domingo 1 de octubre, dijeron primero que "no sabían" en qué lugares se iba a votar. "Tuvimos que decírselo nosotros, les dimos nosotros la lista".
Después se dedicaron a "avisar a bombo y platillo de que irían a los colegios a partir de las 6.00 horas del día 1 y a informar en qué condiciones tendrían difícil actuar: cuando hubiera niños y personas mayores".
Niños y ancianos "como escudos"
Ello hizo que cuando las unidades de policías nacionales y guardias civiles se desplegaron en la mañana del 1-O se encontraran con "murallas humanas" concentradas en los locales de votación, "perfectamente estructuradas y organizadas" para obstaculizar el cierre.
"Es lo nunca visto, que se avise de cuándo se va a actuar contra una actuación ilegal", exclamó el coronel, que aseguró que los concentrados no dudaron en utilizar a menores y ancianos "como escudos".
Los Mossos, además, activaron "un contingente insuficiente: 7.000 efectivos de un total de 17.000". Ese día, incluso, "se permitieron libranzas, permisos y vacaciones", aseguró.
Ese contingente "se distribuyó de forma diseminada y atomizada, con unos binomios de dos mossos que no tenían ninguna efectividad para impedir el referéndum y que eran más contraproducentes que beneficiosos porque dejaban en evidencia a nuestras unidades cuando la gente veía que nosotros actuábamos y ellos no".
Dos mossos en la puerta de los locales de votación "daban, además, la sensación de normalidad institucional en lo que era una actividad ilegal", remarcó.
A las 9 de la mañana les llegó una petición de los mossos para que guardias y policías les apoyaran en 233 locales", una lista imposible de atender que "nos confirmó" que los mossos habían decidido boicotear a las fuerzas de seguridad.
Luego afirmaron, en un informe que Trapero envió a la magistrada Armas, que los mossos habían cerrado 99. Pero "supimos que lo que hicieron fue esperar a que terminara la votación y, con la colaboración de los organizadores, recoger la urna ya sin votos, con lo que aparentaban el cumplimiento del auto judicial mientras habían permitido la actividad ilegal durante todo el día".
Hubo mossos que "sujetaron las urnas para que se votara", otros que "nos hicieron contravigilancias"... "La suma de todas estas circunstancias me lleva afirmar que el dispositivo de los Mossos era una estafa. Estaba diseñado para que no funcionara, para no cumplir con el mandato judicial", se reafirmó el coronel.
"Nunca llegamos a pensar en la inacción absoluta de los Mossos con la que nos encontramos el día 1", dijo Pérez de los Cobos. Tampoco esperaban el "grado de violencia" con el que las unidades policiales fueron recibidas en los locales de votación. Una actuación que defendió como "escrupulosa, profesional y proporcionada".