La expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, que el pasado marzo se resistió hasta el último minuto a dimitir por el escándalo de su máster universitario defendiendo que era completamente legal, no ha comparecido a dar esta versión ante la jueza que investiga el caso, Carmen Rodríguez-Medel.
Cifuentes ha alegado razones médicas para no acudir al Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid y la instructora, que ha desplazado su declaración al 23 de julio, ha enviado el forense a su domicilio para verificar la realidad del certificado que ha presentado su abogada alegando -según fuentes jurídicas- que padece migraña.
En los últimos días se extendió entre los letrados de la defensa la impresión de que Cifuentes no iba a acudir a la citación judicial. Ya la semana pasada presentó una petición para que toda la causa pase al Tribunal Supremo aprovechando la aparición de sospechas de favoritismo en la convalidación de asignaturas de un máster similar al suyo cursado tres años antes (2008-2009) por el candidato a presidir el PP, Pablo Casado. La solicitud no le ha servido para aplazar su comparecencia porque la instructora la desestimó de inmediato.
La expresidenta de la Comunidad de Madrid, que hace frente a cargos de falsedad documental y cohecho impropio (haber recibido una prebenda en razón a cargo que ostentaba) tenía la posibilidad de comparecer en los Juzgados de la Plaza de Castilla y no declarar, pero esta opción hubiera tenido un alto coste de imagen para ella. El socorrido certificado médico, que generó incredulidad entre los numerosos letrados que han esperando en balde la comparecencia de la expolítica del PP, ha logrado el deseado aplazamiento.
Fuentes jurídicas explicaron que Cifuentes no quería declarar sin conocer la versión del director del máster, el catedrático Enrique Álvarez-Conde. Sin embargo, el director del Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos, que estaba citado para ayer lunes, se negó a declarar.