El exprincipal accionista de la empresa Zinkia, productora de la serie de dibujos animados Pocoyó, y su sucesor han iniciado una guerra en los tribunales por la propiedad de la empresa que ha llegado a tal nivel que el primero, José María Castillejo, denuncia que el segundo, el mexicano Miguel Valladares, le ha amenazado de muerte tanto a él como a su mujer y a sus hijos.
Según consta en la denuncia presentada ante la Policía, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, Castillejo sostiene que el actual propietario de Zinkia se “organizó criminalmente” para arrebatarle la compañía, y lo consiguió gracias a la connivencia y colaboración de diversas personas, entre ellas una letrada de la administración de Justicia. Así, sostiene que las maniobras de Valladares le han supuesto un quebranto de 44 millones de euros.
El exdueño del dibujo animado narra a la Policía cómo el mexicano le arrebató la mayoría de las acciones de la empresa engañándole al hacerle creer que lo que quería era refinanciar su empresa, que pasaba por problemas económicos, cuando en realidad su plan era apropiarse de la compañía. “Para lograrlo utilizó todos los medios humanos y materiales a su alcance, legales e ilegales. Ha contado con la colaboración de funcionarios de la Administración de Justicia, otras entidades oficiales, entidades de dominio público, una administración concursal, abogados, y diversos socios que compartían sus objetivos”, recoge el escrito.
Investigado por estafa
La denuncia de Castillejo hizo que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF) emitiera un informe aportado a los Juzgados de Madrid alertando de la existencia de un posible delito de estafa por parte del actual principal accionista de Zinkia. Una vez analizada la documentación, el titular del Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid ha citado a declarar a Valladares en calidad de investigado para el próximo 25 de octubre.
Castillejo sostiene que la organización criminal liderada por el empresario mexicano ha conseguido echarle de la presidencia de Zinkia y hacerse con control de la compañía ilegalmente y utilizando métodos criminales, entre ellos la propia amenaza de muerte. Según relata en la denuncia entregada a la UDEF, Valladares entró en su vida para engañarle “de manera maliciosa”.
“Me hizo creer que estaba dispuesto a ayudar en la refinanciación de la mercantil Jomaca 98 S.L., sociedad de la que soy administrador único y mayor accionista”, recoge el escrito. Jomaca era la accionista mayoritaria de Zinkia, sociedad cotizada en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y a su vez propietaria de los derechos de explotación mundiales de la marca Pocoyó.
Valladares acordó con él conceder un retraso en la ejecución de una opción de venta que tenía sobre un 4,5% del capital de Zinkia Entertainment, que había comprado unos años antes. A cambio de retrasar la ejecución de dicha opción de venta, exigió que se le entregase a título gratuito un 6,42% de la productora, “cosa que procedí a hacer ante la amenaza de encontrarme frente a una ejecución”.
Este paquete accionarial que recibió gratuitamente le permitió controlar el 11% de las acciones de la compañía. “Todo fue un engaño. Su objetivo era ampliar a título gratuito su participación en Zinkia. Todo lo que hizo a partir del momento en que logró hacerse con el nuevo paquete de acciones, iba e contra del motivo por el que había obtenido ese paquete de acciones”, sostiene Castillejo.
Después, el empresario mexicano acordó comprar un crédito que Bankia tenía concedido a Jomaca 98 con el objetivo de refinanciar esta sociedad. Este crédito contaba con un buen número de garantías, entre ellas acciones por valor del 33,77% del capital de Zinkia.
“Campaña demoledora”
Sin embargo, una vez que consiguió la cesión del crédito por parte de Bankia dejó de simular que lo que quería era ayudarle con la refinanciación de Jomaca. “Puso en marcha de manera inmediata la ejecución contra Jomaca de dicho crédito”, sostiene Castillejo. A su juicio, su objetivo real era proceder a ejecutar el 33,77% de Zinkia que dicho crédito tenía como garantía. Esta actuación del mexicano obligó a Castillejo a solicitar el concurso de acreedores voluntaria de Jomaca, “confirmando el engaño”.
“Antes de empezar estas acciones, intentó el señor Valladares obligarme para que me doblegara ante sus planes. Al ver que no estaba dispuesto a ello, con el fin único de lograrlo, me amenazó de muerte tanto a mí ,como a mi entonces mujer y a mis hijos”, y lo hizo en presencia del abogado del investigado.
“Como no logró que me doblegara ante sus amenazas, puso en marcha una campaña difamatoria descomunal y demoledora tanto en contra mía como personal y como profesional, como en contra de la propia Zinkia”, sostiene el denunciante. Así, el empresario mexicano interpuso varias demandas y querellas tanto en España como en Panamá contra el entonces presidente de la compañía que produce los dibujos Pocoyó, además de la difusión de noticias sobre él.
Perjuicio incalculable
“El perjuicio provocado por Miguel Valladares con la publicación de todo este conjunto de noticias falsas o falsarias, así como con la presentación de demandas y querellas apoyadas en denuncias falsas o falsarias es en este momento difícilmente evaluable, pero sin lugar a dudas ha sido elevadísimo”, recoge la denuncia aportada en el Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid.
Otro de los colaboradores, según el denunciante, del empresario mexicano, que finalmente se hizo con la compañía, es la entidad Bankinter, “que ha actuado de manera irregular sustrayendo las acciones de la cuenta de Jomaca 98 -sociedad a través de la que Castillejo tenía la mayoría de las acciones de Zinkia- y entregándoselas a Valladares, a pesar de haber sido advertido previamente de manera fehaciente de que no lo hiciera”.
El denunciante acusa también a la entidad bancaria de haber emitido un certificado con un contenido falso. “Ambas actuaciones han permitido a Miguel Valladares perfeccionar su asalto fraudulento y delictivo a los órganos de gestión de una sociedad cotizado” en el MAB.