García es el apellido más frecuente entre los españoles, con 1.462.923 personas que lo llevan. A esto le siguen Rodríguez como el segundo más común; González como el tercero y Fernández, el cuarto.

Sin embargo, hay otros apellidos que suenan a diario en la televisión y que son menos frecuentes, caso de Alcaraz (por Carlos Alcaraz, tenista español) o de Abascal (por Santiago Abascal (presidente de Vox). Te contamos el origen y significado de este último nombre propio de familia.

El origen y significado del apellido Abascal

El origen del apellido Abascal no está claro, en tanto que existen distintas teorías. Por un lado, algunos expertos opinan que viene del vasco y que significaría "chaparral". En la misma línea, vinculándolo al vasco, otros afirman que Abascal viene también del vasco y significaría "encima del río o del arroyo".

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También cabe destacar las siguientes versiones para unos filólogos: en la voz vasca abascal: "agramiza", "la en la caña del cáñamo". Y para otros, en la voz abar: "rama, ramaje; carrasca".

Cuántas personas se apellidan Abascal

Tal y como indica el Instituto Nacional de Estadística, Abascal es un apellido frecuente en España. Lo llevan 3.815 personas (como primer apellido) y 4.209 (como segundo). Si tenemos en cuenta las personas que lo tienen de ambos apellidos, únicamente son 171.

En cuanto a las zonas de España en las que más encontramos este apellido. En primer lugar, Cantabria (con un 3,38%) por lo que se vincula este apellido a esta zona de España.

También es bastante frecuente en Vizcaya (0,22%), en Álava (0,18%) y en Navarra (0,14%). En consecuencia, este apellido está bastante vinculado al País Vasco.

En otras zonas de España también lo encontramos, aunque de forma menos frecuente, caso de la Comunidad de Madrid (0,07%), la provincia de Sevilla (0,09%).

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El origen de los apellidos

En primer lugar, la RAE define la palabra apellido como "nombre de familia con que se distinguen las personas", "sobrenombre o mote". Por lo tanto, los apellidos nacen de la necesidad de identificar a una persona no sólo por su "nombre", sino por su "pertenencia", es decir, su vínculo a una familia y a un lugar. 

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Al principio lo que se hacía era añadir algo más que simplemente ayudara a distinguir a una persona de otra. Cualquier atributo podía ser válido, por ejemplo: el trabajo, el lugar de origen o un rasgo físico. De la misma forma también se usaba el nombre del padre, y de ahí empezaron a surgir los apellidos en ez.

En consecuencia, al principio en la Edad Media se utilizan construcciones gramaticales del tipo: José, El Pescadero; José, El Leonés; José, El Delgado o José, El hijo de Rodrigo, que terminaría siendo, José Rodríguez.

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Este sistema surge de los romanos, que tenían 3 nombres. Concretamente, en la República, del 509 al 27 a. e. c., se utilizaba un método conformado por tres denominaciones, llamado la Tría Nómina:

Un praenomen (el equivalente a nuestro nombre o nombre de pila), un nomen (nombre gentilicio que indica la pertenencia a la gens. Sería el equivalente a nuestro apellido) y un cognonem (vinculado a alguna característica física o psíquica de quien lo lleva o de alguno de sus antepasados, se convirtió en hereditario por vía paterna).

En este sentido, poniendo un ejemplo: El emperador Gaius Julios Caesar se llamaba Gaius y pertenecía al grupo de los Caesar, de la familia de los Julius.