Albares (España), Cameron (Reino Unido), Picardo (Gibraltar) y Sefkovic (Comisión Europea), reunidos este viernes en Bruselas.

Albares (España), Cameron (Reino Unido), Picardo (Gibraltar) y Sefkovic (Comisión Europea), reunidos este viernes en Bruselas. MAEC

Política GIBRALTAR

Albares logra un "acuerdo político" con Londres que permitirá tirar la Verja de Gibraltar tras 116 años

El ministro acepta a Picardo en la mesa negociadora, en el "primer encuentro en este formato", para un pacto "sobre aeropuerto, bienes y movilidad".

13 abril, 2024 02:39

El "acuerdo político" alcanzado con Reino Unido en Bruselas este viernes es histórico. El fin de las larguísimas negociaciones abiertas para definir el estatus de Gibraltar tras el Brexit significará el derribo de la Verja después. La levantó el Gobierno británico hace ahora 116 años, cuando en España gobernaba Antonio Maura, en 1908.

Costaba antes de la reunión que alguna de las partes lo confirmara, pero a la salida ya hasta se presumía de ello: ésta del viernes en Bruselas ha sido "la primera reunión en este formato", en el que Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, se ha sentado a la misma mesa que José Manuel Albares a negociar sobre el futuro de la colonia británica.

Pero evidentemente, no se refería a eso el ministro español cuando dijo que éste había sido un "día muy importante". El jefe de la diplomacia española había mostrado un gesto diplomático hasta hace poco impensable, pero necesario ante el objetivo de normalizar sobre el terreno una situación que seguirá siendo, en todo caso, incómoda en lo político.

Albares sobre Gibraltar: "Hemos alcanzado ya acuerdos sobre líneas políticas generales, en el aeropuerto, en bienes y en movilidad".

David Cameron, ministro de Exteriores de Reino Unido, encabezaba la delegación británica, lo que sirvió como excusa para tragar ese sapo por la parte de la española. Pero según fuentes diplomáticas consultadas, este gesto resultaba imprescindible, antes o después.

En el lenguaje de las relaciones internacionales, esto no se había dado nunca, se ha guardado para el día en el que Albares pudiera decir que era un momento "muy especial" de una negociación que está "en su apogeo". Y para que un comunicado conjunto de Madrid y Londres añadiera que ese acuerdo político incluye "el aeropuerto, bienes y movilidad"

Es decir, lo que hasta ahora las partes admitían que eran los escollos finales de la negociación.

Junto a los fejes de la diplomacia española y británica, y oficialmente al frente de la reunión como anfitrión, estaba el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefkovic. Con el político eslovaco se encontró Albares antes y después de la cumbre: primero, para preparar el encuentro y después, para "analizar el desarrollo de intensa jornada y ver los siguientes pasos".

Y es que en las negociaciones de divorcio con Londres, es Bruselas la que ejerce de expareja. Pero en la carpeta de la colonia británica en suelo español, es Madrid quien tiene la última palabra.

Indicios y escollos

Así que todo lo que ocurrió este viernes en la sede de la Comisión, en la capital belga, obedeció a las formalidades de la diplomacia. Algo así como ceñirse a la letra, pero buscar la clave, entre líneas, en los detalles.  

De hecho, fuentes diplomáticas consultadas por este periódico coinciden en diagnosticar que todos los indicios, vistos desde fuera, indican que el acuerdo podría estar ya sólo esperando el momento adecuado para anunciarse.

Y que los gestos de ir a Bruselas para negociar oficialmente a tres (UE, Madrid, Londres) lo que cada día se negocia a dos (España, Reino Unido), pero con cuatro a la mesa (Gibraltar incluido) puede ser ya el inicio de la "escenificación".

Lo cierto es que, según la Comisión, la UE y Reino Unido llevan negociando más de dos años y medio (con un total 18 rondas de contactos) sobre Gibraltar, sin que hasta ahora se haya alcanzado ningún resultado concreto.

Hace algo más de una semana, otro vicepresidente comunitario, el griego Margaritis Schinas, fue reprendido públicamente por Albares por lamentar en público el "estancamiento" del dosier gibraltareño.

Pero también es verdad que ya hace 15 meses que el ministro español anunció la "inminencia" de un acuerdo, porque los flecos pendientes se centraban, precisamente, en lo acordado "políticamente" este viernes. Los más importantes eran definir dónde estarán exactamente los nuevos controles fronterizos en el puerto y el aeropuerto del Peñón y cuál será el reparto de papeles entre las fuerzas de seguridad españolas y los guardias de fronteras europeos de Frontex. Y se supone que, "sin revelar más detalles", eso ya está.

Cuando todo esto ya estaba así, en noviembre de 2022, Albares negociaba con James Cleverly, el antecesor de Cameron... la versión oficial cuenta que el rally electoral español no ayudó el año pasado a culminar los "avances". La extraoficial, que la delegación española, en ocasiones, se mostró "demasiado proclive al acuerdo con la Comisión presente", y que eso impide, después, "ser duro en el plano bilateral".

"Antes de las europeas"

Otras fuentes diplomáticas admiten que el formato de la reunión de este viernes, con Picardo, es "un hito indudable" en el proceso negociador.

"Efectivamente, puede traducirse en un acuerdo en unas semanas", apunta este alto funcionario, "pero también puede ser simplemente la constatación de que ya se han tocado las últimas líneas rojas de ambas partes" sin que haya suficiente "legitimidad política" para cruzarlas.

El comunicado conjunto, en cualquier caso, fue bastante explícito: "Se han conseguido avances significativos", apunta el texto. "Las negociaciones seguirán durante las próximas semanas para concluir el Acuerdo UE-Reino Unido", continúa la nota, utilizando el verbo concluir justo antes de hablar en futuro simple:

"Este Acuerdo traerá confianza, seguridad jurídica y estabilidad a las vidas y la calidad de vida de las personas de toda la región, sin perjuicio de las posiciones jurídicas de cada una de las partes".

Esto último fue uno de los detalles que remarcó Albares en su declaración ante la prensa, a la salida del Edificio Berlaimont de Bruselas: "Quedan semanas de intenso trabajo, pero tenemos todos el compromiso de llegar a un acuerdo que va a ser bueno para toda la población del Campo de Gibraltar y que salvaguarda nuestra posición de soberanía".

Es decir, aunque por primera vez España haya aceptado a Picardo como parte negociadora, a pesar de que se vaya a tirar la verja abajo y la colonia británica se vaya a ver beneficiada de un estatus que la asemeje a territorio de la Unión Europea -"por el bien de los 300.000 españoles que viven en el Campo de Gibraltar", aclaró Albares-, nada cambia en la disputa de fondo entre Madrid y Londres.

"La cosa pinta bien", apunta fuentes británicas. "Sea lo que sea, se sabrá antes de las europeas", concluye un embajador español.