José María Aznar da sus primeras lecturas de las elecciones gallegas. Apenas unas horas después de que una participación récord revalidara el Gobierno del PP en la Xunta, el expresidente del Gobierno atribuye el histórico fracaso del PSOE no al candidato José Ramón Gómez Besteiro, sino al propio Pedro Sánchez, por erigirse como muleta de los nacionalistas del BNG.
"El PSOE ha llegado a alquilar sus votos a un partido que lleva la autodeterminación en su programa. Hace tiempo que se limita a integrar -ni siquiera encabezar- coaliciones negativas, sin más proyecto que forzar donde sea la derrota del Partido Popular", analiza la Fundación de Análisis y Estudios Sociales en su último editorial, titulado Galicia será la tumba del sanchismo.
Aznar cree que esta estrategia de subyugarse al BNG no le podía haber salido peor a los socialistas, quienes se enfrascaron en una campaña de tintes muy nacionales (también el PP) y sin marcar ninguna controversia con los nacionalistas, que prácticamente quedaron con todo el terreno libre para idear su Galiza ceibe.
"Lo han intentado todo. En la campaña de estas elecciones gallegas la concertación gobernante de socialistas, radicales de izquierda e independentistas ha agotado el repertorio: insidias, intoxicación demoscópica, manipulación mediática, promesas electorales con cargo al presupuesto nacional… hemos visto desplegar el catálogo entero, pellets incluidos", ha criticado Faes.
Especialmente hiriente es el resultado en contexto con la participación. La izquierda fiaba su victoria en la creencia de que las mayorías absolutas del PP —con esta, la quinta consecutiva— se debían al pasotismo del votante progresista, que veía las elecciones perdidas y decidía quedarse en casa. No fue así tampoco, y las papeletas se dispararon hasta el 67%, otro máximo histórico.
Sobre esto, reinciden en la idea de que Galicia podría ser el fin de ese "sanchismo" tal y como lo conocemos.
"Nadie en el PSOE con un registro histórico de derrotas como el de Pedro Sánchez, aunque su cínico desahogo las rentabilice a costa de debilitar la nación, fragmentar el Estado y polarizar a los españoles", recuerdan. "Táctica suicida que debilita las costuras constitucionales, liquidando de paso al PSOE como partido sistémico".