El Gobierno cierra los últimos flecos para regular los anuncios de alimentos y bebidas. El Real Decreto, iniciado durante la anterior legislatura por el exministro Alberto Garzón, busca regular la publicidad infantil y prohibir las comunicaciones comerciales de productos con altas cantidades de azúcar, sodio, edulcorantes, grasas y ácidos grasos saturados.
El borrador del antiguo Ministerio de Consumo (ahora integrado en Derechos Sociales) se quedó en un cajón debido al adelanto electoral, pero ya daba algunas pistas sobre cómo sería este plan "contra la obesidad infantil". En concreto, aquel texto prohibía tajantemente cinco categorías de anuncios dirigidos a los niños: chocolates y confitería; pasteles, bollos y dulces; zumos; bebidas energéticas y helados.
El ministro heredero de la norma, Pablo Bustinduy, confirmó que están "terminando de cerrar" la ley y que contará con "observaciones tanto de la sociedad civil como de la comunidad científica", según dijo ante la comisión de Derechos Sociales. Además, también confirmó que el corpus estará basado en el texto de Garzón, el cual estaba "muy avanzado".
Lo que viene a determinar la ley, por otro lado, es qué se entiende por publicidad infantil y qué no, tanto para evitar interpretaciones que puedan esquivar la norma como para señalar exactamente qué anuncios deben censurarse.
En este ámbito, el Gobierno elaborará una métrica para evaluar desde el diseño del mensaje (lenguaje o imágenes dirigidas al público infantil) hasta las circunstancias en que se emita. Por ejemplo, quedarán prohibidos en canales infantiles, en los bloques de información de las grandes cadenas que cuenten con un 25% de audiencia infantil, en cines con películas aptas para todos los públicos y en distintos tipos de prensa y revistas. También en todo tipo de webs y aplicaciones destinadas a menores de edad.
Una de las polémicas que suscitó el anterior borrador del Gobierno era, además de todo lo anterior, la prohibición de que influencers y famosos participen en estos anuncios, una premisa que el actual Ejecutivo espera recoger. Cualquier persona de relevancia o notoriedad dentro del público infantil (tanto real como ficticia) quedará vetada de este tipo de anuncios también.
En consecuencia, quedarán prohibidas las promociones que promuevan hábitos insanos (beber o comer de forma excesiva o compulsiva), el sedentarismo o el consumismo.
Al margen de este Real Decreto de regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida al público infantil, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 prepara otro sobre el fomento de alimentación saludable y sostenible en centros educativos.