En su discurso laudatorio de la Constitución de 1978, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha cometido un error histórico. Ha celebrado que la Carta Magna se convertirá el año que viene en "la más longeva de la Historia de nuestro país".
Sin embargo, la Constitución española de más trayectoria es la de 1876, conocida como la de "la restauración borbónica". Estuvo en vigor 47 años, entre junio de aquel año y septiembre de 1923, cuando fue derribada por el golpe de Estado del general Primo de Rivera.
No se ha tratado de un lapsus. En la versión escrita del discurso remitida a los medios, también figura el gazapo. Se menciona que el texto de 1978 será el año que viene el más longevo. Pero si realmente la de 1876 hubiera durado 46 años en lugar de 47, tampoco sería cierta la afirmación de Armengol: ambas constituciones empatarían.
[Armengol justifica en su discurso las cesiones al nacionalismo en pos de "abrazar lo heterogéneo"]
Francina Armengol, expresidenta de Baleares, se ha estrenado esta legislatura como presidenta de la Cámara con discursos polémicos. En la apertura de la legislatura, el PP no aplaudió sus palabras al considerarlas "partidistas" e "impropias de una presidenta del Congreso".
Roca 3, Peces-Barba 0
Este miércoles, los diputados del PP la han aplaudido cuando ha abogado por la reforma del artículo 49 de la Constitución para que el texto no hable de "disminuidos". Sin embargo, no lo han hecho en bloque. Algunos han aplaudido en ese instante y otros no.
El discurso de Armengol ha sido el más institucional de los que ha pronunciado hasta ahora. Apenas ha mencionado la labor del Gobierno actual. Ha adoptado, eso sí, un tono reformista, siempre "respetando la legítima postura" de quienes no desean cambio alguno. Y ha justificado las cesiones al nacionalismo en pos de "abrazar lo heterogéneo".
Estaba presente entre los asistentes Miquel Roca, uno de los dos padres vivos de la Constitución. Se ha ausentado por enfermedad Miguel Herrero de Miñón.
Ha resultado llamativo que Armengol haya citado en su discurso hasta en tres ocasiones a Roca, -representante entonces de la llamada Minoría Catalana-, pero no a Herrero de Miñón. Tampoco a Gregorio Peces-Barba, máximo representante del PSOE en la ponencia constitucional.