El nombramiento de Ana Redondo como nueva ministra de Igualdad ha sentado de forma agridulce entre las feministas del PSOE. Si bien celebran que la cartera haya vuelto al lado socialista de la coalición, el hecho de que se haya optado por Redondo genera cierta desilusión porque Pedro Sánchez ha apostado por un perfil poco conocido en ese segmento del partido.
Las feministras temen que el presidente del Gobierno haya elegido un perfil bajo para no incomodar a Sumar y evitar los conflictos que hubo en la pasada legislatura con Irene Montero y Unidas Podemos. Esperan, eso sí, que Ana Redondo conozca la agenda feminista del PSOE y que se atreva a aplicarla a pesar de los socios de coalición.
"Sobre ella no tenemos mucho que decir porque es una absoluta desconocida en el mundo feminista", señala Altamira Gonzalo, vicepresidenta de la asociación de feministas socialistas, Femes. "El PSOE tiene una cartera enorme de mujeres socialistas con muchos años de trabajo acreditados", añade.
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Redondo es doctora en Derecho Constitucional y profesora de la Universidad de Valladolid. En política, ha sido procuradora del PSOE en el parlamento de Castilla y León, donde ha ejercido de portavoz del grupo socialista.
En el ámbito municipal, ha sido concejala en el Ayuntamiento de Valladolid bajo el bastón de mando de Óscar Puente, también aupado a ministro (Transportes). En el consistorio, estuvo al frente de la Concejalía de Cultura y Turismo hasta el pasado 28-M y, tras salir del gobierno local, se había reincorporado a dar clases.
Que su ámbito de experiencia profesional sea el Derecho Constitucional y que no haya tenido que llevar a cabo políticas públicas que tengan que ver con la Igualdad ha pillado a los colectivos feministas con el pie cambiado. Su nombramiento ha sido una sorpresa en toda la comunidad, a pesar de que había otras candidatas más reconocidas entre las feministas del PSOE.
Redondo tendrá que superar ahora la brecha que se abrió entre el PSOE y las formaciones a su izquierda durante la etapa de Irene Montero. En la pasada legislatura, los socialistas y sus socios de coalición tuvieron sus mayores tensiones por el feminismo, materializándolas en asuntos como la ley trans o la ley del sólo sí es sí.
El feminismo más clásico del PSOE –donde cabría enmarcar a pesos pesados como Carmen Calvo, Matilde Fernández o Amelia Valcárcel– esperaba que Sánchez hubiera colocado en Igualdad a alguien con mayor peso político. El haber dado en la pasada legislatura la cartera a Podemos y haber despejado de referentes feministas las primeras líneas del PSOE hicieron que el partido sufriera cierto desgaste en las cuestiones de Igualdad.
Los 'deberes' de Redondo
"La legislatura pasada fue una legislatura perdida desde el punto de vista feminista", asegura Altamira Gonzalo. "Esperamos que Ana Redondo, como ministra, lleve adelante las políticas de Igualdad que son necesarias, que ponga los objetivos de la agenda feminista en marcha. El partido tiene una agenda feminista aprobada en sus congresos y hay que ponerlas en marcha", añade.
Entre los deberes que las feministas recuerdan a Redondo destaca la abolición de la prostitución que el PSOE defiende. La pasada legislatura se llegó a registrar una proposición de ley para intentar llevarla a cabo, pero se dejó morir para evitar enfrentamientos con los socios de coalición.
También piden desde Femes que Redondo haga por clarificar "la prohibición del alquiler de vientres, aunque se haga en el extranjero". Además, piden que se busquen formas más eficaces de luchar contra la violencia machista y sensibilizar mejor a la población.
"En el feminismo, la neutralidad es dudosa. O estás de acuerdo con una cosa o estás en contra. El corpus, la ideología feminista del PSOE, tiene unos posicionamientos muy claros", asegura Gonzalo, que opina que el partido tiene que pelear a favor de sus posiciones aunque implique entrar en conflictos con Sumar.
La Asociación Contra el Borrado de las Mujeres, capitaneada por la exportavoz de Igualdad del grupo socialista en el Congreso Ángeles Álvarez, no está tan vinculada al PSOE pero se sitúa en un plano parecido al de Femes. "No tenemos opinión de Ana Redondo porque desconocemos absolutamente qué relación ha tenido con las políticas públicas de igualdad", asegura Lola Venegas, representante de la asociación.
"Nos inquietan las informaciones de que Sánchez habría elegido a una persona de bajo perfil para contentar las demandas de Sumar. Nos habría gustado un perfil más potente", reconoce Venegas. Sin embargo, emplaza a la nueva ministra a llevar a cabo las tareas que considera pendientes: "Tiene que rectificar algunos de los errores del anterior Ministerio de Igualdad".