La negociación de la amnistía continúa y es ahora Felipe González el que se pronuncia desde Memoria de futuro un programa de su Fundación en el que el expresidente del Gobierno reflexiona sobre la situación política actual del país y plantea varias salidas como una consulta a los españoles o unos acuerdos como los del Viernes Santo firmados en Irlanda en 1998.
Más allá de su rechazo "jurídico y político" a la amnistía, González asegura estar avergonzado con que "la amnistía se esté redactando en Bruselas y con los que pretenden ser amnistiados". Además, está convencido de que una amnistía que no concite el consenso mayoritario del Congreso "nunca funcionará; deshará la convivencia".
El expresidente propone a Sánchez que "si quiere amnistía, haga una consulta a los españoles". González también se muestra muy crítico con la apuesta de los independentistas por "internacionalizar" el procès y rechaza la figura de un relator internacional como proponían en las negociaciones Junts y PSOE: "No aceptaré, sea quien sea, que venga alguien a hacer de supuesto mediador o veedor del conflicto que tenemos con los independentistas".
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En su intervención, González asegura una vez más que está en contra de la amnistía y no ve que sea constitucional "me parece mal el fondo y la forma de este proceso" y advierte de que fue el único que dijo que este proceso provocaría malestar social.
"Estamos viendo que esto está rompiendo la sociedad", y añade González que desde el punto de vista jurídico la amnistía no cabe en la Constitución pero tampoco desde el punto de vista político "porque se ha negado una y otra vez hasta el día 24 de julio. A partir de ahí hay una evolución rápida" a favor de la amnistía por parte del Gobierno.
Para González no merece la pena que la necesidad de aprobar esa ley sean los "siete votos para una investidura o para gobernar". "Yo, de verdad le digo a todos los ciudadanos, empezando por mis compañeros, que no merece la pena".
La salida ante esta situación es "ir a ganar las elecciones, si se repiten". "Hay que explicar por qué se rectifica y explicar como se procede" porque para el exlíder socialista, "uno puede cambiar de posición pero tiene que expicarlo".
En sus razones para no apoyar la amnistía, el expresidente huye de la comparación entre Tarradellas y Puigdemont como "algunos independentistas quieren" porque para él, el que fuera presidente de la Generalitat entre 1954 y 1977, "sí estaba exiliado mientras que Puigdemont es un prófugo de la Justicia que vive en Waterloo". González critica de la amnistía que "tengamos que pedir perdón" porque sí acepta perdonar pero no tener que pedir perdón.
"Estoy en contra de la amnistía porque el PSOE ha estado en contra y porque no hay razones jurídicas ni políticas para abrir un melón cuyas consecuencias estamos viviendo y que serán peores", dice González que alerta de que la tensión "todavía no ha bajado de las élites a la ciudadanía, pero me preocupa que desde arriba se esté incidiendo en romper la convivencia".
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En caso de que se llegue a un acuerdo entre Junts y PSOE por la amnistía y con las promesas también hechas a los independentistas "creará un agujero de impunidad imposible de parar y que puede romper nuestra Constitución". Con esto, el expresidente se refiere a la pretensión de perdón general que incluye las acciones de los Comités de Defensa de la República (CDR) y Tsunami Democràtic. "Si amnistían delitos de violencia, cuántos les quedan por delante que amnistiar porque lo hacían por razones políticas. Ya saben ustedes a quién me refiero", apunta el expresidente en una referencia velada a ETA.
Para González, los indultos funcionaron como "elemento de pacificación en Cataluña". Pero al mismo tiempo marca distancia con el perdón a los dirigentes que estaban en prisión. "Muchos de los amigos catalanes que votaban independentismo ven hoy como un error volver a resucitar ese espantajo", sentencia antes de pedir "que expliquen lo que es un indulto y lo que es una amnistía".
Un llamamiento a la serenidad
El expresidente reclama durante su discurso a los líderes políticos condenar sin "ningún tipo de duda" los actos violentos que han surgido en la protesta contra los pactos del PSOE con los independentistas catalanes en la calle Ferraz.
Al hilo, el exlíder socialista ha interpelado a los líderes políticos para que "cumplan con su función" y "sean capaces de condenar los actos de violencia" y además, añade, "quien convoca estas manifestaciones tiene que hacerse responsable de las consecuencias".
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Además, González también ha señalado que hay que "proteger y defender" a la Policía Nacional "que tiene que actuar en esos casos que son de extrema delicadeza y gravedad". "Son muy buenos profesionales, que lo hacen muy bien y que necesitan nuestro respaldo y nuestro respeto", ha defendido.
El exjefe del Ejecutivo ha indicado que la causa de este tipo de violencia en las protestas contra las sedes del PSOE viene "de un crecimiento permanente de la polarización". "Los ciudadanos han intentado, a través de las últimas votaciones, recuperar un espacio de centralidad que evite la polarización", ha recordado González, para añadir que no deben ser "los extremos del espectro político" los que estén tirando de "ese espacio de centralidad".