Poco más de media hora desde que, con algo de retraso, los Rolls-Royce de los Reyes y la Princesa (junto a su hermana la Infanta) salían del Palacio de la Zarzuela y Doña Leonor juraba la Constitución. Y entre ellos, el momento más largo de todos, los casi cuatro minutos de aplausos a la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón y Ortiz, de parte de las Cortes Generales, reunidas en sesión conjunta para celebrar, así, su 18 cumpleaños.
Así que el acto solemne comenzó y terminó con algo de demora.
Pasadas las 11.17 horas, entraba la Princesa Leonor por la puerta de los Leones del Congreso, con su hermana, Doña Sofía, rompiendo un poco el protocolo: la Infanta caminaba escalones arriba por delante de la Heredera. Siempre, eso sí, detrás de los Reyes, Felipe VI y Doña Letizia.
Mientras, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, los seguía y pasaba la mano por la espalda del presidente en funciones, Pedro Sánchez, junto a Pedro Rollán, presidente del Senado. Esta vez, era tan solemne el acto constitucional con el que la Princesa de Asturias debía jurar la Carta Magna, que no hubo pitos ni gritos contra el jefe del Ejecutivo, como en los últimos 12-O.
Dentro del palacio, los esperaban los miembros de las Mesas de las dos Cámaras. Y ya sentados en el hemiciclo, ocupadas las 585 sillas de terciopelo carmesí, diputados y senadores de todos los grupos, menos los nacionalistas y la izquierda radical de Sumar.
A las 11.20 h, los Reyes, la Princesa y la Infanta aparecieron cruzando el baldaquino que presidía la tribuna, transformada en un escenario regio para la ocasión, y todo el Congreso se puso en pie para aplaudirlos, entre algún tímido ¡viva!
La Heredera de la Corona protagonizaba, en su 18 cumpleaños, un acto solemne ante las Cortes Generales que simboliza la garantía de continuidad de la Monarquía Parlamentaria. El mismo ceremonial que el que siguió su padre, el hoy Rey, hace 37 años.
Un minuto de ovación la recibió, que fue finalmente acallado por la interpretación del Himno de España, obligado cada vez que el Rey preside un acto oficial. Frente a los Monarcas, sus hijas y los presidentes de las Cortes, el centro del evento: un ejemplar enorme de la Constitución de 1978, ante el que minutos después Leonor juraría fidelidad. El mismo ante el que lo hizo su padre.
A las 11.23 horas, Armengol dio por abierta la sesión y tomó la palabra el letrado mayor de las Cortes, que dio lectura al acuerdo del Consejo de Ministros que aprobó la celebración de la sesión conjunta de las Cámaras, cuyo orden del día, con un único punto, consistía en la toma de la jura de Doña Leonor para "guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes [...] con el ceremonial propio de tan solemne ocasión".
Armengol, cuyo vestido aparecía en las pantallas con el mismo color que el de la Reina Letizia, volvió a tomar la palabra, saludando en los cuatro idiomas cooficiales de España: castellano, catalán, gallego y vascuence (luego los colaría, con citas de poetas, en su alocución). Y pronunció un discurso en clave social, que repasaba los hitos principales y de los cambios entre la España en la que, en 1986, juró Felipe VI -entonces Príncipe de Asturias- y la de 2023, en el día de su hija, la futura Reina Leonor.
El momento histórico
Vestida de traje blanco de chaqueta y pantalón, con la medalla del toisón de oro prendida en la solapa izquierda, Leonor escuchó referirse a ella como "digna representante de este país abierto al mundo", sentada entre sus padres, los Reyes, y su hermana, Sofía, a quien, a su vez, flanqueaban el presidente Sánchez.
A las 11.36 horas, acababa su discurso Armengol, entre aplausos de todos los concurrentes, salvo los diputados y senadores de Vox. Sus señorías se pusieron de pie, y la presidenta del Congreso, tercera autoridad del Estado, recibió el juramento de Leonor
"Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y las Comunidades Autónomas, y fidelidad al Rey".
La presidenta del Congreso, visiblemente emocionada, recibió el juramento: "Alteza, hace 37 años, Gregorio Peces Barba, padre de la Constitución y entonces presidente de esta Cámara, acompañaba a su padre en este acto crucial. Y yo repetiré aquí sus palabras: 'Las Cortes acaban de recibir el juramento de Vuestra Alteza. ¡Viva la Constitución, viva España, viva el Rey!'".
La cosa, el juramento, había durado apenas un minuto cuando se volvió a interpretar el Himno Nacional, esta vez en su versión corta, antes de los aplausos finales de los parlamentarios y los invitados, también de pie en la tribuna.
Casi cuatro minutos de ovación y, entonces, sí, "¡vivas!" gritados y más encendidos desde el hemiciclo: diputados, senadores, alcaldes, presidentes autonómicos, expresidentes del Gobierno... Con mirada tímida, Leonor sonreía, movía las manos nerviosa, y recibía un comentario de su padre, además de las miradas de su madre, serias, y de las demás autoridades presentes en la tarima, algunas hasta emocionadas.
La ovación duró tanto, que a las 11.41 horas algunos diputados y ministros descansaban las manos y Don Felipe llegó a reírse. A los tres minutos y 50 segundos, Armengol interrumpió la aclamación: "Alteza, enhorabuena y felicidades. Se levanta la sesión".
Eran las 11.42 horas del 31 de octubre de 2023, el día en el que se cumplían, exactamente, 45 años desde que las mismas Cortes aprobaran, en 1978, la Constitución que acababa de jurar la Heredera.
Después, ya fuera del hemiciclo, Armengol y Rollán impusieron las medallas del Congreso y del Senado a Doña Leonor, insignias que recolocó su padre sobre el pecho de la Princesa, para que lucieran ordenadas para la posteridad.
Y todos los presentes, diputados, senadores, presidentes autonómicos, los cuatro expresidentes del Gobierno, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy; el padre de la Carta Magna Miquel Roca; el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, y demás autoridades procedieron a saludar a Doña Leonor, su hermana y sus padres, en un largo besamanos.