Con luz y sin taquígrafos, en Bruselas y bajo una loa a todo lo ancho del referéndum ilegal del uno de octubre en Cataluña. Así ha sido la primera reunión oficial entre el PSOE, representado por su número tres, Santos Cerdán, y Carles Puigdemont, expresidente catalán fugado de la Justicia. Sobre la mesa: una amnistía que borre los delitos a los responsables del procés para que Junts pueda votar a favor en la próxima investidura de Pedro Sánchez.
Para el Partido Popular, la foto de este lunes, "con un huido de la Justicia", sólo evidencia una cosa: que "el PSOE ha perdido la poca vergüenza que le quedaba". Porque, como ha recordado el propio Alberto Núñez Feijóo en su cuenta de Twitter, se ha producido semanas después de que el presidente del Gobierno en funciones quedara inmortalizado para la posteridad... "con Bildu".
El paso dado al frente por los socialistas con el encuentro de esta tarde en la capital belga, a fin de amarrar los apoyos que necesita Sánchez para continuar al frente del Gobierno otra legislatura, marca un hito en la historia de España. Según remarca el PP: "Es la primera vez que la investidura de un presidente del Gobierno se negocia fuera del país".
En un vídeo difundido a la prensa, el vicesecretario de Organización de los populares, Miguel Tellado, ha recalcado: "Queremos saber exactamente qué es lo que se está negociando. Queremos saber qué es lo que se ha acordado esta tarde y queremos saber cuál es el precio, en definitiva, que pretenden que pague España para conseguir la investidura de Sánchez".
Feijóo, por su parte, ha lanzado un mensaje en esos términos. Aunque ha ido más allá al reiterar su petición de que se repitan las elecciones, para que los españoles se pronuncien abiertamente sobre la amnistía: "Dejen de jugar a espaldas de los ciudadanos, digan qué negocian y acepten que los españoles sean consultados en unas elecciones porque no merecen un Gobierno nacido de una mentira".
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Con la negociación entre el PSOE y Junts prácticamente encarrilada, el PP centra todo sus esfuerzos en exigir una segunda vuelta a las urnas. Para que todos los candidatos acudan en igualdad de condiciones. Porque el pasado 23-J, salvo las formaciones independentistas, que sacaron una representación ínfima en el Congreso, ningún partido nacional defendía en su programa electoral la amnistía que ahora bendice el PSOE.
Esto, a juicio del PP, deslegitima a Pedro Sánchez, porque no cuenta con el aval de su electorado. Ya que hasta dos días antes de que se abrieran los colegios electorales, tanto él como sus ministros opinaban que la amnistía "no cabe en la Constitución". De ahí que Cuca Gamarra haya dicho este lunes que "lo que ya está pactado por parte de Pedro Sánchez con los independentistas, no legitima aquello que no se ha hecho en las urnas".