Se da una paradoja en España tras las elecciones del 23-J. Aunque se habla de que existe una "mayoría progresista", lo cierto es que el bloque de la derecha en el Congreso de los Diputados es superior al de la izquierda. Porque, aunque PNV y Junts son potenciales socios de Pedro Sánchez para su investidura, ambos son partidos conservadores desde sus orígenes.
Antaño, los nacionalistas vascos y catalanes eran tan proclives a apoyar gobiernos socialistas como populares. Es más, solía haber mayor sintonía en lo económico con el PP. Actualmente, las diferencias territoriales y la presencia de Vox en el Hemiciclo impiden que estos grupos puedan elegir a Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno.
Pero eso no quita que el PP, desde la oposición, esté en condiciones de suscitar una mayoría conservadora que desestabilice la legislatura de Sánchez. Así lo señalan distintos dirigentes de la cúpula en Génova, donde ya se programa una "operación astucia" cuyo objetivo es desplegar una agenda legislativa en el Congreso que genere enemistad entre los socios parlamentarios de Sánchez, destapando sus contradicciones.
Según trasladan dirigentes populares a EL ESPAÑOL, lo que pretende el PP esta legislatura es mandar a la Cámara Baja una batería de proposiciones de ley que ahonden en las diferencias entre partidos antagónicos como son Bildu y PNV o ERC y Junts. De esta forma, forzarán votaciones en el Pleno en materias como industria, fiscalidad o vivienda, para que aflore la "debilidad parlamentaria" de Sánchez.
En el caso de que Puigdemont dé su bendición a la amnistía para los responsables del procés y salga adelante la legislatura, el Gobierno de Sánchez se sostendrá en 152 diputados: 121 del PSOE y 31 de Sumar. De corte progresista, habría que incorporar como aliados parlamentarios a ERC (7), Bildu (6) y BNG (1). En total: 166. Muy lejos de la mayoría absoluta, que se completaría con dos fuerzas conservadoras: PNV (5) y Junts (7), o Coalición Canaria (1), de centro.
Sánchez tendrá que "Sudar tinta"
Sin embargo, los populares podrían asegurarse con facilidad 172 votos (PP, Vox, UPN y CC) para cada votación y apenas tendrían que amarrar el sí de los nacionalistas vascos o la abstención de los independentistas catalanes para sacar adelante sus iniciativas parlamentarias.
En Génova están convencidos de que Sánchez podrá seguir de presidente del Gobierno, pero que su segundo mandato entrará en el tiempo de descuento desde el día después que tome posesión del cargo. Es cierto que el PP da por hecho que la investidura del candidato socialista irá aparejada de los presupuestos del año 2024, lo que le dará cierto margen de actuación. Pero, a partir de ahí, Moncloa "tendrá que sudar tinta" para cada decreto que quiera convalidar.
Porque si algo tiene claro Alberto Núñez Feijóo es que no se va a convertir en el bombín que dé oxígeno a Pedro Sánchez para que pueda mantenerse cuatro años en el poder. En la pasada legislatura, la mitad de las propuestas que llegaron al Congreso desde el Consejo de Ministros, salieron adelante con el apoyo o la abstención del PP. Esta vez, no será así.
"Las reformas que el PP considere que tienen que llevarse a cabo, las impulsará el PP desde el Poder Legislativo. Como primera fuerza política, a través de proposiciones de ley. Vamos a llevar a cabo nuestra labor en el lugar en el que finalmente estemos", remarca este domingo en EL ESPAÑOL la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra.
El plan previsto por Génova es diseccionar el programa electoral con el que Feijóo concurrió a las urnas y transformarlo en proposiciones de ley en el Congreso y en mociones en el Senado, que el PP controla con mayoría absoluta. De hecho, la primera norma que llegará a la Cámara Alta será una ley para eliminar el Impuesto de Sucesiones a nivel nacional.
"Tenemos un programa electoral en el que se recogen las reformas que España necesita. Desde el Poder Legislativo impulsaremos esas reformas buscando que haya mayorías parlamentarias que las puedan avalar. Vamos a ser proactivos siempre. Es nuestro papel, el que nos han dado los españoles. A partir de ahí, que diga el PSOE qué es lo que va a hacer con ellas", apostilla Gamarra.