El independentismo catalán sigue encareciendo sus votos para la investidura de Pedro Sánchez. Después de que Junts confirmase que no se abstendrá y que Coalición Canaria aceptara negociar con el PSOE, ha sido el turno de Esquerra Republicana (ERC) de poner precio a sus siete síes, necesarios para la mayoría: Ley de Amnistía, referéndum de autodeterminación y nueva agenda social, en la que se enmarca la reforma de la financiación autonómica y el traspaso de las competencias de Rodalies (Cercanías).
Así lo ha trasladado este martes el portavoz del grupo parlamentario, Gabriel Rufián, al presidente del Gobierno en funciones. Previamente, dentro de la ronda de contactos que Sánchez está agendando con todos sus posibles apoyos, el secretario general de los socialistas ya estableció los marcos de la negociación con el líder de los republicanos, Oriol Junqueras, en una llamada por teléfono que no estaba planeada en la agenda oficial de la Moncloa.
Tanto en una como en otra conversación, los límites están claros para ambas partes. ERC no plantea de ningún modo atar su voto a los siguientes Presupuestos Generales del Estado, mucho menos a los cuatro años de legislatura, pero sí está dispuesto a "grandes acuerdos exigentes, pero razonables" que respondan a lo que, entienden, es la voluntad de Cataluña.
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"Quien crea que esto se va a cerrar con sólo una de las peticiones [la amnistía], se equivoca; nuestros votos se sudan", ha advertido Rufián en una rueda de prensa. Aun así, el portavoz también ha rebajado algo el tono con respecto al referéndum, al cual se ha referido siempre en futuro —"es probable que deje de ser una quimera"— e indirectamente.
Esto es una posición que genera conflictos dentro del PSOE, donde ya se transigió a la hora de buscar un encaje a la amnistía. El referéndum, no obstante, es otro cantar, y los socialistas han decidido ni siquiera discutirlo, según fuentes de ambos extremos de la mesa de negociación. "Pero, de alguna manera, hay que votar la solución del conflicto", ha justificado Rufián.
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Eso sí, lo que cabría en un posible pacto, ya sea ahora o a futuro, sería promover la agenda social del Gobierno tan frecuente en la legislatura pasada y tan endeble en la actual, habida cuenta de la necesidad de pactarlo todo con Junts y el PNV. Justo en Cataluña, el desbloqueo sería posible, ya que sólo se reclama el traspaso de competencias.
"Se trata de solucionar el déficit fiscal endémico que sufre Cataluña y dignificar una situación tan diaria como es coger un tren o un cercanías. Eso trasciende a nuestras siglas y nuestra ideología", ha señalado Rufián sobre esta tercera "carpeta" de exigencias.
Así, el portavoz ha advertido en varias ocasiones de que los votos de ERC "se sudan" y que un eventual acuerdo ahora con el PSOE no supondría a su vez decir "sí" a los Presupuestos de 2024 o respaldar al Ejecutivo durante toda la legislatura, sino sólo la investidura. "La investidura es un partido y los presupuestos es otro", ha dejado claro, "y quien crea que puede pactar una legislatura es que no sabe cómo negociamos".