El presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, ha participado en la tertulia del programa de Telecinco La Mirada Crítica para analizar las últimas novedades de la actualidad política marcada por la propuesta de España a la UE de convertir el catalán en lengua oficial comunitaria, una de las exigencias de Carles Puigdemont para que Junts vote a favor de una investidura de Pedro Sánchez.
"Mi pronóstico es que el catalán nunca será lengua oficial de la UE y en la próxima legislatura desaparecerán los pinganillos", ha afirmado Pedro J. Ramírez este martes. Precisamente hoy se somete a la primera votación la propuesta de España a los 27 países comunitarios, que previsiblemente no saldrá adelante ya que requiere unanimidad para aprobarla.
El director de EL ESPAÑOL ha calificado el uso del catalán y otros idiomas cooficiales en el Congreso de los Diputados —que se estrena hoy— como "farsa". "Son medidas reaccionarias en la medida en que dificultan el entendimiento propio de los parlamentos. Además, son medidas teatrales, representación de una farsa. ¿Van a utilizar los pinganillos en los pasillos, en el bar o cuando se encuentren en los urinarios? ¿En qué idioma hablaron Ortuzar y Puigdemont cuando se reunieron?", se ha preguntado Pedro J. Ramírez.
Este martes se celebra el primer pleno en el que se podrán usar las lenguas cooficiales de España y para ello los servicios del Congreso han tenido que comprar 450 pinganillos, alquilar transmisores y contratar como autónomos a 12 intérpretes en tiempo récord.
El presidente y director de EL ESPAÑOL ha criticado la "obsesión que tienen los nacionalismos con querer mostrar" que en sus comunidades "hay una única lengua propia" y ha calificado de "ridículo" que "la izquierda avale estos comportamientos".
Pedro J. Ramírez también ha lamentado que España esté "desgastando nuestras oportunidades" durante la presidencia del Consejo de la UE con propuestas como la del catalán y su oficialidad comunitaria. "Los socios europeos se están dando cuenta de nuestras debilidades. Qué triste que la diplomacia, que tendría que estar al servicio del Estado, esté al servicio de un partido, o varios partidos, y, sobre todo, al servicio de un presidente", ha explicado el presidente y director de EL ESPAÑOL.