Sin las siglas del Partido Popular, ni tan siquiera en el atril. Flanqueado por las banderas de España y Europa, y con una imagen del palacio de la Moncloa a sus espaldas. Así ha escenificado Alberto Núñez Feijóo, en la mañana de este martes en Madrid, la presentación del programa electoral con el que se presenta a las generales del próximo 23-J. Un documento con 365 medidas.
En los asientos de la primera fila, exministros como el octogenario de UCD, Marcelino Oreja, Íñigo Méndez de Vigo o Fátima Báñez. También la plana mayor de los populares. Ante todos ellos, el líder de la formación ha protagonizado un discurso más propio de jefe del Ejecutivo que de aspirante a la presidencia. En él, ha desgranado sus líneas maestras para la próxima legislatura.
De cara a un hipotético mandato, Feijóo ha expresado su esperanza de volver a encontrarse "con el PSOE que fue y que el sanchismo ha anulado". Un partido, ha elogiado, con el "sentido de Estado y la capacidad de llegar a los acuerdos que España necesita". Al respecto, ya ha avanzado que su intención es acudir a una investidura sin la necesidad de apoyarse en Vox.
Para ello, llamará primero a Pedro Sánchez, pidiéndole una abstención. Y en caso de que se la deniegue, hará lo propio con los barones socialista "para que le convenzan". Porque, ha enfatizado, "todavía queda alguno sensato". En ese sentido, ha lamentado que si el socialismo "hoy tiene como modelo a Zapatero", él "preferiría que tuviese a Felipe González", que ayer volvió a la palestra con la petición de que gobierne la lista más votada.
Tras las recientes alianzas de su partido con Vox en comunidades autónomas y ayuntamientos, el presidente popular ha manifestado que "en una democracia, la mayoría no se puede dejar secuestrar por la minoría". Acto seguido, ha proclamado que se presenta para "ser alternativa serena a la política de bloques, para volver a reunir a los españoles en los grandes pactos de Estado".
A su juicio, esto es exactamente lo contrario a lo que ha sucedido durante los últimos cinco años con el Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos. Una etapa que ha resumido con tres palabras: "Mentira, maldad y manipulación". "Eso ofrece el otoño del sanchismo", ha apostillado.
Sobre la cita con las urnas, Feijóo ha considerado que el proyecto que ofrece es lo que demandan "aquellos compatriotas que no quieren repetir la experiencia del anterior lustro". Votantes que "creyeron en promesas que pronto, advirtieron, se convirtieron en mentira". En el momento presente, ha sostenido, "hay una España que pide basta, un cambio de verdad".
Con las miras puestas en el futuro, el primer cambio que ha puesto el candidato popular sobre la mesa ha sido la vuelta a la "sensatez en las políticas", a poner por delante "las preocupaciones mayoritarias a las urgencias de los gobernantes". En definitiva: "Una nueva forma de hacer política, fiel al papel que las urnas otorgan".
En todo momento, Feijóo ha abogado por los "grandes acuerdos", los "pactos de Estado" con partidos políticos y agentes sociales y económicos. En su opinión, es lo que la "nación necesita" ahora mismo. La única forma "para que España recupere una unidad dañada".
Alusiones a Vox
Relacionado con el programa electoral, el gallego ha resumido en siete puntos los retos fijados para un próximo gobierno: "Blindar la sanidad pública, alcanzar de una vez por todas una pacto estable por la calidad educativa, que los jóvenes no vivan de sus padres, mejorar los fondos UE, responder a la tragedia demográfica, velar por el medioambiente y la política de agua".
Dicho lo cual, ha pedido afrontar esos retos "con menos división y más diálogo". Sin mencionar a Vox de forma explícita, sí ha marcado implícitamente una línea roja a este partido, en la hipótesis de que tuviera gobernar con él, cuando se ha comprometido a tener ministros que "sólo lo serán si acreditan máxima preparación y cero sectarismo".
"Que nadie cuente conmigo para otorgarle máximas responsabilidades a quien no ha aportado nunca nada para mantener en sus puestos a quienes comentan aberraciones como la ley del sólo sí es sí, y para nombrar en cualquier sitio a españoles contrarios a la UE, la OTAN o la defensa de la soberanía nacional", ha recalcado Feijóo.
Su aspiración, eso sí, es la de tener un gabinete "capaz", que no obedezca a nadie más que a España y que sea "justo, no revanchista, sereno, no vengativo". Porque, ha añadido: "Las vendetas, el sectarismo y los egos pretendo que se vayan también con el actual presidente y con el actual gobierno".
En cuanto a las medidas que pretende ejecutar si gana los comicios, Feijóo ha enumerado algunas como: "Regular por ley los debates electorales, el Debate sobre el estado de la Nación, la relación con el líder de la oposición; la mayor oferta pública de jueces y fiscales de nuestra historia y acometer los nombramientos institucionales con objetividad y transparencia".
"Moderación, unidad y diálogo"
En contraposición con Pedro Sánchez, el jefe de la oposición ha afirmado que "el Estado no le pertenece" a nadie. Y que ser presidente no consiste en "servirse de las instituciones, sino en servir a través de ellas a los españoles". En esa línea, ha asegurado que liberará "del sanchismo todas las instituciones que se han colonizado" y ha anunciado que el primer cese que acometerá su Consejo de Ministros será de Tezanos como director del CIS.
En cuanto al resto de propuestas, ha mencionado un "pacto para la violencia de género", "medidas que contrariarán al independentismo", y una petición al PSOE "tras la caída del sanchismo": que le "ayude a retirar poder a Bildu". Porque le "repugna la taza de indignidad con la que han castigado" a España y le "aterra la taza y media con la que amenazan ahora".
La última enmienda de Feijóo al actual Gobierno ha llegado cuando ha criticado que "la gran olvidada de esta legislatura" ha sido la "clase media". A partir de ahí, ha reprochado: "Han ido en contra de los ricos y se han olvidado de ayudar a la clase trabajadora, los mismos que han insultado a los más pudientes no tiene reparo alguno en repartir subvenciones millonarias sin mirar quién las necesita y quién no".
"Ningún Gobierno está para señalar a nadie, ni empresarios, ni periodistas, ni jueces. Está para ayudar al que lo necesita. No comparto insultar a Amancio Ortega, pero no le voy a pagar el cine con el dinero de los españoles; no comparto el insulto a Juan Roig, pero no voy a pagarle el tren cercanías; no comparto insultar a un futbolista, pero no le voy a dar 20.000 euros para empezar un negocio", ha espetado.
Finalmente, ha definido la candidatura que encabeza para la próxima cita con las urnas como: "Moderación frente al radicalismo, unidad frente al señalamiento, diálogo frente a las imposiciones, humildad frente a la arrogancia, mayoría frente a las minorías y regreso al respeto".