Andalucía es la comunidad autónoma que más escaños aporta al Congreso de los Diputados y el nuevo fortín del Partido Popular, donde Juanma Moreno ha conseguido poner fin a casi cuatro décadas de hegemonía del PSOE. Y la capital, Sevilla, es el punto elegido por Alberto Núñez Feijóo para iniciar su carrera a la Moncloa.
Previamente, en la noche del jueves, el aspirante popular a la Presidencia del Gobierno participará en la pegada de carteles en un territorio más hostil para su partido: Cataluña, que es la segunda comunidad que más presencia tiene en el Hemiciclo y donde ha redoblado la presencia durante esta precampaña.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL por fuentes de la dirección popular, esa es la agenda que tiene prevista Feijóo para los primeros compases de la campaña. En la ciudad hispalense, concretramente, estará con el presidente de la Junta en un acto que se celebrará por la mañana, seguramente en el Barceló Renacimiento.
Se trata del mismo escenario elegido por el PP para el mitin central de la precampaña andaluza, que tuvo lugar un 29 de mayo. Entonces, Feijóo llevaba dos meses en el cargo y su liderazgo se examinaba por primera vez. El resultado final fue el de una mayoría absoluta que está más presente que nunca en los despachos de Génova.
"El califa", como llaman en Génova al barón autonómico, consiguió teñir de azul el mapa con una estrategia que consistía en apelar al voto útil y que ahora sirve de inspiración a Feijóo para llegar a la Moncloa. Andalucía, en definitiva, es la estela que guía los pasos en la dirección nacional de los populares.
Para muestra, el discurso que ofreció Feijóo este domingo en un acto en Toledo, una de las ciudades en las que se produjo el vuelco político el pasado mes de mayo. Allí, y ante los que el partido llama "los alcaldes del cambio" pidió concentrar el voto en su candidatura para obtener una "mayoría suficiente" (las palabras mágicas a las que se encomendaba Moreno hace un año) y que "las minorías dejen de imponer su criterio".
En el turno de palabra, precedió a Feijóo el flamante alcalde de Sevilla: José Luis Sanz. Uno de los símbolos del PP en el 28-M. Su triunfo fue la gesta que más daño hizo al PSOE, que trató de preservar esta plaza a toda costa. Era el último halo de poder que le quedaba a Pedro Sánchez en el antaño granero de votantes socialistas.
La petición de Juanma Moreno
Ahora, las tornas han cambiado significativamente. Y para alcanzar los 176 escaños en la Cámara Baja, Alberto Núñez Feijóo se aferra a la mejor marca del PP en Andalucía. El listón lo puso Mariano Rajoy en el año 2011, cuando cosechó casi dos millones de electores y un total de 31 diputados.
En el Palacio de San Telmo, Juanma Moreno ha transmitido a los suyos que "la victoria de Feijóo tiene que salir" de Andalucía. Si se cumplen los mejores pronósticos, el barón popular marcaría su tercer hito en poco más de doce meses y se consagraría como pieza clave en la estructura nacional del partido, donde su voz ya se escucha con atención.
Este lunes, en su entrevista con EL ESPAÑOL, el vicesecretario de Organización del PP, Miguel Tellado, apela por primera vez a una mayoría absoluta. Y, precisamente, recurre al ejemplo andaluz donde, a priori, se vislumbraba imposible ese escenario. "Hay gente que dice que Feijóo tiene muy difícil la absoluta, ya veremos", apostilla sobre el resultado electoral del 23-J.
En este contexto, el principal escollo al que se enfrentan los populares viene de la mano de Vox, un fantasma que amenaza con boicotear el plan para captar votantes de centroizquierda. El trasvase de socialistas fue la clave del éxito de Moreno, un porcentaje importante de los 58 diputados que consiguió en el Parlamento andaluz.
El fantasma de Vox
Cuando se celebraron los comicios, el único gobierno de coalición que había sellado el PP con los de Abascal era el de Castilla y León, que se podía atribuir fácilmente a la anterior ejecutiva de Pablo Casado. Esta vez, Feijóo aparece como corresponsable de los pactos sellados en la Comunidad Valenciana y Extremadura.
Pero en Génova aseguran que este factor no impide apuntalar al elector "moderado". Lo ejemplifican de la siguiente manera: "Una vez que la victoria de Feijóo se da por segura, ya que reflejan todas las encuestas, hay que poner al ciudadano en la disyuntiva de elegir entre que gobierne solo o acompañado".
De esta forma, consideran los principales dirigentes de Génova, podrán retener el flujo de votantes procedentes de las filas socialistas. En su momento, Juanma Moreno no negó que fuera a pactar con Vox tras el paso por las urnas si no daban los números. Sencillamente, replicaba su afán por "tener las manos libres con una mayoría suficiente".
Hasta la fecha, Alberto Núñez Feijóo, al igual que su barón, ha sido incapaz de comprometerse a no meter en el Consejo de Ministros a Santiago Abascal. Únicamente se limita a repetir la misma copla: "Si los españoles me brindan una mayoría suficiente, yo les puedo garantizar que gobernaré en solitario".