El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, ha admitido este lunes que le cuesta ir por la calle en Madrid: "Me han intentado agredir cuatro veces en Madrid. En una lo consiguieron".
Rufián ha explicado que no lleva escolta cuando está en Madrid y que trata de pasar desapercibido "con una gorra y una mascarilla".
"Quien dice que en Madrid yo estoy muy bien, miente", ha explicado este lunes en una entrevista de La 2 y Ràdio 4 en la que ha explicado que su discurso contra personas como el expresidente José María Aznar, el excomisario José Manuel Villarejo y el vicepresidente de Vox, Javier Ortega Smith, tiene consecuencias.
Gabriel Rufián también ha sostenido que hay "tres mentiras" que se dicen sobre él: que está bien en Madrid, que no vive en Cataluña y que no habla en catalán.
Sobre la segunda afirmación, ha explicado que "siempre" ha vivido en Cataluña: primero en Santa Coloma de Gramenet, después en Sabadell y actualmente en Badalona (Barcelona).
También ha asegurado que habla en catalán: "Lo hago con la persona que más quiero en el mundo, mi hijo, y quiero al país y a su lengua casi tanto como a él", ha dicho.
Aviso a Sánchez: "Cataluña o Vox"
En la entrevista, el dirigente de ERC también ha planteado "un precio más alto y consensuado" del independetismo al actual presidente del Gobierno y candidato del PSOE a las elecciones generales, Pedro Sánchez, si quiere seguir en la Moncloa.
"Cataluña o Vox", ha expuesto Rufián, que ha pedido el voto por el independentismo, ya sea a ERC o a cualquier otra fuerza soberanista, y ha lamentado la "campaña de según quién" par promover la abstención del electorado independentista en las generales del 23 de julio.
Collboni y Trias
Sobre la investidura del socialista Jaume Collboni como alcalde de Barcelona, Rufián ha puesto en duda que su proyecto sea de izquierdas y ha considerado que el programa del socialista y el del candidato de Junts, Xavier Trias, son parecidos.
También ha apoyado la idea de que la investidura de Collboni con los votos de comuns y PP "se decidió desde un despacho de Madrid" y ha añadido que la situación fue más parecida a un capítulo de la serie Succession que a la propia política.