La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, recibió este miércoles con honores al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y después exhibió una sintonía inesperada con él, en una comparecencia conjunta al acabar su reunión en el Palacio Chigi de Roma. Sánchez cerraba así una más de sus mini giras europeas, tras visitar Chipre y Malta el martes, en las que está preparando los asuntos que van a ser objeto de negociación en la Unión Europea (UE) durante el semestre de presidencia española.
A pesar de las evidentes distancias ideológicas, el líder socialista y la presidenta del neofascista Fratelli d'Italia han expresado su "sintonía total" en los expedientes clave que le tocará cerrar al Gobierno español entre julio y diciembre. De hecho, Meloni se ha puesto "a la orden" del español para "unir fuerzas" en el Pacto de Migración y Asilo, la reforma del mercado eléctrico, y la nueva gobernanza económica, a partir de 2024.
Meloni había saludado con parafernalia casi de visita oficial a Sánchez a su llegada al Palacio Chigi, sede del Gobierno italiano. Juntos, accedieron al patio interior del edificio para escuchar los himnos nacionales de ambos países y para pasar revista a las tropas que les rendía honores. A continuación, posaron sonrientes ante los informadores gráficos estrechando sus manos e intercambiando algunos comentarios antes de que cada uno presentara a los integrantes de sus respectivas delegaciones.
La comparecencia conjunta se había acordado sin preguntas de la prensa, en una decisión preventiva, dada el abismo político que separa a ambos mandatarios. Sin embargo, las buenas palabras intercambiadas entre ambos mostraban una llamativa sintonía personal. "Cuando España e Italia trabajan juntos, pasan cosas buenas para nuestras sociedades y fortalecemos el proyecto europeo", señaló el presidente español.
Pacto de Migración y Asilo
En la reunión, entre otros asuntos, abordaron principalmente el Pacto sobre Migración y Asilo que los Veintisiete se han comprometido a aprobar antes de las elecciones a la Eurocámara el próximo año. Fuentes diplomáticas españolas subrayaban, antes de la cita, que las relaciones entre los países están por encima de los gobiernos que haya en cada momento y que Meloni, además, está "haciendo un esfuerzo" por cambiar su tono en este campo.
De hecho, la líder italiana confirmó este viraje. Meloni ganó las elecciones a finales del año pasado en Italia con un mensaje muy radical en contra de la migración irregular. Y lo corroboró en sus primeros meses al frente del Consejo de Gobierno, obstaculizando de palabra y de obra el trabajo de las ONG de salvamento marítimo que operan en el Mediterráneo.
Sin embargo, y tras la tragedia de Cutro, inició un viraje en sus declaraciones, que este miércoles se confirmó cuando se alineó con la idea española de "llegar a acuerdos con los países de origen y tránsito del norte de África".
Aun así, de una manera implícita, la mandataria no dejó pasar la oportunidad de reclamar a la Comisión Europea "un mayor esfuerzo en corroborar los avances ya aprobados en el Consejo sobre la financiación del refuerzo" fronterizo.
Hay que recordar que el pasado mes de febrero, éste fue uno de los puntos que discutieron los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas y que se aceptó que la UE pueda "financiar infraestructuras", ante la insistencia de Hungría en construir una verja en su borde con Ucrania. España no se opuso y facilitó el acuerdo, en aras de avanzar hacia el pacto definitivo.
Aspectos económicos
La visita no tenía carácter bilateral, sino que se enmarca en la presidencia española de la UE. Pero ambos presidentes se refirieron a las "excelentes, profundas y estructurales" relaciones entre los dos países.
Meloni celebró la entrada de inversiones de empresas de su país, "cuya capacidad e innovación es muy apreciada" en España. Y Sánchez aplaudió la profundización de los contactos culturales, además de emplazar a su colega "a retomar las cumbres bilaterales en 2024". Un guiño electoral, por otra parte, ya que este año no habrá una, precisamente, por las generales de diciembre.
El año que viene será clave para el proyecto de la UE. No sólo por la celebración de elecciones al Parlamento Europeo, sino por la respuesta conjunta a los desafíos globales en materia económica, energética, de competitividad y financiera.
Según las fuentes citadas, los efectos de la pandemia -que afectó especialmente a España e Italia-, las crisis provocadas por la guerra en Ucrania y la reconfiguración del orden global, polarizado entre Estados Unidos y China, centraron el resto de la conversación entre Sánchez y Meloni. Y en esos campos también hubo acuerdo: Madrid y roma unirán fuerzas para que las nuevas reglas fiscales de la Unión "tengan el crecimiento sostenible en el centro, y no centrarlo todo en la estabilidad".
Incluso, Meloni se atrevió a nombrar públicamente una idea que partió de Sánchez hace ya más de un año, pero en la que el presidente español ya no incide tanto en público: el impulso a un fondo soberano europeo para la reindustrialización.
Ante los "movimientos proteccionistas detectados en Washington" y el "desequilibrio comercial" impuesto por Pekín, la UE debe hallar cómo competir a la vez que refuerza su "autonomía estratégica", remarca ahora el jefe del Ejecutivo.
Los dos coincidieron en ir de la mano en la exigencia de una "reforma del mercado eléctrico" que, para Sánchez, "es la clave para que Europa pueda, de verdad, ser competitiva" en los mercados globales.
Según los dos mandatarios, la actual estructura de formación de precios energéticos afecta no sólo a los hogares, sino a las empresas, "y no tiene sentido pagar a precio de caviar la energía que tenemos más barata con las renovables". En ese punto, España juega con ventaja, y una reforma europea del mix energético le daría ventaja respecto a sus socios, ya que en la actualidad se nutre casi en la mitad de fuentes renovables.