El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha optado por priorizar la lógica interna del PSOE con los nombramientos de Héctor Gómez y José Manuel Miñones en sustitución de las ministras de industria y Sanidad, que serán candidatas en las elecciones municipales del 28 de mayo.
Las quinielas apuntaban a nombramientos técnicos, especialmente en Industria, porque el ministerio que dirigía hasta hoy Reyes Maroto debe gestionar millones de euros en fondos europeos. Sin embargo, Sánchez ha optado claramente por nombramientos muy políticos y en clave de partido.
Héctor Gómez fue portavoz del Grupo Socialista y fue sustituido hace menos de un año por Sánchez en una decisión que se consideró sorprendente e injusta por el trabajo desarrollado en el Congreso por el político tinerfeño. Gómez aceptó la decisión y ahora el presidente del Gobierno premia su silencio y lealtad.
Su designación tiene también una clave territorial, porque es canario y mantiene la representación de esta comunidad en el Gobierno tras la salida de Carolina Darias para ser candidata a la alcaldía de Las Palmas. Tal y como ha publicado EL ESPAÑOL, el caso Tito Berni ha dañado las expectativas electorales del PSOE en Canarias, de forma que si las elecciones fueran ahora es muy probable que la izquierda no sumara los suficientes escaños para reeditar el gobierno en la comunidad autónoma.
Problemas en Galicia
Respecto al nuevo ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, la clave interna tiene que ver con la situación del partido en Galicia. En esa comunidad, los socialistas arrastran tensiones internas que Ferraz no ha podido resolver estos años. El secretario general del PSDG es Valentín González Formoso.
Fuentes del partido interpretan que Sánchez podría estar apostando por Miñones para el futuro del partido en Galicia. En esa comunidad autónoma habrá elecciones en 2024, ya sin Alberto Núñez Feijóo como candidato, y los socialistas ven una oportunidad para romper la mayoría absoluta del PP y formar una coalición de izquierdas y nacionalista.
No ha pasado desapercibido, por otra parte, que los nuevos nombramientos reducen la presencia de ministras en el Gobierno, al sustituir a dos mujeres por dos hombres. Pero las necesidades y equilibrios internos en el PSOE han pesado en esta ocasión más en la decisión de Pedro Sánchez.
Los nuevos ministros lo serán, en principio, por espacio de nueve meses, los que restan para la celebración de las elecciones generales en diciembre, toda vez que el presidente se ha comprometido a agotar la legislatura aun cuando las tensiones con sus socios de coalición de Unidas Podemos han llevado a pensar en algún momento en un desenlace más rápido.