Margarita Robles no está en Ramstein este viernes, a pesar de que en la base que Estados Unidos tiene en suelo alemán, se está celebrando una reunión de alto nivel que reúne a ministros de Defensa de la OTAN y de otros países comprometidos con Ucrania en su rechazo a la invasión rusa. La titular del departamento español, de hecho, le quita importancia a la cumbre de Ramstein porque, según el Gobierno de España, allí "no se está decidiendo nada".
Lo cierto es que en la base militar están el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov... así como los de otros países de la Alianza Atlántica.
En realidad, en esa cita sí que se está discutiendo sobre la entrega de armamento pesado a Kiev. Concretamente, sobre si se envían o no carros de combate y quién lo hace.
El Gobierno del canciller Olaf Scholz no quiere "una escalada" en la guerra y parece sólo estar dispuesto a mandar tanques Leopard 2 si EEUU manda también sus M1 Abrams. Pero Washington es reticente, alegando que sus vehículos de combate están más lejos, son más complicados de usar y de mantener.
Robles alega que en Ramstein no se tomarán decisiones, sino que "se evalúan las peticiones de Kiev y la disponibilidad de ese material entre los aliados". La ministra española asegura que "las decisiones políticas se tomarán en la cumbre de ministros de la OTAN, el próximo mes de febrero".
Sin embargo, tanto el ministro ucraniano como su presidente, Volodímir Zelenski, han urgido a la OTAN a "tomar decisiones ya". La guerra se encuentra en un posible punto de inflexión, después del avance de Kiev en las últimas semanas de 2022 y la contraofensiva rusa a base de bombardeos y nuevas escaramuzas en el Donbás, como la presunta conquista de la ciudad de Soledar.
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Ante la ausencia de la ministra Robles en Ramstein, que está siendo representada por dos militares "de alto nivel" en la reunión, su agenda -eso sí- mostraba dos actos públicos, este viernes, relacionados con Ucrania. El primero, la visita al segundo grupo de militares ucranianos que reciben instrucción y adiestramiento en España, en la Academia de Infantería de Toledo. Y el segundo, otra visita, en este caso, al puesto de Ucrania en FITUR.
"Colaboramos con discreción"
Además, fuentes de su entorno aseguraban, en conversación con este periódico, que "España es uno de los países que más está colaborando con Kiev y que más material está mandando a Ucrania desde el inicio de la invasión".
Si la imagen es la contraria, como le tocó afrontar al propio presidente esta semana en Davos -donde fue preguntado insistentemente por la "escasísima" contribución española- es porque "no lo vamos contando, somos discretos y prudentes", sostienen las mismas fuentes.
Pero lo cierto es que en la Alianza Atlántica, hay ya nueve países dispuestos a redoblar sus envíos de material bélico, dando el paso al material pesado, que hasta ahora no se había suministrado a Ucrania. Son Reino Unido, Polonia, Países Bajos, Estonia, Letonia, Lituania, República Checa, Dinamarca y Eslovaquia.
Londres ya anunció esta semana que mandará una docena de sus tanques Challenger 2. Y la presión aumenta sobre Alemania, dueña de sus Leopard 2... y de la patente sobre los del resto de países, que no pueden trasladarlos fuera de sus fronteras sin el permiso de Berlín.
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La ministra española de Defensa, por su parte, insistía desde Toledo en que "la evaluación técnica" de Ramstein se basará en tres criterios: "Las demanda de Kiev, la disponibilidad de ese material en cada país y la coordinación entre los aliados". En ese sentido, Robles añadió que "España es más pequeña... no tiene el Ejército de Estados Unidos o Reino Unido".
Pero es evidente que Ucrania implora por los tanques, que España los tiene y que el resto de países occidentales ya se están implicando.
La delegación de Estonia, por ejemplo, llegaba este viernes a Ramstein con los deberes hecho. Su primera ministra, Kaja Kallas, anunciaba en la noche del jueves que su Gobierno ha aprobado "el mayor paquete de ayuda de armas pesadas" hasta el momento. Y que con este nuevo envío, "la ayuda militar total de Estonia a Ucrania supera ya el 1% del PIB" del país.
Según Kallas, el paquete incluye obuses, lanzagranadas y municiones, "lo que Ucrania nos ha pedido". Su país no cuenta con carros de combate Leopard 2, pero tras dar ejemplo, la mandataria de este pequeño país del Báltico amenazado directamente por Putin reclamó "al mundo libre proporcionar asistencia armamentística a Ucrania, y hacerlo a una escala y velocidad mucho mayores".
Es más, insistió en que si tras "analizar sus existencias" los aliados se ven impedidos, deben "asegurarse de que las industrias militares produzcan más y más rápido". Porque mientras continúe la guerra, "eso es que no hemos hecho lo suficiente".
Por su parte, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha asegurado que Varsovia "no necesita el permiso" alemán, y que si en Ramstein no lo logra, su país "tomará decisiones heterodoxas". Es decir, que la controversia es tal que el asesor presidencial polaco, Paweł Soloch, ha advertido que si Alemania no acepta el envío a Ucrania de los tanques Leopard que tiene el Ejército polaco, se abrirá "una grieta en el seno de la OTAN".