El PSOE está viviendo estos días un cisma interno que no se veía desde la crisis de 2016 en la que Pedro Sánchez acabó defenestrado por los suyos. El problema ahora, más ideológico, es en torno a la postura que el partido mantiene frente a algunos aspectos de la Ley Trans, ideada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero y que ha terminado por dividir al partido en dos.
El principal punto de la controversia la autodeterminación de género, que implica que cualquiera podrá ir a un Registro Civil y cambiarse de sexo sin aportar ningún tipo de informe médico, sólo con la declaración personal. Este punto es innegociable para Unidas Podemos, por lo que los socialistas han tenido que posicionarse, y en esas se les ha abierto la grieta.
Por un lado, están las que podrían llamarse las feministas clásicas. Andan capitaneadas por la exvicepresidenta Carmen Calvo y su sector incluye a antiguas feministas y miembros de la comunidad LGTB, principalmente de mujeres lesbianas. Consideran que esa forma de autodeterminación no tiene garantías jurídicas y puede contribuir al borrado de las mujeres.
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En el otro bando está el grueso del sector LGTBI. Su cara más visible es el secretario de políticas LGTBI del PSOE, Víctor Gutiérrez. Entre sus filas hay gente que ha salido especialmente reforzada tras la reestructuración del partido, después de la destitución de Carmen Calvo como vicepresidenta.
Ese sector se posiciona a favor de la autodeterminación de género y reivindica que la suya es una posición histórica del partido. De hecho, esa es la misma posición que se firmó en el acuerdo con Unidas Podemos y que luego fue ratificada en el 40 congreso del PSOE.
La pugna más reciente estalló tras superar las enmiendas a la totalidad presentadas por el Partido Popular y Vox. Lejos de iniciar una tramitación tranquila, el PSOE decidió ampliar el plazo para presentar enmiendas parciales. Se estaba estudiando la posibilidad de enmendar la autodeterminación de género, y los dos sectores enfrentaron sus posturas.
Al final, este jueves tuvo que intervenir el propio Pedro Sánchez, quien intercedió para decantar la balanza a favor de que el PSOE no presente enmiendas en esa dirección. "La autodeterminación de género no se toca", fue el mensaje que salió de la dirección del partido.
La situación está lejos de llegar a su fin y puede partir al PSOE aún más. Porque ahora la ley pasará a la Comisión de Igualdad del Congreso, presidida por la propia Carmen Calvo, y ahí las feministas clásicas seguirán peleando. Su objetivo es "hacer ver al presidente que, socialmente, la gente no está a favor" de la autodeterminación de género y que tenga que cambiar.
Pero, realmente, ¿quién es quién dentro del cisma? ¿A qué lado de la grieta se sitúan las principales voces del partido?
Las feministas clásicas
Carmen Calvo. La exvicepresidenta es la voz con más autoridad dentro del PSOE en contra de la Ley Trans, tal y como está redactada ahora. Calvo salió del Ejecutivo en el verano del año pasado, en parte por sus discrepancias con Irene Montero. Pero su peso ha hecho que sus tesis sigan teniendo presencia entre las filas socialistas. Sigue siendo diputada y preside la Comisión de Igualdad, en la que se tramitará la norma.
Considera que la autodeterminación de género puede "destrozar todo lo que de progresista han tenido las leyes de Igualdad entre hombres y mujeres", según dijo en una reciente entrevista que avivó la polémica. Cada vez que habla, se sacude el avispero dentro del PSOE.
Como presidenta de la Comisión de Igualdad no va a tener demasiado margen de actuación, porque se trata de un cargo institucional. Pero muchos creen que si no se termina de enmendar la parte de la autodeterminación, romperá la disciplina de voto y no apoyará la norma.
Ángeles Álvarez. Fue la primera diputada declarada lesbiana y ha tenido históricamente mucho predicamento dentro del partido. Fue portavoz del PSOE en la Comisión de Igualdad del Congreso ya en tiempos de Pedro Sánchez. Considera que la Ley Trans de Montero es una suerte de "ley mordaza".
Aunque sigue militando en el PSOE, no tiene ningún cargo orgánico y actualmente es portavoz de la Alianza contra el Borrado de las Mujeres. Se trata de una de las principales asociaciones que capitaliza el discurso feminista. En septiembre llegó a presentar varias enmiendas a la Ley Trans, junto a otras 15 asociaciones. Considera, además, que la ley pone en riesgo la protección de las víctimas por violencia de género.
Laura Berja. Diputada del PSOE, ejerce de portavoz de Igualdad del partido en el Congreso de los Diputados. Aunque tiene un perfil relativamente bajo respecto a la Ley Trans, defendió a Carmen Calvo en un rifirrafe que la exvicepresidenta tuvo con el secretario LGTBI, Víctor Gutiérrez.
Él había dicho que "hay muchas voces en el PSOE que hacen daño", en alusión a las críticas de la exvicepresidenta a la Ley Trans. Berja respondió: "Porque fuisteis somos. Es un honor trabajar con Calvo como compañera feminista y socialista y presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso".
Además, fue muy llamativo que ella no fuera la ponente de la postura del PSOE en el Hemiciclo, cuando hace dos semanas se rechazaron las enmiendas a la totalidad que PP y Vox habían presentado contra el texto. "Hay silencios que dicen más que algunas declaraciones", dice una compañera.
Amelia Valcárcel. Aunque no es parte del partido, esta filósofa está considerada una de las fundamentales intelectuales orgánicas del PSOE. Además es miembro del Consejo de Estado. Esta misma semana, con el debate candente en las filas socialistas, se posicionó radicalmente en contra de la Ley Trans.
Dijo, en una entrevista en El Mundo, que es "una de las leyes más peligrosas que se han llevado al Parlamento". "Por su contenido, sumamente peligroso para las criaturas, para las mujeres y para toda la sociedad. A la infancia la ataca en sus cuerpos, a las mujeres en sus derechos, y quiere destruir la clave de bóveda de la sociedad abierta, que es la libertad de expresión", justificó.
Isabel García. También lesbiana, pero se considera más feminista que LGTB. Estuvo en el equipo del PSOE que trabajó la postura frente a la Ley Trans, en la etapa de Carmen Calvo, y fue delegada federal LGTBI, cargo cuyo equivalente ha pasado a ocupar Víctor Gutiérrez.
Su salida del núcleo duro del partido evidencia que las teorías LGTB se han impuesto en el organigrama frente a las puramente feministas. Además, es miembro de la asociación FEMeS, que agrupa a las socialistas feministas contrarias a la Ley Trans y que cuenta con unas 800 asociadas.
Altamira Gonzalo. Es vicepresidenta de FEMeS y su labor como jurista la convierte en una de las voces de más peso a la hora de cuestionar la seguridad jurídica de la Ley Trans. Dice, por ejemplo, que las mujeres tienen en las estadísticas una de las herramientas más útiles para demostrar discriminación. Con el borrado del género, ese tipo de cuestiones se desdibujarán.
También defiende que los menores no tengan tanta facilidad para cambiar de sexo, porque las consecuencias son irreversibles y señala que hay varios países que han tenido que dar marcha atrás en normas similares.
Sector LGTBI
Víctor Gutiérrez. El secretario de políticas LGTBI del PSOE es la principal cara visible de este sector. Nombrado en octubre de 2021 con el beneplácito de Adriana Lastra, representa a esos jóvenes del PSOE a favor de la autodeterminación de género, entre otras cuestiones.
Él fue uno de los primeros en disparar en esta batalla cuando, el pasado verano, aseguró que era positivo "apartar de la primerísima línea política a ciertas voces que han hecho mucho daño al partido y que tenían posicionamientos contrarios" a la Ley Trans. Se refería implícitamente a Carmen Calvo. La cuenta de Twitter de su secretaría, al igual que la de Igualdad, fue eliminada hace poco para que la diferencia de mensajes no se viese tanto.
Es, además, uno de los cargos del partido al que el PSOE da más visibilidad en la agenda, con muchos actos programados de manera casi constante.
Carla Antonelli. Fue la primera diputada trans y uno de los mayores símbolos del partido en este frente, pero el pasado martes presentó la dimisión y rompió el carné, agitando aún más el avispero. Fue su reacción al conocer que el PSOE había ampliado el plazo para presentar enmiendas a la Ley Trans, ante la sospecha de que se abría así la puerta a retocar la autodeterminación de género.
Asegura que las agresiones a las personas trans están aumentando, denuncia que el colectivo ha sido tradicionalmente discriminado y considera que la ley, tal y como está, puede servir para dar garantías a las personas con disforia de género, es decir, que pertenecen a un género distinto al que marcan sus genitales.
También sostiene que exigir informes médicos para llevar a cabo la autodeterminación de género supone reducir la identidad trans a una especie de patología o trastorno mental.
Javier Aunión. Aunque ya no está en la primera línea del partido, fuentes del PSOE aseguran que se trata de una de las figuras clave en el sector LGTB. Asesor del partido en el Senado, siempre fue jefe de gabinete de Adriana Lastra. Se atribuye a ambos que la línea oficial del partido en esta materia se acabara decantando a favor del sector LGTB.
Las feministas clásicas están descontentas con su labor, porque consideran que propició ese cambio de paradigma del partido. De hecho, varias fuentes confirman que fue él quien presentó a Víctor Gutiérrez y a Adriana Lastra.
Raquel Pedraja. Aunque es una diputada relativamente desconocida, su perfil cobró relevancia a principios de octubre porque fue la responsable de defender los argumentos del PSOE para rechazar las enmiendas a la totalidad de la Ley Trans.
Más que por sus ideas personales, se la asocia al sector LGTB porque asumió un trabajo que le podría haber tocado a Laura Berja. Cabe recordar, que mientras Pedraja defendía las posturas del partido Carmen Calvo, se ausentó del Pleno.
Miquel Fernández. También forma parte del sector de Víctor Gutiérrez. No tiene cargo orgánico en el PSOE, pero es un trabajador de toda la vida de la formación. Fue asesor del histórico Pedro Zerolo, del que tanto se habla estos días. También es amigo de Carla Antonelli.
Aunque su nombre apenas sale a la luz, muchas voces le sitúan como una figura clave en este conflicto del partido y como una persona con mucha influencia sobre Víctor Gutiérrez.
¿Y Andrea Fernández? En esta lista falta la actual secretaria de Igualdad del PSOE. La diputada más joven del partido es heredera de los postulados de la familia más ortodoxa del feminismo. Es decir, ideológicamente alineada con algunas de las tesis que defienden Calvo, a quien siempre ha apoyado, y las suyas. Sin embargo, no se ha posicionado firmemente en esta batalla, evitando la confrontación y dedicando sus esfuerzos a buscar un pacto entre ambas partes del PSOE, sin posicionarse en contra del sector LGTBI.