La noticia de que Hacienda ha ultimado un impuesto a las grandes fortunas ha sentado como un jarro de agua fría a una parte del Gobierno. Por una vez, este a una parte no se refiere a Unidas Podemos en su totalidad, sino a las dos ministras de la rama morada, Ione Belarra e Irene Montero, que se enteraron a la vez que la prensa de las intenciones del Ejecutivo. Alberto Garzón y Yolanda Díaz, en cambio, ya conocían la noticia horas antes.
Así lo han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes de los cuatro ministerios implicados, que tampoco se pusieron en contacto entre sí para urdir una estrategia común. Lo último que supieron sobre el impuesto a los grandes patrimonios era que estaba sobre la mesa de negociación para los Presupuestos Generales del Estado de 2023, pero que no había empezado a tratarse todavía con sus interlocutores, Nacho Álvarez y Josep Vendrell.
Las conversaciones en marcha, dicen las mismas fuentes, se centraban hasta este miércoles en la ley de familias, política de vivienda y mejoras para la dependencia, pero nada de tocar a los millonarios. De ahí la sorpresa de parte del Ejecutivo cuando la mañana del jueves, sin previo aviso, la ministra de Hacienda anunció la nueva tasa temporal a partir del 1 de enero. La cúpula de Podemos se enteró en ese preciso instante.
No fue así en el caso de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, cuyo equipo lleva varios días coordinándose con Hacienda para sacar adelante la nueva figura fiscal, eso sí, fuera de los presupuestos. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, no tardó mucho más en confirmar en los pasillos del Congreso que él también era consciente del anuncio.
Pese a todo, según ha podido saber este periódico, los ministerios exclusivamente de Podemos ignoraban que Hacienda fuera a anunciar una figura tributaria que, a su juicio, todavía no había pasado del boceto. Las ministras Ione Belarra e Irene Montero, así como el portavoz Pablo Echenique, se enteraron a la vez que los periodistas.
Contentos pero no mucho
El propio Echenique, que no forma parte del Gobierno, celebró que Hacienda abra la puerta a un proyecto que su partido lleva demandando desde el inicio de legislatura. Precisamente, Unidas Podemos presentó en junio una propuesta similar de gravamen a las grandes fortunas que fue rechazada públicamente por el PSOE.
El sentimiento de que los socialistas han comenzado su giro a la izquierda -como se conoce al cambio de discurso desde el Debate sobre el estado de la Nación- es unánime en la formación morada: agradecen que tomen prestadas sus medidas, pero desconfían de las intenciones y las formas. "Ellos sabían que queríamos este impuesto. Ahora tenemos que hablar de los detalles".
"No hubo comunicación previa", añadió Echenique. Diversas fuentes coinciden en que la maniobra del PSOE podría significar, temen los morados, que los de Pedro Sánchez no sólo quieran culminar el giro, sino apropiarse de parte del programa de Podemos y ocupar su espacio durante la maratón electoral de 2023.
Por otro lado, ninguna de las fuentes consultadas ha podido aclarar la letra pequeña del futuro gravamen o si se aplicaría sobre el IRPF. Todo el contenido de la medida, dicen, está todavía por desempolvar, aunque la idea es incorporarlo al nuevo modelo de reforma fiscal y al sistema de financiación autonómica, otra de las noticias avanzadas por María Jesús Montero.
"Respecto al carácter temporal [del llamado impuesto a los ricos] somos cabezones y vamos a seguir insistiendo en que sea justo, redistributivo y permanente", insistió Echenique.