Adriana Lastra ha presentado su dimisión como vicesecretaria general del PSOE. La número dos del partido estaba enfrentada en una batalla interna por el control del partido, y Pedro Sánchez advirtió hace unas semanas de que intervendría en su "pelea de poder" con Santos Cerdán, secretario de Organización.
La propia Lastra ha emitido un comunicado en el que alega "cambios importantes" en su vida personal que le exigen "tranquilidad y reposo" y que, "en las dos últimas semanas", le han obligado a "tomar una baja laboral que se va a prolongar aún un tiempo". La hasta ahora vicesecretaria general socialista, de 43 años, está embarazada.
Sánchez estaba "enfadado" desde la misma noche electoral del 19-J. De hecho, según fuentes socialistas, llevaba semanas inquieto por "la falta de liderazgo" en el seno del partido. Consciente de que la profunda crisis de Gobierno del 10 de julio de 2021 no había dado el impulso político deseado a su proyecto, el secretario general socialista estaba decepcionado y le reprochó a Lastra sus "juegos de poder" internos, en pleno sorpasso del PP.
El estallido de las desavenencias internas dentro de la formación se hizo público tras el "batacazo" en las elecciones andaluzas del pasado 19 de junio. En aquella cita, el Partido Popular, liderado por Juanma Moreno, alcanzó una inesperada mayoría absoluta que provocó una hiperactividad del líder socialista.
Se sacaron leyes del cajón -como la de Memoria-, se activó la contrarreforma exprés de la Ley del Poder Judicial, se aprobó un nuevo decreto de medidas contra la inflación... y en el Debate del estado de la Nación, el presidente se volvió a colocar a la izquierda del tablero, pero no con acusaciones de que el PP está "en la ultraderecha", sino con un giro de sus políticas: "Impuestos extraordinarios" a la banca y a las energéticas, tren gratis y becas reforzadas.
La organización de la campaña andaluza y el mensaje del partido, centrado en "recordar la corrupción del PP", por el caso Gürtel, o su mimetismo con "la ultraderecha de Vox" no había dado los réditos esperados. Es más, las encuestas a nivel nacional indicaban un desplome imparable del PSOE, de sus apoyos a la izquierda, y un camino al alza del PP de Alberto Núñez Feijóo.
Voces dentro del partido acusaron entonces a Lastra de ser la responsable de estas decisiones "erráticas". Por ejemplo, a la vista de que la sentencia de los ERE seguía pendiente de ser confirmada por el Tribunal Supremo. O por el efecto de "voto útil", que pudo impulsar el trasvase de apoyos del PSOE al PP, para evitar la entrada de Macarena Olona en el gobierno autonómico.
Sánchez, "cansado"
En la Ejecutiva del pasado 4 de julio, la primera tras las elecciones andaluzas, Sánchez expresó su "cansancio por esta disfuncionalidad", la de la disputa entre los dos números dos, y les comunicó que intervendría: "Cuando tenga una decisión tomada, os la comunicaré".
En ese momento, Cerdán se veía derrotado y Lastra le aventajaba en la batalla: la vicesecretaria general se ha sentido siempre cómoda en la confrontación ideológica, nunca ha rehuido el ataque directo y, según las fuentes consultadas, los mensajes fuerza de los últimos meses han salido siempre de su factoría.
[Sánchez reprocha a Lastra que haya impulsado rencillas en el PSOE en pleno 'sorpaso' del PP]
De ahí los virajes del último mes, posterior a la debacle del 19-J. Se rebuscó en los viejos argumentos, para remozarlos y darles nuevo uso: como no había funcionado recordar el 'caso Gürtel', se apostó por hablar de los "poderes ocultos" (los ricos, las grandes empresas...) que tienen intereses con sus "terminales políticas" (el PP, claro).
Y al comprobar que al electorado no le había calado lo de tirar de un supuesto mimetismo de Feijóo con Vox, se introdujo el tétrico término de "viejo orden" cuando se habla del "Gobierno anterior" y de su "mercado de trabajo basado en la precariedad laboral".
Lastra, en todo caso, ha preferido aducir motivos personales en su salida. "Ante la dificultad de compaginar las exigencias de reposo y cuidados, imprescindibles en mi situación actual, con la intensidad que exige la dirección del partido, he presentado mi dimisión como vicesecretaría general del PSOE", explica su nota pública.
Según este comunicado, la decisión está tomada y comunicada a Sánchez "hace días". Lastra dice "agradecer" al secretario general "su confianza todos estos años recorridos". Y se incluye dentro del éxito socialista desde la vuelta del líder a la Secretaría general, "en un camino que muchos creyeron imposible y que hemos hecho realidad paso a paso".
Mal "encaje"
A pesar de los motivos aducidos por Lastra en su comunicado, ya hace tiempo que el presidente Sánchez estaba pensando en los cambios necesarios dentro de su estructura de poder.
Muchos de sus colaboradores más inmediatos le advertían de que Lastra no había "encajado" su salida de la portavocía parlamentaria. De ahí, los rumores que señalaban a Héctor Gómez, su sucesor, como una de las posibles cabezas que Sánchez habría pensado en hacer rodar.
Según las fuentes consultadas, y a pesar de haberse publicado en algún medio, Sánchez confía firmemente en este político canario y lo considera una de las caras emergentes con "más peso y futuro" dentro del partido.
Otro de los motivos por los que el líder socialista había comenzado a dudar de Lastra, tal como este periódico ha podido confirmar desde el interior de la dirección del PSOE, es que su labor como vicesecretaria -normalmente, un cargo meramente simbólico- estaba provocando "un caos organizativo" en el seno del partido.
"Ahora mismo, no está claro quién se encarga del control territorial", explicaba a este diario un viejo líder del PSOE. Efectivamente, esas atribuciones suelen recaer en el puesto de Cerdán. Pero, a la vez, en el último congreso se creó una vocalía de Política Autonómica en la Ejecutiva, para dar entrada a Guillermo Fernández Vara, al mismo tiempo que la vicesecretaria "se inmiscuía en las decisiones de las federaciones".
Desde la crisis de Gobierno del año pasado, se vino rumoreando que algunas de las nuevas ministras ejercían en su Gobierno, en parte, como rampa de lanzamiento a futuras candidaturas autonómicas para sustituir a viejos barones críticos con el sanchismo.
Así, Isabel Rodríguez (Política Territorial y portavoz), exalcaldesa de Puertollano, viene sonando para ser la candidata que sustituya a Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. Pilar Alegría (Educación), excandidata a la Alcaldía de Zaragoza, podría ser quien tomara el relevo de Javier Lambán en Aragón. E incluso Diana Morant (Ciencia) era postulada a la Alcaldía de Valencia.
Pedro Sánchez no siempre preside las Ejecutivas del PSOE, pero lleva un par de meses despejando su agenda para, al menos, hacerse cargo de las principales citas. Así, un mes antes de las elecciones andaluzas ya se sentó en Ferraz entre todos sus compañeros. En aquel momento, ya se elevaban algunas voces sobre otras, en el seno del partido, lamentando el recurso a los mensajes de "polarización", y reclamando un urgente "cambio de dinámicas".