Ciudadanos convocó la pegada de carteles de la campaña andaluza en la ciudad natal de Inés Arrimadas, Jerez. Pero la presidenta del partido no pudo estar con sus compañeros. Tenía una cita inexcusable en Irlanda: el congreso de los liberales europeos.
Desde que la época de las vacas flacas llegó a tierra naranja, predomina una consigna: “Mirar a Europa”. Las formaciones liberales europeas están acostumbradas a los altibajos. Muchas de ellas pasan de no tener representación parlamentaria a entrar en el gobierno; y viceversa.
Arrimadas estuvo la segunda parte de esta semana en Dublín junto a algunos miembros de su equipo. Mantuvo, según cuenta ella misma a este periódico, hasta once reuniones bilaterales con líderes de distintos países.
Arrimadas asegura haber arrancado a sus socios el compromiso de "visualizar que se sepa más y mejor que Ciudadanos es el partido liberal de España, y que el PP no forma parte de esa familia europea".
"Les sorprende que el PP, un partido antiabortista, antieutanasia, anti matrimonio homosexual, que se reparte a los jueces y el resto de las instituciones... se proclame liberal", aduce.
A través de estos congresos, se va renovando la dirección de ALDE –la conjunción liberal europea–. Luis Garicano continúa siendo vicepresidente. Uno de los grandes objetivos de esta edición pasa por integrar a la plataforma de Macron, que comparte grupo parlamentario en Estrasburgo con los liberales, pero no siglas.
Por la cercanía de Francia con España y debido a una relación trenzada desde hace años, Ciudadanos podría jugar un papel fundamental en esa misión. Cuando Macron fundó su movimiento, los naranjas crecían con rapidez y siempre tendieron la mano al ahora presidente de la república francesa.
“Todo se relativiza cuando sales de la burbuja. Lo bueno y lo malo”, cuenta Arrimadas a este diario desde Irlanda. “Nos siguen tratando como a un partido importante. Saben que ganamos las autonómicas en Cataluña, que gobernamos hoy en Madrid y en Andalucía… Respetan y valoran a Ciudadanos”, detalla.
La “relativización” de la que habla Arrimadas tiene que ver con la mencionada fluctuación de las organizaciones liberales. “Fíjate, acabo de estar con una dirigente de D66, los liberales holandeses. En 2006, según las encuestas, no tenían representación en la Cámara. Hoy están en el gobierno”, apunta.
Uno de los retos, precisamente, del liberalismo europeo es lograr el mantenimiento de tendencias al alza. O dicho de otro modo: la permanencia de una bolsa de escaños que los consolide como bisagra. Ese es ahora el principal desafío de Ciudadanos: evitar la desaparición en los hemiciclos autonómicos y condicionar los ejecutivos.
El mapa liberal
Los liberales europeos clasifican en tres colores el mapa del continente: verde donde los suyos están asentados, amarillos donde el momento es muy delicado y rojo donde no existe representación. Arrimadas reitera que España está en “verde” y que lo seguirá estando mientras se gobierne y se influya en las políticas públicas.
Existe un acompañamiento estrecho a Arrimadas en este momento delicado. “Cuando nosotros estuvimos muy fuertes, ayudamos a muchos partidos liberales. Ahora nos van a ayudar a nosotros. Esto está siendo un chute de moral”, explica otro miembro de los naranjas a este diario.
A través de la charla con Arrimadas y con otros miembros de su equipo, este periódico reconstruye parte del contenido de las reuniones de Ciudadanos con otras siglas liberales.
“Es habitual”, dicen que les han animado sobre las dificultades aritméticas que atraviesan. “Ha habido caídas mucho mayores. Después, se producen recuperaciones si se aplica un plan de acción, como ya ha aprobado Cs. El FDP alemán o el D66 son los mejores ejemplos”.
Después de este espaldarazo, con la vista puesta en el futuro, los liberales europeos han reiterado a Arrimadas que “el espacio existe” y que la receta para mantenerlo se asienta sobre “medidas económicas de alivio fiscal, la desregulación y una intensa agenda social y regeneradora”.
Pero, ¿cuándo se considera que el partido sobrevive y está consolidado? “Cuando se mantiene representación en las instituciones y se cuenta con un buen número de líderes reconocibles por la población”.
Los liberales europeos también comentaron con Arrimadas “la importancia de las agrupaciones”: “Es fundamental que los afiliados sientan la presencia de sus líderes junto a ellos y en las calles. Ahí donde haya afiliados hay que estar, haya setecientos o siete. La militancia resiste en tiempos de crisis”.
Todo redunda, en el fondo, en una buena gestión de las expectativas: “Nuestros socios nos insisten mucho en que comuniquemos la situación en la que estamos. Se puede ser muy útil con una fuerza electoral menor a la de otras épocas. La prioridad es resistir y mantener el espacio liberal para, una vez pase la dificultad, volver a crecer”.
También se mencionó la “defensa a ultranza de la Unión Europea”: “Eso nos distingue claramente de populistas, pero también del bipartidismo. Queremos seguir avanzando en la integración, sin dar agua a nacionalistas y populistas”.
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