Josep Bou (Vic, 1955) irrumpió en la política catalana con muchas más cosas por perder que por ganar. El ínclito empresario, muy crítico en su día con Mariano Rajoy por haber permitido la consulta ilegal del 9-N y por su gestión del desafío separatista, aceptó en 2018 ser el candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, una plaza que nunca ha sido fácil para los populares: ni electoral ni, mucho menos, socialmente.
Para ello dejó atrás la gestión de su cadena de pastelerías, muy reconocida en la Ciudad Condal, con la que regentaba hasta ocho locales. Cuando se postuló como alcaldable, sus trabajadores le dieron el visto bueno conduciéndole hasta una enorme bandera de España colocada en uno de sus obradores. Una anécdota que da cuenta de su patriotismo desacomplejado, motivo de incordio para los nacionalistas catalanes.
Éstos -los nacionalistas catalanes- tampoco le perdonan su pasado militar, pues Bou ostenta el título de "Caballero Legionario Paracaidista". Una particularidad que siempre ha recordado "sin miedo", reivindicando un "pensamiento militar de la vida".
Quizá ese pensamiento militar, que se basa en el respeto a la autoridad, sea el que haya llevado al candidato popular a resaltar la figura del Rey Felipe VI cada vez que tiene ocasión. Sobre todo, con motivo de su actuación el día 3 de octubre de 2017, cuando lanzó un comunicado oficial tras el referéndum ilegal de autodeterminación.
Todos estos trazos del personaje pueden ayudar a explicar por qué su automóvil ha aparecido totalmente calcinado en la capital catalana. Los Mossos d'Esquadra no descartan que se trate de un acto vandálico, y así lo ha dejado entrever el edil del PP en el consistorio barcelonés. "Nada me detendrá en el cumplimiento del deber y mi trabajo", ha aseverado en su cuenta personal de Twitter.
El concejal estaba en el distrito de Horta-Guinardó participando en una carpa del PPC cuando ha sido advertido de que su vehículo estaba ardiendo. Acto seguido, los Bomberos de Barcelona han acudido al lugar de los hechos, la plaza de Salvador Allende, para apagar las llamas y asegurar la zona. No se han producido heridos.
El entorno de Josep Bou ha admitido tras el incidente que en las últimas semanas se había producido un repunte de amenazas contra el edil a través de las redes sociales por parte del sector más radical del separatismo. "Vigila cuando aparques el coche", le amenazó un usuario este viernes, un día antes del incendio del vehículo.
Pero las amenazas no son algo novedoso, ni mucho menos, en la vida del empresario, que las lleva padeciendo desde antes incluso de meterse en política. En 2020 su negocio amaneció con pintadas independentistas llamándolo "facha" y otras lindezas.
Personalidad histriónica
Cuando Bou fichó por el Partido Popular en 2018 sorprendió a muchos. Había sido muy crítico con Mariano Rajoy. Le iba bien en sus negocios. No había mostrado inquietudes políticas. "Yo no soy político, yo soy empresario", reivindica aún hoy en día.
Así se desprende de su personalidad, histriónica y alejada de la seriedad propia de un cargo público, que ha regalado a la hemeroteca algunas actuaciones polémicas, como cuando apareció en TV3, la televisión pública catalana, y regaló a la presentadora -separatista- una camiseta con el lema "La república no existe, idiota".
En 2019, se convirtió en el protagonista de una manifestación en defensa de la Constitución. Al son del cántico "en pie si eres español", lideró un show festivo delante de la pancarta principal de la marcha, que portaban, entre otros, Alejandro Fernández, líder catalán del PP, y más lejos, Santiago Abascal, presidente de Vox.
Pero su histriónica personalidad también se refleja en la naturalidad de algunas de sus expresiones. No en vano, consignó el "ni mantita en el suelo ni patadita en la puerta", en referencia a la tolerancia de la alcaldesa Ada Colau hacia los okupas. Por eso recuerda siempre a sus votantes que "si les fallo, sigan mis ideas, pero no a mí".
Bou, durante la campaña electoral a las pasadas elecciones municipales, se presentó como una suerte de aventurero, un hombre de acción capaz de adaptarse a cualquier circunstancia. Finalmente, tras el paso por las urnas, logró escapar por poco de un desastre que muchos daban por hecho: los populares no desaparecieron del Ayuntamiento. Aunque por poco: obtuvieron el 5,01% de los votos y dos ediles.
El papel de concejal, desde entonces, no le está luciendo tanto como hubiera deseado. A pesar de ello, quiere repetir. Aún tiene ganas de ser alcalde. Y previsiblemente repetirá como candidato a las próximas municipales, que se celebran en mayo de 2023. Y lo hará pese a todo, como lleva demostrando desde 2018.