Pasadas las 20.40 horas, fuentes gubernamentales anunciaron que el real decreto ley de medidas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania se tramitará, definitivamente, como proyecto de ley en el Congreso "para permitir las aportaciones de los grupos parlamentarios". Era la respuesta pública a la carta que Juan Bravo, vicesecretario económico del PP, había enviado cuatro horas antes a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Lea aquí la carta enviada por Juan Bravo a la ministra de Hacienda
Cumplía así Moncloa la primera de las peticiones del Partido Popular para salvar a Moncloa del castigo de sus aliados parlamentarios por el llamado caso Pegasus.
Pero "no es eso lo que hemos pedido, o no sólo", advierten fuentes de la dirección de Génova. Lo cierto es que la nueva etapa del PP ha cambiado el tono de Génova y Moncloa, que ahora sí se comunican e incluso se ofrecen mutuamente "la mano tendida", pero ambas partes se reprochan formas y contenido.
Y en lugar de entrar a negociar las propuestas del otro, se contestan con unas nuevas.
Así lo hizo el PP al recibir los 11 "grandes consensos" que Pedro Sánchez entregó a Alberto Núñez Feijóo en Moncloa -tras filtrarlos esa mañana a la prensa-, pues demoró su contestación más de 10 días... y ésta fue en forma de 41 folios con un "plan de choque económico". Y así contestó el Gobierno este miércoles a la carta de Bravo -remitida a los medios, a su vez-, remitiendo la misiva de respuesta de Montero llena de reproches y asuntos que nada tienen que ver con la economía... efectivamente, de nuevo, los 11 puntos del presidente.
Lea aquí la carta enviada por María Jesús Montero en respuesta a Juan Bravo
Feijóo, en todo caso, sigue dispuesto a salvar la votación del decreto económico este jueves en el Congreso. Pero únicamente en el caso de que Sánchez acepte incluir sus "mejoras" al decreto y que las vote el Congreso: "Hay cuestiones aprovechables, pero otras inasumibles, otras insuficientes y muchas, notablemente mejorables", explica una fuente de la dirección popular, leyendo un párrafo de la carta de Bravo.
"Queremos que haya votación y quede claro quién apoya nuestras medidas y quién no", añade este portavoz del PP, que asume que el Gobierno no aceptará alguna (o ninguna) de sus propuestas. Pero lo cierto es que en Génova ya se anotan la rectificación de Moncloa como una victoria. Y creen que puede haber más: salvando a Sánchez una votación le quieren hacer perder las de después... y con ellas, el favor de la calle.
Las peticiones
Este miércoles, EL ESPAÑOL ya anticipaba en exclusiva que Sánchez estaba dispuesto a este gesto. En realidad, estaba obligado. Porque entre sus socios unos lo exigían y otros no se fían de él. Porque dirige un Ejecutivo supuestamente responsable de "un espionaje al disidente" y precisamente "mientras negociábamos con ellos, es como ir con las cartas marcadas".
Ahora, el partido liderado por Feijóo quiere "otro tipo de gestos", en este caso fiscales.
Es decir, que el Congreso "pueda votar las medidas de rebaja de impuestos" que recogía la carta del vicesecretario económico. A saber: deflactar los primeros tramos del IRPF ya mismo, en la retención de las nóminas e ingresos "para devolver dinero a las rentas bajas y medias"; bajar el IVA de la luz y la electricidad al 5%; y reducir el "gasto burocrático" del Estado, que el PP cifra en más de 60.000 millones.
Y por supuesto, que el proyecto de ley "tenga un plazo tasado y garantizado" de tramitación antes del cierre del actual periodo de sesiones. "Triquiñuelas las justas, que este Gobierno no nos ofrece confianza", explicaba esta fuente popular: "Ya nos prometieron esas rebajas en el documento de La Palma y luego incumplieron".
Sánchez ha tenido que cancelar su viaje a Moldavia y Polonia "porque no tiene los votos", recuerdan en el PP, "y eso denota la debilidad de su Ejecutivo" tras haber estallado la crisis del llamado caso Pegasus, un supuesto espionaje más de 60 políticos, líderes y activistas del separatismo catalán y vasco.
Pero fuentes cercanas al presidente dan por hecho que "la votación se debe ganar por más de un voto", tras una tarde frenética de negociaciones.
Eso explica el tono de la contestación de Montero, que deja pocas puertas abiertas al entendimiento. Y que además obviaba otro emplazamiento de Bravo en su misiva: la "conversación programada para esta tarde", que nunca se produjo. En ella, el vicesecretario económico del PP quería plasmar "en un documento" los compromisos "los compromisos que son imprescindibles para las familias y la economía de nuestra nación".
Concesión con trampa
A lo largo de la tarde del miércoles, nadie del Gobierno se había puesto en contacto con ningún representante del Partido Popular. Mientras sí que se negociaba con ERC, Bildu, PNV, Ciudadanos, Junts, PDeCAT, Compromís, Más País, Teruel Existe, BNG... Fuentes de Hacienda confirmaron a este diario que la respuesta a Juan Bravo sería inmediata "y por carta", firmada por su interlocutora, la ministra Montero.
Y así fue: a las 21.00 horas llegaba la misiva de la ministra al correo de Bravo... pero no había ni una sola concesión más.
El PSOE, de hecho, cree que ganará la votación incluso sin que el Partido Popular tenga que abstenerse, y por eso la única concesión, en realidad, tiene trampa: "Es un decreto con validez de tres meses, ya lleva uno en vigencia y la tramitación como proyecto de ley se llevará, como mínimo, otro más", recuerdan fuentes de la dirección socialista.
Es decir, que si hay enmiendas, la primera tendrá que ser la prolongación del decreto y de la vigencia de sus medidas. O no hay concesión alguna, en realidad.
Y ésa es la explicación de que no hubiera llamada y sí reproches cruzados. O de que no se aceptara expresamente ningún punto de los planteados y sí se recordaran los pendientes.
Bueno para el PP
También esto da razón a por qué Feijóo mantendrá su "mano tendida hasta el mismo momento de la votación". Recuerda la dirección del PP que "es nuestro rival, no es de fiar, puede ser apuntillado por sus propios socios, a los que habría estado espiando, y aun así nos ofrecemos a salvarlo".
Eso sí, a cambio de medidas concretas: "Si quiere su política económica, que la saque adelante él solo... si necesita ayuda, tendrá que escuchar y aceptar aportaciones".
Aportaciones... precisamente la palabra que usaba Moncloa en su nota a los medios. Pero que no aparecía por ningún lado en la carta de Montero. En Génova entienden que Feijóo ha logrado llevar la iniciativa, marcarle la agenda al presidente y ponerle en el brete de elegir "entre seguir cediendo ante los separatistas y entregarle a Bildu secretos de Estado o ceder ante un partido de Estado para bajarle impuestos a los ciudadanos".
Si Sánchez, además, accede a negociar "será mejor para los españoles", opinan en Génova. Pero si no lo hace, salga lo que salga de la votación de este jueves, es bueno políticamente para el PP.