El presidente del Gobierno fue taxativo hasta en dos ocasiones, en la primera entrevista que concede desde la invasión de Ucrania por Rusia: "Putin debe saber que las sanciones se mantendrán vigentes hasta que retire todas sus tropas de todo el territorio de Ucrania".
Quedó por aclarar si Pedro Sánchez se refería a las fronteras reales, las reconocidas por toda la comunidad internacional, o le bastará con que los soldados rusos abandonaran las posiciones tomadas en la última semana. Es decir, si Vladímir Putin se puede amparar en los Acuerdos de Minsk para permanecer en Crimea y seguir controlando el Donbás, la región este de Ucrania.
En todo caso, el mensaje del jefe del Ejecutivo fue muy firme en este aspecto. Ya que presumió de que "todo lo que esperaba el mandatario ruso no lo ha logrado". Y se ha encontrado una comunidad internacional que redobla sus sanciones, unida y firme.
Se refería Sánchez a que Moscú "ha pretendido desestabilizar y provocar división en la Unión Europea durante los últimos años", utilizando sus medios de comunicación -ahora prohibidos- "y las fake news", además de la infiltración en determinados conflictos. "Todo eso no lo ha logrado, y se ha encontrado con una Europa más fuerte que nunca".
Esos "otros conflictos" no los nombró Sánchez, por conveniencia propia. Pero evidentemente se refería, por un lado, al referéndum del 'brexit', donde se demostró la injerencia rusa y el apoyo a las posiciones que abogaban por la salida de Reino Unido de la UE. Y por otro, sin duda, al 'procés' independentista catalán, en el que se vieron implicados decenas de miles de bots en las redes y hasta varios activistas político-mediáticos hoy patrocinados por Moscú, como Edward Snowden y Julian Assange.
Consecuencias económicas
Pero también por provecho propio, el presidente le dedicó una buena parte de la entrevista a insistir en sus planes de transición energética y la apuesta de su Gobierno por las renovables.
El asunto tiene claves importantes en este conflicto, dada la "dependencia de Europa en un 40% en su suministro energético básico de un país cuyo régimen ahora amenaza nuestros valores y la legalidad internacional". Pero Sánchez aprovechó para insistir en su exigencia a Bruselas de "reformar el mercado energético", para la conformación de precios, y de "impulsar las interconexiones con Francia, no sólo de gas natural sino también de hidrógeno verde".
Uno de los anuncios principales de Pedro Sánchez fue el de que, "los alrededor de 100.000 ucranianos que viven en España" en la actualidad, todos ellos, podrán acogerse a una medida novedosa. "Vamos a extender sus permisos y a otorgárselos a los que no los tengan para que puedan vivir y trabajar legalmente en nuestro país". La medida, sin duda, aliviará a muchos de ellos, hoy imposibilitados para tener un empleo regularizado.
En ese campo, el de las consecuencias económicas de la guerra y de las sanciones impuestas por la Unión Europea a Rusia, Sánchez anunció que vendrán más. Y se preguntó en alto "¿qué consecuencias tendría no defender nuestros valores, no defender la democracia y permitir que un sátrapa los amenace?". En su opinión, sin duda, "mucho peores".
Eso sí, admitió que ya está al habla con la Comisión Europea para que arbitre "medidas de compensación a las industrias que se verán afectadas" por las represalias rusas o, simplemente, por el corte del comercio con Moscú.
Asimismo, pidió a todos los grupos de la oposición que muestren "unidad en la respuesta" que, a nivel nacional, habrá que afrontar. "Europa se enfrenta a muchos años de conflicto con Rusia, por desgracia, y yo le pido a la oposición que muestre la misma unidad que la UE en su respuesta" para paliar los efectos en inflación y pérdida de crecimiento económico.
Desunión del Gobierno
Por encima, sin embargo, pasó la entrevista, de la desunión en su propio Gobierno. Unidas Podemos ha criticado este mismo lunes la decisión de Bruselas de poner sobre la mesa 500 millones de euros del Fondo de Ayuda para la Paz, de los que 450 se dedicarán "al suministro de material bélico letal para la defensa de Ucrania".
Mientras la formación de su vicepresidenta segunda arremetía abiertamente contra la decisión, Sánchez presumía de que "España es el cuarto país que más contribuye a ese fondo". Y que eso significaba que España no sólo manda ayuda humanitaria y material sanitario y defensivo, sino que "la aportación de armas a Kiev la vehiculamos a través de la UE".
Ante la insistencia de Carlos Franganillo, el conflicto interno de su Ejecutivo que ha convertido a España "en una excepción" -según su entrevistador en TVE- en comparación con los pasos "históricos" dados por Alemania, por ejemplo, Sánchez desvió la respuesta hacia la "necesidad de actuar unidos, que es nuestra principal fortaleza".
En todo caso, una cosa demuestra el poco peso español a nivel internacional, más allá de las iniciativas de las que presume: el tuit que escribió el presidente español este domingo, tras su conversación con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quedó solo en el vacío de la red social. El líder resistente de la patria agredida no agradeció esa llamada públicamente, como sí ha hecho con decenas de contactos con otros líderes mundiales.