Malas noticias para nuestro país. En el último año, España ha retrocedido dos puestos en el Índice de calidad democrática y ha pasado de ser considerada una democracia "plena" a una "defectuosa", por primera vez desde que se elabora este ranking, y ya se equipara con países como Sudáfrica, Israel, Estonia, Botsuana o Estados Unidos.
Las conclusiones que se extraen del informe elaborado por The Economist son poco halagüeñas. Si el año pasado España caía seis puestos hasta el 22º a nivel mundial, este año retrocede aún más, hasta el 24º. Entre los diversos motivos, que el país "está sufriendo de una fragmentación parlamentaria cada vez más acusada", así como "una letanía de escándalos de corrupción" y un "creciente nacionalismo en Cataluña".
Pero el descenso de 0,18 puntos en la valoración de la democracia española se debe sobre todo a "una rebaja en su puntuación sobre la independencia judicial", según se extrae del estudio publicado por la unidad de investigación del semanario británico.
Éste señala el funcionamiento "de forma interina" del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ya que su mandato venció en 2018 y "no ha habido acuerdo sobre el nombramiento de nuevos jueces". Una tesitura denunciada una y otra vez por Bruselas. "Cuanto más se prolongue esta situación, mayor será el riesgo de que el Consejo se vea socavado y sea vulnerable a la politización", abunda el informe.
Si se desgrana la calificación, que es de 7,94, España obtiene un 9,58 en "procesos electorales y pluralismo", un 8,24 en "libertades civiles", un 7,50 en "cultura política", un 7,22 en "participación política" y un 7,14 en "funcionamiento del gobierno". Así las cosas, nuestro país (7,94) se encuentra en la tabla por detrás de Francia (7,99) e Israel (7,97), y ligeramente por delante de Chile (7,92) y Estados Unidos (7,85).
Mayor bajada desde 2010
La valoración general ha pasado del 5,37 en 2020 al 5,28 en 2021, lo que supone la mayor bajada anual desde 2010. Y los países que han sufrido un mayor retroceso en su calidad democrática en estos últimos doce meses han sido Ecuador, México y Túnez, que han pasado de ser consideradas "democracias deficientes" a "regímenes híbridos". Una categoría que ahora comparten con Bangladés, Senegal, Ucrania y Hong Kong.
"Los resultados reflejan el impacto negativo de la pandemia en la democracia y en la libertad en el mundo por segundo año consecutivo, con la extensión considerable del poder del Estado y la erosión de las libertades individuales", explica el estudio.
Así es que Suecia, Luxemburgo y Reino Unido (que pierde también dos posiciones y se acerca a las democracias "deficientes") están en la primera categoría de la clasificación, como lo están Costa Rica, Uruguay, Corea del Sur, Japón y Mauricio.
Entre los "regímenes autoritarios" se encuentran Nicaragua, Cuba, Venezuela, Argelia, Egipto, Rusia, Ruanda, Vietnam y China. En lo más bajo de la lista, Afganistán (0,32), tomado hace ya seis meses por los talibanes, que es el país menos democrático del mundo por detrás de Birmania (1,02) y Corea del Norte (1,08).
Son malos datos para España, que llegan después de que el último examen sobre corrupción divulgado por Transparencia Internacional nos haya calificado con 61 puntos sobre 100, en un claro retroceso con respecto a años anteriores.
El Índice
El Democracy Index es una clasificación anual elaborada por la Unidad de Inteligencia de The Economist que tiene como objetivo determinar la salud democrática de los 167 países analizados. Los resultados se basan en sesenta indicadores diferentes agrupados en cinco diferentes categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del gobierno, participación política y cultura política.
Una vez analizada la calidad democrática de los países en base a estos parámetros, éstos se agrupan en países con democracia plena (21 en este último estudio), países con democracia imperfecta (53), países con regímenes híbridos (34) y países con regímenes autoritarios (59).
"Los resultados reflejan el continuo impacto negativo de la pandemia en la democracia y la libertad en todo el mundo por segundo año consecutivo", analiza el estudio de este año, que prosigue: "La pandemia ha supuesto una retirada sin precedentes de libertades en democracias desarrolladas, a través de la imposición de bloqueos y restricciones".
Además, medidas como los "pases verdes", que "requieren prueba de vacunación contra la Covid-19 para la participación en la vida pública", han "acostumbrado a los ciudadanos a una enorme extensión del poder estatal".
No se recuerda otro impacto igual en el Índice de calidad democrática desde 2010, cuando todo el globo -especialmente Europa- sufrió la crisis financiera internacional de 2008 y 2009. Entonces, 91 países de los 167 analizados obtuvieron una puntuación inferior que en el año 2008. España, debido al estallido de la burbuja inmobiliaria, pasó de una calificación de 8.45 a 8.15. Una cifra que continúa bajando: ahora, un 7,94.