El agravio comparativo es evidente. Mientras que un diputado en el Congreso de los Diputados que haya sido contacto estrecho con un positivo en coronavirus puede ahora mismo trabajar desde casa y votar incluso de manera telemática, un sanitario debe hacerse una PCR y acudir a su puesto de trabajo siempre y cuando la prueba indique que no está contagiado.
Así es desde este pasado martes, cuando el Congreso ha vuelto a implantar el voto telemático ante la sexta ola del coronavirus, que ya afecta a medio centenar de diputados confinados por contactos estrechos o por ser positivos.
El presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos de Médicos (CESM), Tomás Toranzo, critica que exista una "doble vara de medir" entre políticos y sanitarios: "Llama la atención que de manera rápida y general se pongan de acuerdo para protegerse, mientras que nosotros llevamos meses criticando que estamos demasiado expuestos". En la misma situación que los sanitarios, están los profesores.
Torzano se refiere a la "sobrecarga laboral" y el "estrés psicosocial" que sufren los médicos a raíz de la pandemia, que ya lleva casi dos años entre nosotros. Ahora mismo, pese a haber sido contacto estrecho, un médico o un profesor deben acudir al centro de salud, sin permitírsele el aislamiento preventivo.
El Ministerio de Sanidad, con motivo del avance de la variante ómicron, aprobó el pasado 1 de diciembre un documento que recoge una serie de cuarentenas para "contactos estrechos" de positivos, entendiendo por éstos a "cualquier persona que haya proporcionado cuidados a un caso o haya estado en contacto con sus secreciones y fluidos" o "haya estado en el mismo lugar que un caso, a una distancia menor de dos metros y durante un tiempo total acumulado de más de 15 minutos en 24 horas".
Si se es contacto estrecho de un positivo por Covid, habrá de guardar cuarentena en función a factores como si se está vacunado o no, la comunidad en la que resida o la variante causante del positivo.
"Trato preferente"
El enfado de los sanitarios ante esta "dobla vara de medir" es comprensible porque llueve sobre mojado. Y es que mientras ellos fueron los más expuestos durante la primera ola, el Congreso canceló su actividad parlamentaria de manera inconstitucional, según dictó el TC en sentencia posterior que estimaba un recurso interpuesto por Vox.
La tesitura actual no tiene nada que ver, por cuanto la actividad parlamentaria continúa, pero sí deja entrever que puede existir lo que desde la CESM llaman "un trato preferente". Y es que debido al aumento de contagios, todos los partidos políticos han aceptado la petición de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, de habilitar esta semana el voto telemático para las tres sesiones plenarias.
De hecho, la Mesa del Congreso se ha reunido telemáticamente ante la ausencia de varios miembros que están confinados.
La sexta ola del coronavirus parece haberse cebado con los miembros de la Cámara Baja. Fuentes parlamentarias informan de que al menos una decena de diputados del PP y del PSOE permanecen en cuarentena, mientras que Vox ha reconocido 8 confinamientos y Ciudadanos al menos uno.
Especialmente sangrante está siendo el caso de la cúpula del Partido Popular. Este mismo martes, el secretario general, Teodoro García Egea, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, anunciaban a través de redes sociales su positivo en coronavirus y mandaban un mensaje de prudencia a la población: "Por favor, cuidaos mucho".
Un cuidado que en lo sucesivo le resultará mucho más fácil de mantener a un político que a un sanitario. Los diputados seguirán trabajando, pero de manera telemática, siempre y cuando aleguen haber tenido algún "contacto estrecho".