El Gobierno y el Partido Popular han inaugurado una nueva relación de “consenso”. Veinticuatro horas y dos reuniones han sido suficientes para desencallar la renovación de los órganos institucionales. Con la excepción del CGPJ, cuyo relevo continúa bloqueado. El acuerdo, según las partes, todavía no incluye nombres. Lo hará, como tarde, en diez días, cuando se prevé un pleno que efectúe los nombramientos.
Los escaños de PSOE y PP no son suficientes para activar los cambios en el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo y la Agencia de Protección de Datos. No obstante, unos y otros saben que cuentan con la mayoría. Unidas Podemos, a través de Yolanda Díaz, ya ha confirmado su buena disposición.
Fuentes de la organización, en charla con este periódico, insisten en que “han formado parte del acuerdo pese a no participar en las reuniones” y que tendrán su particular cuota en los nombramientos. Los de Casado lo niegan y reiteran que se trata de un mano a mano con el PSOE. Sin embargo, el desbloqueo ya está sellado.
Mientras tanto, Vox ha acusado al PP de gobernar junto al PSOE; y Ciudadanos ha cargado contra el bipartidismo por “un teatrillo oscuro que supone el reparto del Estado”: “Para lo realmente importante no se ponen de acuerdo”.
Félix Bolaños, ministro de la Presidencia; y Teodoro García Egea, secretario general del PP; han encabezado las dos reuniones que se han producido entre la tarde de este miércoles y la mañana del jueves. Uno y otro han comparecido ante los medios en el Congreso de los Diputados para celebrar el acuerdo.
El inicio de lo sucedido también tuvo lugar en la Carrera de San Jerónimo, cuando Casado ofreció a Sánchez el desbloqueo y pilló al presidente desprevenido. Tanto que no respondió en su turno de réplica al jefe de la oposición y tuvo que salir Bolaños, minutos después, a contar a los medios que iba a llamar al PP. Así fue: el telefonazo a García Egea concluyó con la primera de las citas.
Teniendo en cuenta el habitual tono belicoso entre las dos organizaciones, ha llamado la atención el uso de expresiones como “espíritu de diálogo”. Tan sólo se atisbó algo así cuando se repartieron los vocales de RTVE.
"No ha sido empezar de cero"
Bolaños ha explicado lo repentino del pacto con las negociaciones que se atascaron en febrero, cuando a punto estuvieron de renovarse todos los órganos, CGPJ incluido: “No ha sido empezar de cero. Es cierto que en los últimos meses apenas había interlocución, pero las negociaciones estaban trabajadas”.
“Hemos solventado una anomalía. En el Gobierno, la puerta siempre había estado abierta. Ahora, este espíritu de consenso debe extenderse al CGPJ, que lleva demasiado tiempo en funciones. No es una opción, nos obliga la ley”, ha incidido el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez.
García Egea ha destacado “la mano tendida de Casado” como punto de inflexión. Ha coincidido con Bolaños en la “normalidad” que supone la renovación. Igual que los socialistas, ha asegurado que “es posible” abordar el relevo del CGPJ antes de que acabe la legislatura, pero el PP seguirá manteniendo su línea roja: reformar la ley que lo rige al mismo tiempo que se renueva la alineación de magistrados.
“No nos fiamos de la palabra de Sánchez. Si no se hace al mismo tiempo, no tendremos la certeza de que se cambiará la norma para favorecer la independencia del poder judicial”, destaca otro dirigente del PP.
Los de Casado quieren devolver el funcionamiento a como era a comienzos de la Transición: los jueces elegían a los jueces. Sin embargo, a comienzos de los ochenta, el felipismo aprovechó su mayoría absoluta para otorgar el poder de elección al Parlamento.