Ante una Plaza de Toros de Valencia abarrotada, como en los mejores tiempos del PP, Pablo Casado cerraba este domingo la Convención nacional del partido con un mitin electoral en el que lanzaba un "nuevo contrato social" y apelaba a todos los constitucionalistas para, afirmaba citando a Julián Marías, "reconectar a la España oficial con la España real".
"España quiere volver a respirar PP. Aire nuevo, oxígeno para las familias, para las empresas, para las instituciones... Hemos creado una corriente de confianza y apoyo social que crece cada día, y la ola se está haciendo marea y llegará a las urnas en forma de mandato reformista intenso y profundo" afirmaba, fuertemente ovacionado por 10.000 simpatizantes.
En primera fila le escuchaban los barones regionales del partido, los líderes valencianos y alcaldes de toda España, además del invitado internacional estrella, el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis.
Haciendo balance de sus tres años al frente del PP, presumía en clara alusión a Vox pero, sobre todo, a Ciudadanos, que "los que venían a sustituirnos se han ido quedando por el camino" porque, decía, "el PP es mucho PP y hemos hecho lo correcto: primero ofreciendo unidad y cuando la rechazaron, haciéndola por la base".
Una reunificación que además de a "conservadores y liberales" pretende ahora recoger a los "socialdemócratas defraudados por el sanchismo que pacta con los amigos de los asesinos de concejales socialistas y con los nacionalistas radicales que llaman bestian taradas a los españoles".
En otro momento del discurso, se referiró a la reciente detención en Italia de Carles Puigdemont para mostrar su compromiso de "traer" al ex presidente catalán fugado ante el Tribunal Supremo, "aunque tengamos que viajar hasta el último país de Europa para exigir el respeto a nuestra Justicia. Ya está bien de impunidad ante los golpistas" enfatizó, mientras los simpatizantes populares gritaban: "Puigdemont, a prisión".
Casado afirmaba que no nombraría siquiera a Pedro Sánchez, y no lo hacía, dado que "representa al pasado, aunque aún no lo sepa". Y aseguraba además que su Gobierno ejerce el poder "de forma despótica" para, decía, "limitar la libertad de expresión, para intervenir el Poder Judicial, para degradar el control parlamentario, para expropiar los beneficios empresariales y poner en riesgo los servicios públicos. Eso tiene que acabar ya" señalaba.
El líder de la oposición pedía a la izquierda que "saque sus manos" de aspectos como "la Educación, la religión o la moral". Esbozando ese nuevo contrato social, afirmaba que servirá para "devolver el poder a los ciudadanos, limitar el Gobierno, reforzar las instituciones y la Justicia, crear empleo y sostener nuestro bienestar". Y argumentaba la necesidad de ese cambio en que, a su juicio, "nunca antes un Gobierno aceptó que nuestros hijos fueran a vivir peor que sus padres, hasta han mandado por escrito a Bruselas que pagarán la deuda de su despilfarro hasta el 2060, es un egoísmo generacional histórico".
Para el presidente del PP, el Ejecutivo de coalición entre PSOE y podemos "prefiere" tener a los jóvenes "subsidiados y estabulados, en un sistema educativo y laboral mediocre, antes que abrir las puertas a una generación pujante y emprendedora que se coma el mundo".
Las medidas
Casado precisó medidas concretas que aplicará "nada más llegar al gobierno". Entre estas "reformas estratégicas", enumeró que impulsará "una nueva Ley de Concordia" que reemplazará a la de Memoria Histórica. Prometió también que modificará la ley para garantizar la imparcialidad de la Fiscalía y que los jueces elijan a sus jefes. También para impedir "los indultos por sedición" o "la quema de banderas". Y aseguró que el Estado recuperará "las competencias de prisiones en Cataluña y el País Vasco".
En materia económica, propuso una profunda reforma fiscal: "Suprimiremos los impuestos de Sucesiones, Donaciones y Patrimonio. Ya está bien de pagar hasta cuando se mueren nuestros seres queridos", afirmó.
El presidente del PP anunció también que su partido "reducirá los ministerios y asesores a la mitad", que despolitizará el CNI o RTVE, o que digitalizará la administración para convertirla en "una autopista para los emprendedores". También anunció una batería de medidas en contra "el invierno demográfico" y medidas en favor de las familias. "Necesitamos libertad, igualdad y maternidad", sintetizó.
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