Contábamos hace un par de semanas que el PSOE retrasaba los Presupuestos. Que no convocaba a su socio, Unidas Podemos, a ninguna reunión. Y que los morados advertían de las dificultades que habría en la negociación: "Tener una coalición no significa decir que sí, hay cosas que cumplir, y nosotros ya hemos trazado nuestra estrategia", advertían fuentes de Podemos en conversación con este periódico.
La negociación de los Presupuestos por fin se ha lanzado, con bastante retraso según los deseos del equipo al que Yolanda Díaz encomendó la misión, y con una emergencia que puede arrasar la credibilidad de los morados.
En lo económico, el equipo de la vicepresidenta segunda quiere ya la reforma fiscal. Pero como han visto que es imposible en el rostro de Pedro Sánchez, en el discurso de Nadia Calviño y en las notas cruzadas con María Jesús Montero, se agarran a una exigencia concreta: "El Impuesto de Sociedades debe tener un mínimo común para todas las empresas del 15%". La idea, recuerdan, la llevan años reclamando, "pero es que ahora es un acuerdo del G20, lo propone la UE, lo defiende la OCDE y lo ha anunciado el propio Joe Biden".
Creen los morados que el PSOE no tendrá escapatoria. Responden en Hacienda que "se puede discutir"... si bien remiten a la comisión de expertos reunida para proponer el catálogo de reformas y que tiene de plazo hasta febrero de 2022 para presentar sus conclusiones. Nadie entrega una carta antes de sentarse a jugar, todo hay que decirlo.
Y en lo político, Unidas Podemos plantea tres cosas. La primera, un incumplimiento. La segunda, una urgencia. Y la tercera, un compromiso.
Por orden, la intervención de los alquileres y la mejora del Ingreso Mínimo Vital (IMV) "que se firmaron para los Presupuestos de 2021 y el PSOE no ha cumplido". Después, la bajada de la factura de la luz, "hemos propuesto medidas realizables y efectivas, a corto y a largo plazo, pero el PSOE no reacciona". Y finalmente, una ley de familias "que incluya una prestación mínima universal por cuidados".
"Gasto sí, pero con rigor"
Como ya ocurrió el año pasado, la negociación presupuestaria será aprovechada por Unidas Podemos para "arrancar compromisos al PSOE que, si no, por muy firmados que estén en el acuerdo de coalición, no tienen ganas de cumplir", explican las fuentes moradas.
Del lado socialista, un portavoz de Hacienda explica que la reforma fiscal se debería haber abordado ya, "pero la pandemia y su consiguiente crisis económica trastocaron los planes". Es decir, que el PSOE es "responsable y ahora lo que toca es consolidar la recuperación, crear empleo y que la mejora de la economía llegue a todos". Es decir, gasto sí pero con rigor.
Pero "la ciudadanía no entendería que, habiendo anunciado PSOE y Unidas Podemos que íbamos a regular el alquiler y mejorar el IMV, esos acuerdos alcanzados no estuvieran negro sobre blanco antes de negociar estos PGE", advertía Pablo Echenique esta semana.
¿Una luz este martes?
Unidas Podemos se mantiene expectante ante lo que lleve este martes la vicepresidenta tercera del Gobierno al Consejo de Ministros. De la cantidad y calidad de medidas urgentes para bajar la factura de la luz que aparezcan sobre la mesa de Moncloa dependerá la estrategia de la facción morada del Ejecutivo en sus próximas semanas.
"Todo el mundo sabe que sólo con un Gobierno que incluya a Unidas Podemos bajará la luz", repetían sus líderes hasta que en enero de 2020 fueron ministros. "Sólo nosotros podemos mirar a la cara a los oligarcas de las eléctricas y decirles que se acabaron sus privilegios".
Entonces, el precio del kW/h estaba a menos de la mitad. Esta semana, ha superado los 150 euros. Y todos los amagos de "movilizar a la gente", pregonados por líderes como Echenique se han quedado en nada: ni baja la factura -que sólo sube-, ni sale nadie a la calle, ni a Teresa Ribera se le enciende una luz.
Por ahora, sólo una promesa del presidente, hace una semana en la prensa, que obliga a bajar brutalmente la factura si se ha de cumplir. Llegar a un gasto anual "similar al de 2018" exige un recorte espectacular en estos cuatro meses que quedan de ejercicio 2021. Fuentes del Gobierno prometen que este martes habrá medidas concretas en el Consejo de Ministros. Pero otras afirman que "todo está muy verde".
"Bajar la luz ya"
Fuentes de Unidas Podemos tratan de capitalizar la promesa de Sánchez: "No importa quién lo anuncie, ni que intenten hacernos de menos", explica un portavoz de la formación morada. "Todo el mundo tiene claro que si no es por nuestra presión dentro del Consejo de Ministros, el PSOE no habría hecho nada".
Y recuerdan que la bajada del IVA del 21% al 10% fue propuesta suya: hoy ya está vigente, y Transición Ecológica estudia prolongarla durante 2022, según ha sabido este periódico. Y explican que "si somos el primer Gobierno que se atreve a recortar los 'beneficios caídos del cielo' de las eléctricas es por Unidas Podemos". Aunque la medida está incluida en esas leyes que siguen su curso parlamentario y aguardan meses de tramitación: "Por eso queremos que vayan vía decreto".
Yolanda Díaz ya le ha insistido a Pedro Sánchez, en sus reuniones semanales cara a cara, en que la vía impositiva ya se ha agotado con el IVA y la supresión del tributo de generación eléctrica del 7%. Y que ahora es el turno de que las empresas contribuyan "porque se están beneficiando de la subida". La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha llegado a bautizarlo como "la guerra que las eléctricas han declarado a los consumidores".
Mientras, Nacho Álvarez se ha reunido ya con María Jesús Montero en la sede de Hacienda para bajar al detalle los compromisos esbozados en sus llamadas y mails durante agosto y la primera semana de septiembre. El secretario de Economía de Podemos y la ministra de Hacienda deben terminar sus cuentas en breve: el 28 de septiembre es el último Consejo de Ministros... si el Gobierno quiere cumplir con el mandato constitucional, que marca el último día del mes como límite para llevar la ley presupuestaria al Congreso.
ERC y la Mesa, un riesgo
Entretanto, el PSOE también negocia con los socios parlamentarios. Los 155 escaños que suman socialistas y morados no dan para sacar adelante la norma clave de cada año. Más decisiva aún en un ejercicio con 27.000 millones previstos en fondos europeos, que hay que canalizar y que llegan, de hito en hito, según España vaya cumpliendo compromisos, muchos de los reflejados en la misma norma.
Y en la negociación con ERC y Bildu estará la piedra de toque. Para empezar, porque los republicanos quieren ver cumplido el compromiso del año pasado que sigue en un cajón: aprobar de inmediato la ley de Vivienda, que ésta incluya la intervención del mercado de alquileres, y que así se dé amparo a la norma catalana que el propio Gobierno tiene recurrida en el Constitucional por "invasión de competencias estatales".
Sin eso no habrá Presupuestos, apunta su entorno. Pero fuentes de Moncloa rechazan el desafío: "No parece que vaya a haber cambios con la nueva ministra en relación a la postura que teníamos cuando el titular del departamento era Ábalos", advierte un miembro socialista del Ejecutivo en conversación con este periódico. Pero volvemos a lo de entregar un triunfo antes del momento propicio de la partida...
"El PSOE sabrá", responden en Unidas Podemos, "Esquerra no puede volver a Barcelona sin eso".
Sobre todo, porque la negociación presupuestaria coincide en el tiempo con la convocatoria de la llamada Mesa de diálogo, negociación y pacto. Las tensiones internas en el Govern, con los republicanos enfrentados a sus socios de Junts, que no creen en las conversaciones y les hacen responsables de "todos los incumplimientos de Madrid", no ayudan en nada.
"El independentismo debe coordinarse en el Congreso, somos 23 diputados que debemos trabajar por Cataluña, no para dar estabilidad a un Gobierno a cambio de nada", advertía el pasado jueves Jordi Sànchez, líder del partido de Carles Puigdemont, a preguntas de este periódico. "Esquerra invistió a Sánchez a cambio de la reforma del delito de sedición, y ahora eso no es prioritario, les han engañado", ejemplifica un portavoz del partido a EL ESPAÑOL.
Mientras, del lado de Unidas Podemos, se alimenta la alianza con ERC, Bildu y el resto de las izquierdas nacionalistas. "Nosotros nos centraremos en la reforma fiscal, la ley de familias, la mejora del IMV y la bajada de la luz", apuntan, en un movimiento táctico para no tener que responder a su propio fracaso. Intervenir los alquileres estará en el acuerdo de coalición y vuelto a firmar hace 11 meses para los Presupuestos de 2021, pero ni siquiera eso ha servido para que el PSOE cumpla.
De ahí que la táctica de este curso haya cambiado, desviando la amenaza final a los socios parlamentarios. Eso permite a los de Yolanda Díaz sacar un nuevo catálogo de compromisos, a pesar de los dos no plasmados en la realidad durante este curso.
Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso y encargado de los mensajes más amenazantes para el socio en la coalición, ya lo dejó claro la semana pasada en rueda de prensa. Lo lógico es "poner negro sobre blanco" el despliegue de la regulación del precio del alquiler y la mejora del Ingreso Mínimo Vital. Sólo así habrá confianza para abordar "en buenas condiciones" la negociación de los PGE con el PSOE.