Cualquier esperanza es vana. La puerta abierta que se entrevió este lunes con las declaraciones de tres ministras, la portavoz, la de Justicia y la de Defensa, fueron espejismos. El CGPJ no se renovará, inste a lo que inste Carlos Lesmes ante el Rey, o informe lo que informe el comisario de Justicia de la Unión Europea, Didier Reynders. "Nuestro modelo es el vigente, no hay excusas para cumplir la Constitución o la ley, no se puede tratar de imponer nada ante un mandato constitucional".
Así de claro lo dejó, hasta en cinco ocasiones, Isabel Rodríguez en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Entonces, ¿eso de que "este Gobierno está abierto a cualquier debate legislativo", que apuntó ella misma el lunes por la mañana en RNE? Eso es "una frase general".
Es decir, nada: que este Ejecutivo "no tiene miedo a los debates", según fuentes de Moncloa, pero que no hay nada que hablar con el PP mientras no claudique. "El modelo vigente es el más democrático y lleva vigente 35 años, si el PP lo quiere cambiar que presente su proposición de ley... y busque mayorías, que no las tiene", apunta otra fuente de Moncloa.
Es más, Pedro Sánchez no se siente interpelado por el llamamiento de esta mañana de Pablo Casado. El presidente popular la ha instado a reunirse "mañana mismo" y desbloquear la situación "si acepta que los políticos dejemos de meter las zarpas en el Poder Judicial, que es lo que pide Europa".
"Sánchez no tiene por qué llamar a Casado, nadie tiene que llamar a nadie para que cumpla la Constitución". Ésas han sido las palabras de Rodríguez, cerrando todas esas puertas que muchos entendieron que se abrían 24 horas antes.
Fuentes del PP, incluso, apuntan a que el Gobierno estaba dando pasos atrás y que sólo esperaban ya la llamada del presidente para reunirse con el líder de la oposición y llegar a "un acuerdo en las formas, porque esta situación es insostenible".
"No hay más que decir"
Es el mismo calificativo que utilizan ministros del Gobierno ante la actitud del PP. "Tienen que dejar de poner excusas ya, parece que Casado quiere llegar a Moncloa para hacerse una foto imponiéndole cosas al presidente", añade una fuente gubernamental.
La ministra portavoz insistía durante la rueda de prensa en que "hay más órganos sin renovar, como el Constitucional, el Tribunal de Cuentas, o el Defensor del Pueblo. No hay excusas que avalen tener bloqueado el órgano de gobierno de los jueces más de mil días. Y es todo lo que tenemos que decir".
Pero si Sánchez no se siente interpelado por Casado, tampoco por Carlos Lesmes, más allá de que su discurso en la apertura del año judicial de este lunes, ante Felipe VI y la ministra de Justicia, incluyera una andanada directa al presidente: "Se ha llegado a decir que cumplir con las leyes es revanchismo", se quejó el presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, en alusión clara a la argumentación del presidente del Gobierno para otorgar los indultos.
Moncloa se limita a aceptar la crítica como "unas declaraciones de las que es muy libre Lesmes" y a aclarar que "lo que nos preocupan son las sentencias, no las palabras delante de un micrófono... y las sentencias las acatamos, aunque no nos gusten". ¿Cuáles no gustan? Por ejemplo, la muy reciente que declaró inconstitucional el confinamiento total en el primer estado de alarma, en marzo de 2020, se apunta en Moncloa, con contundencia.