El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecía este viernes en rueda de prensa después de presidir la reunión del gabinete de crisis sobre Afganistán en La Moncloa, para felicitarse por el "éxito" de la evacuación del personal español llevado a cabo en las dos últimas semanas.
Con énfasis, Sánchez hablaba de "misión cumplida" y afirmaba reiteradamente que "España lo ha hecho bien", al tiempo que proclamaba su "orgullo de país" por esta operación, a la que han contribuido decisivamente, explicaba también, la "profesionalidad" de las Fuerzas Armadas.
Unas afirmaciones que acompañaba con las cifras totales de evacuados por nuestro país, que ascienden, detallaba, a 2.260, una cifra que pedía tomar con cuidado porque "aún pueden ser más". Pero pese a todo ello, y tras mostrar su repulsa a los atentados terroristas de este jueves en el aeropuerto de Kabul, el jefe del Ejecutivo anunciaba que la misión no ha terminado aún.
"España no va a dejar solo al pueblo afgano. Hemos permanecido en Kabul hasta el último segundo, mientras se ha garantizado la seguridad de la operación, pero seguimos comprometidos con la defensa de los derechos humanos y la libertad en dicho país". Algo que a su juicio se deberá traducir en la búsqueda de "vías de ayuda" durante "los próximos meses y años" en los que "queda mucha tarea por hacer" para defender a quienes sufren ahora el régimen de los talibanes.
"La comunidad internacional deberemos reflexionar sobre las medidas que debemos tomar, que deberán ser respetuosas con la legalidad internacional y con los mandatos que emanan de Naciones Unidas" sentenciaba el presidente.
Como ya dijera el pasado sábado en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), Sánchez ponía en valor las tareas llevadas a cabo por las tropas españolas durante los últimos quince años de la misión internacional en la provincia de Badghis. Allí donde, relataba, "construyeron escuelas, carreteras, e infraestructuras para el saneamiento de las aguas, algo que sirve para impulsar el sector primario".
En definitiva, Sánchez presumía de que la misión española ha "sembrado una semilla de libertad, de dignidad, y sobre todo de igualdad para las mujeres y niñas de Afganistán".
El presidente del Gobierno, a preguntas de los periodistas, evitaba calificar de fracaso la guerra iniciada hace ahora veinte años bajo el liderazgo de EEUU. Una misión a la que nuestro país acudió, argumentaba, a requerimiento de la ONU, que avaló la intervención.