El leonesismo, movimiento social y político que reclama la creación de una comunidad autónoma propia que aglutine a Salamanca, Zamora y León, gana predicamento entre sus habitantes. Concretamente, el 56% de los salmantinos, el 59% de los zamoranos y el 81% de los leoneses -según un sondeo de Electomanía- estarían a favor de erigirse en la 18ª autonomía de España.
Esta atmósfera social también tiene su eco en la política. Y es que son ya más de 50 los ayuntamientos que han aprobado en pleno una moción en favor de la escisión de Castilla y León.
Aunque esa moción ha sido presentada en la mayoría de casos por Unión del Pueblo Leonés (UPL), ha encontrado el apoyo de concejales de PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos y Vox. Es decir, el leonesismo se ha convertido en un movimiento transversal.
Eso sí, el apoyo a estas mociones ha provocado disputas en el seno de algunos partidos, que han remitido cartas a sus concejales para pedirles explicaciones por el sentido de su voto.
PSOE
Especialmente problemático es el caso del PSOE. El alcalde de León, el socialista José Antonio Diez, es un reconocido leonesista que ha manifestado en alguna ocasión que ese territorio cuenta "con todo el derecho del mundo" para independizarse, puesto que es un "Reino histórico" del país. Sin embargo, la postura de Diez no cuenta con el respaldo de todos sus compañeros.
El presidente de la Diputación de León, el también socialista Eduardo Morán, ha desautorizado a Diez asegurando que "son declaraciones del alcalde" y no representan la postura oficial del partido. Y el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, también del PSOE, ha expuesto su "incomodidad con el debate", por cuanto siempre ha "defendido la cohesión de la Comunidad" de Castilla y León.
Fuentes socialistas de la comunidad admiten que hay un enfrentamiento "fuerte" entre "el aparato del partido" -representado por Javier Cendón, Luis Tudanca y Eduardo Morán- y el bando liderado por José Antonio Diez, mayoritariamente compuesto por "concejales de municipios pequeños que se juegan el cargo en las próximas elecciones o que están en política circunstancialmente y no son militantes".
El enfrentamiento está siendo duro, admiten estas mismas fuentes, "por la fuerte personalidad de los implicados", así como porque "el PSOE gobierna los principales ayuntamientos de la región". Por último, denuncian que "los socialistas que se oponen al leonesismo no tienen un mensaje claro ni elaborado a favor de Castilla y León".
PP
Las mociones leonesistas también han provocado divisiones en el seno del PP. Cuando la cúpula popular de Castilla y León se enteró de que algunos de sus concejales estaban apoyando la moción "León solo" presentada por UPL, remitió un mensaje a sus ediles: "Hay una instrucción clara, rechazar la moción separatista; que no haya más sorpresas".
Sin embargo, las hubo. Y es que el Partido Popular ha apoyado estas mociones en consistorios como Prioro, Riaño o Santa Elena de Jamuz.
Juan Martínez Majo, presidente del PP en León, defiende en conversación con EL ESPAÑOL que el leonesismo "no es la postura del partido"y asegura que desde la dirección hablaron con los concejales díscolos "antes y después de las mociones": "Hablamos con ellos desde el respeto porque entendemos que León es una provincia variada y grande; hay que encuadrar ese tipo de mociones en cada territorio".
El presidente popular en León asevera que en su partido caben "distintas sensibilidades" y por ello puede haber ediles leonesistas. "Ellos creen que la autonomía va a ser lo mejor para León, y cuando hablo con ellos así me lo manifiestan, pero yo estoy convencido de que no va a ser así".
Por último, Martínez Majo atribuye el auge del leonesismo a las promesas incumplidas por José Luis Rodríguez Zapatero. "En 2004, con el famoso Plan del Oeste, prometió 4.000 millones de euros para león, Zamora y Salamanca, así como 115 medidas que incumplió en su totalidad", lamenta el presidente del PP en León, que zanja: "El cumplimiento de estas medidas hubiera resuelto la mayoría de demandas del leonesismo: mejores infraestructuras y más inversión".
Y es que más allá de la cuestión histórica e identitaria, también ha desempeñado un papel fundamental el factor económico. El paro en León es un grave problema y los leoneses ya se manifestaron el 16 de febrero de 2020 pidiendo inversiones y apoyo contra la despoblación. "Autonomía, país leonés", se pudo escuchar en algunas concentraciones.
El origen
¿Cuáles son las razones históricas de esta demanda? El leonesismo es un sentimiento que, según sus partidarios, se manifiesta desde que la región de León -definida como tal desde 1833- quedó unida a Castilla la Vieja en el Estado de las Autonomías, en 1983.
El distanciamiento de León era, según el sociólogo David Díez Llamas, algo inevitable: "La identidad leonesa ha existido siempre. Nosotros seguimos siendo lo que hemos sido siempre, leoneses, y sólo queremos que eso tenga un reconocimiento".
"La Región Leonesa ha tenido una larga trayectoria histórica y existía como tal hasta el inicio de la España de las autonomías", abunda el sociólogo, un reconocido leonesista que asegura que "no se nos puede confundir con Teruel Existe u otras alternativas que siendo respetables no tienen mucho que ver".
"No sólo se debate la autonomía leonesa, se debate España", arguye Díez Llamas, que recuerda que "el concepto leonés de España es un concepto en el que prima la unidad en la pluralidad": "La UNESCO reconoce que en 1188 las Cortes leonesas se constituyen como sistema parlamentario, y tendría que ser un orgullo para España".
Políticamente, el auge reciente del movimiento leonesista tiene su epicentro en el Ayuntamiento de León. Allí, el 27 de diciembre de 2019, PSOE, Podemos y UPL votaron en favor de que la Región Leonesa se constituya como comunidad autónoma. PP y Ciudadanos mostraron su rechazo.
Desde aquella fecha, y en poco más de un año, distintos alcaldes se han adherido a esta moción hasta superar ya el medio centenar. Entre ellos, los consistorios de ciudades como Valverde de la Virgen, San Andrés del Rabanedo o Villaquilambre.
Más de 50 ayuntamientos, que representan a unas 220.000 personas, han apoyado ya la iniciativa para que León se constituya como la 18ª autonomía de España.
¿Vía constitucional?
¿Permite la actual Constitución Española una emancipación de este tipo? ¿Sería necesaria una reforma constitucional? Al respecto, existen distintas posturas entre los expertos en Derecho constitucional, por cuanto la Carta Magna es ambigua en ese capítulo.
Algunos leonesistas arguyen que la región cumple con los requisitos estipulados en los artículos 2 y 143 de la Carta Magna. Estos serían suficientes, en su argumentario, para conseguir la autonomía.
El artículo 2 reconoce y garantiza "el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas". Mientras tanto, el 143 permite que las provincias "con entidad regional histórica" accedan a su autogobierno. Este último fue el mecanismo que permitió que todas las comunidades autónomas se constituyeran entre 1981 y 1983.
Por el contrario, están los juristas que consideran que la aplicación de este artículo ya no ha lugar, por cuanto fue redactado para desarrollar la estructura autonómica, ya consolidada. Agustín Ruiz Robledo, catedrático en Derecho Constitucional, considera que el artículo 143 entra dentro de la etiqueta de "derecho transitorio".
"Veo cuando menos dudoso que ahora pueda volver a activarse", explica Ruiz Robledo, que se remite a lo sucedido con Segovia en 1980: "Intentó constituirse como comunidad autónoma, pero se le forzó a unirse a Castilla y León".
De todos modos, el catedrático admite que existe "ambigüedad en la redacción" del artículo 143 y que, por tanto, "las dos posturas son defendibles constitucionalmente".
Por último, están quienes entienden que, aunque los artículos 2 y 143 no se apliquen a este caso, el silencio constitucional permite que se establezcan nuevas autonomías a través de una reforma del Estatuto. Es el caso del abogado Nicolás Bartolomé, que explica que "la Constitución no prohíbe que haya una escisión para conformar una nueva autonomía, como no prohíbe que se unan dos para conformar una nueva": "No establece ni dibuja ningún mapa autonómico".
Eso sí, admite que sería complejo puesto que "la posibilidad de constituir una autonomía leonesa, aunque es jurídicamente viable, ha de descansar en una reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León". Y esto requeriría "el beneplácito de dos tercios de las Cortes".
Sea como fuere, los expertos lo tienen claro: no será fácil encontrar un arreglo jurídico. Y eso plantea un problema, por cuanto el leonesismo sigue solicitando que Salamanca, Zamora y León se configuren como una única comunidad autónoma. La 18ª.