Habrá menos paciencia del presidente. Habrá menos oportunidad de tirar adelante los temas que quiere y como quiere Pablo Iglesias. En el paso de diciembre a enero, cuando se aprueben los Presupuestos Generales del Estado, "que ya están de facto", aseguran en el entorno del vicepresidente segundo, las cosas cambiarán.
No le hizo falta al equipo de Iglesias leer en EL ESPAÑOL que Moncloa ya estaba harta y que en breve "se romperán los platos". Aunque inquietó en el seno de Podemos, no hizo falta leerlo porque, dicen, era Iglesias el que lo estaba provocando...
El líder morado ha tomado carrerilla y aprieta privada y públicamente al ala socialista del Gobierno.
En las últimas semanas él y su formación han abierto frentes hasta en temas de política internacional, como reclamando un referéndum para el Sáhara; en el campo económico, exigiendo la prohibición de todos los desahucios hasta el 31 de diciembre de 2022; en el terreno político, al hacerlo vía enmienda a su propia ley de Presupuestos; en el sector de la estrategia, porque la firmó a tres manos con ERC y Bildu, para empujar fuera a Ciudadanos, al que quiere el PSOE sí o sí; y hasta en el personal, con los ataques públicos de Ione Belarra a Margarita Robles...
Estrategias y banderas
El asunto de Marruecos estuvo elegido con mucha finura por el departamento de estrategia de Unidas Podemos. Que Iglesias reclame un referéndum para los saharauis pone su nombre en la misma frase que la palabra "autodeterminación". Y además, no es un tema que pueda molestar a Moncloa ni a Exteriores, porque es la posición oficial de España, en apoyo de la iniciativa de la ONU.
Los desahucios son una bandera de los morados, de hecho, las bases de Podemos en el sector de los inquilinos y los hipotecados son las que más se cuidan en el partido. No en vano fue de su mano y de la de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) como se encumbraron hace un lustro, pero son las más combativas. En el seno de la formación se teme las reacciones de ese colectivo porque "no dejan pasar ni una, son muy exigentes".
Se sumó a Bildu y ERC a la enmienda, a traición, para fortalecer el "pegamento" de la "mayoría de la investidura" y para forzar al PSOE a retratarse. La vía parlamentaria no le estaba sujeta a negociaciones internas de la coalición, y Sánchez tendría que claudicar: lo hizo, ya se está negociando un decreto.
Los fondos europeos
Y la última bronca ya fue en pleno Consejo de Ministros, este pasado martes, donde hizo constar su enfado e irritación porque no se había cumplido un compromiso del presidente, alcanzado meses atrás, de que él estaría presente en la comisión que gestionará los fondos europeos de reconstrucción.
Al filo de la cita semanal en Moncloa, Unidas Podemos había filtrado que el decreto que llegaba a la mesa no incluía a Iglesias entre los miembros del Gobierno adscritos a ese órgano, y que lo sabía desde la semana pasada. Concretamente, desde la reunión de la comisión de subsecretarios que prepara los jueves el Consejo de Ministros, bajo la presidencia de Carmen Calvo. El decreto, de 78 páginas y al que ha tenido acceso este periódico, constaba como "definitivo", después de todas las adendas y correcciones introducidas.
Pero como Iglesias no estaba incluido en ellas, bastante enfadado, se guardó la bala para la mañana del martes, a la espera de una rectificación. De hecho, tuvo una conversación con el presidente, poco antes, conminándole a que se cumpliera su compromiso. Según ha podido saber este periódico, Sánchez alegó desconocer que el documento no le incluía, y se comprometió a subsanarlo en el Consejo.
Y ahí llegó la improvisación. Para no darle mayor protagonismo a Iglesias, y menos después del psicodrama mediático organizado alrededor de la filtración de su enfado, decidió que la comisión la formase "todo el Gobierno", como anunció María Jesús Montero en la rueda de prensa. Pero la portavoz se excedió en las explicaciones, y dijo que "siempre se ha dicho que iba a ser así". Y no es cierto.
Las pruebas
No lo es porque este periódico ya informó el pasado 12 de septiembre de que Sánchez había decidido apartar a Iglesias de la gestión de las ayudas de la UE.
Y segundo, porque el mismo decreto "definitivo" deja claro que nunca se contempló la posibilidad de que la comisión estuviese formada por el Gobierno. Así se demuestra en el artículo 14.3), sobre las funciones de la Comisión para la Recuperación, Transformación y Resiliencia. Entre ellas, constan "la ejecución de aquellas otras actividades o funciones que le encomiende el Consejo de Ministros" y "cualesquiera otras funciones le delegue el Consejo de Ministros o la Comisión Delegada de Gobierno para Asuntos Económicos".
...y nadie imagina al Consejo de Ministros delegando funciones en sí mismo.
Pero el objetivo de Sánchez era diluir la relevancia de Iglesias en la gestión de los fondos, como ya ha hecho en los repartos económicos de los mismos, donde los departamentos de Unidas Podemos se quedaron casi en su totalidad fuera. Así, el peso del trabajo recaerá en el Comité Técnico, descrito en el artículo 15) del texto y, sobre todo, en el Departamento de Asuntos Económicos y G20 de Moncloa, que dirige Manuel de la Rocha.
Soltar lastre
Iglesias acelera, porque en un mes le quedará menos terreno para influir. La relación con el presidente aún no se ha resentido, pero es más profesional que personal. Y los dos saben -de hecho, es un asunto hablado entre ellos, según fuentes conocedoras- que cada uno defiende sus intereses estratégicos... que coinciden en el objetivo primordial: asegurar la legislatura con unos Presupuestos.
Desde el entorno de Iglesias se dice que "el PSOE exagera sus enfados estos días, y lo hace porque sabe que Pablo bajará el pistón". Se supone que así encajará el relato de que Sánchez ha domado a la bestia. Pero el vicepresidente ya ha decidido apretar lo que queda, porque luego "será imposible" sacar más.
Y además, hay otra realidad. Por ahora, se sabe que en un mes, su concurso puede ser prescindible, pero no quiere pasar a ser una rémora para Sánchez, porque también es consciente el líder de Podemos de que el socialista si algo sabe hacer es soltar lastre.