El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha consumido un total de ocho series de televisión desde que comenzó la epidemia del coronavirus. Calculadora en mano, esto se traduce en 83 episodios, 66 horas y 3.976 minutos. Es decir, casi tres días enteros dedicados a su disfrute seriéfilo durante la mayor crisis sanitaria, económica y social del país en la historia reciente.

El dirigente de Unidas Podemos ha ido dando cuenta a través de Twitter de la maratón de series que es capaz de visionar a la par que ocupa un cargo de responsabilidad en el Gobierno de Pedro Sánchez. Una actitud que muchos usuarios han tildado -en las redes sociales- de "irresponsable" e "irrespetuosa".

La última recomendación de Iglesias ha sido Veneno, serie española creada por Javier Calvo y Javier Ambrosi que narra la vida de Cristina Ortiz Rodríguez -alias La Veneno- en una temporada de ocho capítulos. Cada uno dura aproximadamente una hora.

Para más inri, el mensaje incluía un sonrojante error ortográfico: confundió el verbo infringir con infligir. El primero se refiere a "quebrantar una ley, precepto o acuerdo", según la RAE. Por contexto, Iglesias seguramente quiso referirse a la acción de "causar o imponer un daño físico o moral".

Más allá de cuestiones lingüísticas, las críticas iban también en otra dirección. El Gobierno de España ha fracasado en el control de la segunda ola del coronavirus y algunos ciudadanos ven como una falta de respeto que el vicepresidente segundo del Gobierno se dedique a recomendar series en una situación tan grave.

La popularidad de Iglesias no pasa precisamente por un buen momentoUna reciente encuesta de SocioMétrica publicada en este medio demuestra que los españoles valoran muy negativamente su labor durante la crisis del coronavirus: un 74,2% desaprueba su desempeño, con una nota media de 2,56.

Balance de series

Para encontrar la primera recomendación seríefila de Pablo Iglesias hay que remontarse al pasado 26 de mayo, cuando el vicepresidente segundo del Gobierno de España agradeció a Pedro Sánchez la recomendación de Baron Noir (Francia, 2016).

La serie narra la historia de Philippe Rickwaert, un alcalde de izquierdas corrupto que practica todo tipo de argucias y artimañas para perpetuarse en el poder. Cuando el propio Partido Socialista francés se deshace de Rickwaert para salvar su campaña, éste emprende una cruzada para vengarse de quienes le traicionaron, aliándose con sus otrora enemigos políticos.

Tras ésta, se sucedieron las series que el político de extrema izquierda consumía con voracidad: Recursos Inhumanos, El colapso, La conjura contra América, Hipócrates, Press, Vernon Subutex y Veneno.

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Residencias de ancianos

De todas ellas, destaca por su extensión Baron Noir. La serie, disponible en España a través de la plataforma HBO, consta de tres temporadas con ocho episodios cada una. Es decir, para verla en su totalidad se requieren 20 horas. En total, casi un día entero. Llama la atención que Iglesias la viera en mayo, cuando la situación de las residencias de ancianos vivía su momento más dramático.

Además, conviene recordar que el vicepresidente segundo conocía de primera mano la situación de estos centros gracias a la información de infecciones y fallecimientos transmitida por sus responsables a las delegaciones del Gobierno a través del formulario que estas les obligaban a cumplimentar a diario.

El dato, confirmado por el Círculo Empresarial de Atención a Personas (CEAPs), la patronal de las residencias de ancianos, ponía en entredicho a un vicepresidente segundo del Gobierno que, a pesar de ostentar el mando de todos los servicios sociales desde el 19 de marzo, no cesó de descargar en las Comunidades autónomas la responsabilidad por los fallecimientos ocurridos en los centros de mayores.

Finalmente se demostró que el Gobierno contaba con información diaria y actualizada de la evolución de la pandemia en las residencias de ancianos. Eso no quitó tiempo al vicepresidente Iglesias para disfrutar de uno de sus hobbies preferidos: las series de televisión.

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