El Gobierno de España sigue exprimiendo un discurso que apela a la unidad, al diálogo y a la estabilidad para conseguir apoyos transversales que permitan la aprobación de unos nuevos Presupuestos y eviten prorrogar una vez más las cuentas que puso en marcha en 2018 Cristóbal Montoro, pero los plazos no dejan margen para ello.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a tender su mano este sábado para ofrecer "diálogo, unidad y estabilidad" a las administraciones públicas y a los partidos frente a aquellos que promueven la "antipolítica" y que pretenden obtener algún rédito de "la división, el enfrentamiento y la polarización".
En la clausura del II Foro La Toja, Sánchez ha pedido actuar con "la máxima lealtad" y ha reiterado su oferta a todos las formaciones del arco parlamentario, distanciándose una vez más de la retórica de su socio de coalición, para aprobar unos Presupuestos que favorezcan la recuperación económica.
"No nos vamos a cansar de repetirlo, aunque se autoexcluyan otras formaciones", ha señalado el presidente, que ha repetido que convocará a todas las fuerzas políticas, inclusive el Partido Popular. "La unión de todos es lo que hace que una sociedad avance", ha subrayado.
Pese a estas palabras, no parece que las nuevas cuentas vayan a llegar para comienzos de 2021. El Gobierno lleva semanas hablando de reunir a los diferentes partidos pero, al menos oficialmente, las citas se han limitado a meros contactos y no a una negociación.
Abocados a una prórroga
El vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, auguró hace semanas que el borrador de las nuevas cuentas, base para las negociaciones con los grupos parlamentarios y que está siendo esbozado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, sería presentado en un acto conjunto con Sánchez a finales de septiembre. Según Montero, ya lo tienen cerrado "al 90%", pero ni los plazos ni los número juegan a favor.
El artículo 134 de la Constitución establece que las cuentas deben presentarse ante el Congreso de los Diputados "al menos tres meses antes" de que concluya el año, por lo que para cumplir con los plazos, el Gobierno debería haber iniciado la tramitación el pasado miércoles.
La inestabilidad política y los números hacen prever que, una vez que se presente el borrador, tampoco se abrirá un camino fácil. La aritmética obligará al Gobierno a hacer malabares para conseguir el apoyo a unas nuevas cuentas que habrán de haber salvados primero las diferencias entre socios de coalición en aspectos como la fiscalidad.
Sánchez ha insistido en que los Presupuestos han de ser "expansivos" y "pregresistas", pero también "de país", una táctica para acercarse, pese a las reticencias de Unidas Podemos, a Ciudadanos, formación que puede convertirse en imprescindible si el acuerdo no avanza entre los partidos que hiceron posible la investidura, como pretende Iglesias.
Con todo, parece imposible que 2021 comience con las cuentas del Gobierno de coalición y no con una prórroga, al menos temporal, de las cuentas que impulsaron los populares hará entonces tres años.