Irene Pardo (Barcelona, 1989) sueña con una Cataluña donde impere "la convivencia y la tranquilidad", donde pueda pasear con la bandera de su país sin que los radicales le increpen o encender la televisión "y no tener que escuchar cómo se habla de los Países Catalanes".
Para lograr todo eso, asegura, se afilió a las juventudes populares de Lleida -Lérida, como ella dice-. Por eso, y porque consideró "que era el partido que mejor defendía la unidad de España".
Desde entonces, ha progresado hasta ser la actual presidenta de Nuevas Generaciones en Cataluña, aunque sigue trabajando en la empresa privada y nunca ha llegado a ocupar un cargo en el Partido Popular. "Yo me afilié con el objetivo de ayudar en la reconstrucción de Cataluña, sin intención de presidir una organización juvenil. Yo sólo quiero contribuir a la defensa de España", confiesa.
"Mi objetivo es que se oiga lo que está pasando en Cataluña", sostiene. De ahí, su reciente intervención en la televisión autonómica, criticando la acción de los CDR en la Diada.
"Si yo cogiera una fotografía tuya y la quemara, me llamarías racista y hablarías de delito de odio. En cambio tú puedes coger una fotografía del Rey y quemarla", intervino denunciando "la doble moral del separatismo".
El 'procés'
Cuando Pardo se afilió al Partido Popular en 2008, el procés independentista estaba sembrando el germen de lo que vendría después. Lo hacía colando su argumentario en las televisiones y, por supuesto, en las universidades. "Yo fui a Lérida para mis estudios universitarios. Recuerdo que fui a un debate en el que el presidente de Nuevas Generaciones de Lérida era el único que defendía la unidad nacional. Le apalearon, le faltaron al respeto y la univesidad lo permitió", relata en conversación con EL ESPAÑOL.
Desde entonces, ha llovido mucho - un golpe de Estado entre medio- y el procés se ha "desinflado". Esto es así, en opinión de la joven popular, por la radicalización de un sector del movimiento separatista, pero también por errores e incongruencias de sus dirigentes.
"Son muchísimos años de promesas a una parte de la sociedad catalana que nunca llegan. Primero Artur Mas y luego Puigdemont, que se fugó y dejó a su títere en Cataluña. Les prometieron la República catalana y no llegó nada", reflexiona.
Esa erosión del movimiento separatista, arguye Pardo, ha derivado en una fragmentación que se intuye en que "cada día, aparecen nuevos partidos independentistas". Y añade: "La parte de la sociedad catalana que es independentista ha percibido que en realidad cada uno va por libre y no tienen un objetivo común".
-¿Cree que el PP fue lo suficientemente contundente contra el nacionalismo en los años en los que se produjo el auge del 'procés'?
-Cuando en el PP somos duros, nos critican por ser duros. Cuando somos más comedidos o calculamos mejor los tiempos, nos tachan de moderados. Hagamos lo que hagamos, está mal. O somos muy duros o muy blandos.
-El golpe de Estado separatista se produjo bajo el gobierno de Mariano Rajoy...
-Gestionar un golpe de Estado no es nada fácil. Aplicamos un 155 pactado con otras formaciones políticas, pero estuvimos atados de manos y no lo aplicamos como nos hubiera gustado. Eso nos desgastó y lo pagamos en las urnas. Si hubiera gobernado otro partido, el desgaste lo hubiera sufrido ese partido en cuestión. Nos tocó gestionar el país en un momento muy difícil y eso pasa factura.
Las próximas elecciones
El escenario de las próximas elecciones autonómicas catalanas, aún sin fecha, podría cambiar radicalmente esta semana. El Supremo está pendiente de ratificar o no la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de inhabilitar al presidente de la Generalitat Quim Torra.
De producirse la inhabilitación, la situación de interinidad del Ejecutivo catalán podría acelerar la celebración de los comicios. Unos comicios a los que, si fuera por Irene Pardo, PP y Ciudadanos no se presentarían en coalición. "Las coaliciones tienen sentido para ganar elecciones. No sirve de nada ir en coalición con un partido para ganar dos o tres escaños. La coalición tenía sentido cuando nosotros la pedíamos, en 2017", asegura Pardo.
-¿Por qué tenía sentido en 2017 y no ahora?
-Porque en 2017 a Ciudadanos todas las encuestas le colocaban como primera fuerza política y tenía posibilidad de gobernar con el PP y con el apoyo externo del PSC. No quiso ir en coalición. Ahora las encuestas le dan una debacle electoral en Cataluña, perdiendo más de 20 escaños. A nosotros nos dan más diputados, pero la suma no llega ni siquiera al resultado que tiene a día de hoy Ciudadanos en el Parlament. No sirve de nada ir en coalición. Esa coalición sería un fracaso tanto para Ciudadanos como el Partido Popular.
-¿Cómo valora que el Tribunal Supremo esté valorando inhabilitar a Torra?
-Es el reflejo de que estamos viviendo cosas inauditas y excepcionales en 40 años de democracia en España. Nunca antes se habia visto que un presidente de una comunidad autonoma fuera inhabilitado por desobedecer lo que la Junta Electoral Central le ordenó. Pero, ¿cuándo se ha visto aplicar un 155? ¿Cuándo había sido cesado un Gobierno por intentar dar un golpe de Estado? ¿Cuándo habíamos visto a un presidente de una comunidad autónoma cortar carreteras?
"Es una pena que el problema en Cataluña lo tengan que solucionar siempre los jueces; que tengan que venir a poner ley y orden", sentencia Pardo.
El futuro del PP
-¿Cómo valora las noticias relativas al caso Kitchen?
-El partido popular de Casado está totalmente limpio. Si se abre investigacion contra alguien que haya estado en el Partido Popular, que rinda cuentas donde tenga que rendirlas. Si ese alguien sigue hoy en día en el partido, estoy segura de que la dirección lo apartará.
-El voto del centro-derecha se encuentra ahora mismo escindido en tres partidos: Cs, PP y Vox. ¿Cómo logrará el PP recuperar ese voto?
-El triunfo ante la izquierda pasa por el Partido Popular. Es el partido que aglutina al votante conservador y al liberal. Nos diferencia del resto que hemos gobernado España, tenemos experiencia, moderación y grandes gestores. Vox ha servido para poner ciertos temas encima de la mesa, mientras que Ciudadanos es un aliado nuestro en muchos gobiernos de España, pero el futuro del país pasa por el Partido Popular.
-¿Es el Partido Popular un buen lugar para dar la batalla cultural?
- Por supuesto. Siempre se nos ha encasillado y se ha dicho que sólo hablamos de economía y de la defensa de España, pero siempre hemos dado la batalla cultural. Yo misma le dije ayer a un tertuliano que por qué él podía señalarme a mi sin que nadie le juzgara. Si yo quemara una foto de una persona que piensa distinto a como pienso yo y además es negra, me tacharían de racista. Denunciar esa doble vara de medir es también dar la batalla cultural.