Con un breve discurso institucional, el Rey Felipe VI dio solemnemente por inaugurada la XIV Legislatura. Ante la sesión conjunta de las Cortes Generales, en un hemiciclo lleno de diputados y senadores, sólo los representantes de los partidos independentistas -ausentes por boicot- se perdieron la frase nuclear de su discurso: "España no puede ser de unos contra otros; España debe ser de todos y para todos. Así lo ha querido la sociedad española desde hace más de 40 años. Así lo sigue queriendo y, sobre todo, así lo merece".
Sus huecos en las bancadas apenas se notaban, y menos aún cuando, tras las palabras del Monarca, los cientos de "representantes de la voluntad de los 47 millones de españoles" prorrumpieron en sonoros aplausos al Jefe del Estado. Una ovación larga, de cuatro minutos, que agradeció Felipe VI con gesto primero de satisfacción y luego, finalmente, de cierto azoramiento.
Más de una vez, el Rey hizo gestos a diputados y senadores para que dieran por concluido el homenaje sonoro a su presencia en el Congreso, la primera desde 2016, cuando se abrió la última legislatura que se iniciaba con un Gobierno constituido. Y en el momento en el que, todavía entre palmas, Don Felipe ha iniciado su camino para salir de la tribuna de honor, una espontánea lo ha despedido lanzando vivas: a la Constitución, a España y al Rey. Respondidos por la mayoría de los parlamentarios.
La voz femenina provenía de la bancada del PP, concretamente de Tristana María Moraleja Gómez, diputada por La Coruña y concejala en el Ayuntamiento de Oleiros: "¡Viva el Rey! ¡Viva el Rey! ¡Viva España! ¡Viva nuestra Constitución!".
Algunas de sus iniciativas parlamentarias la hermanan con iniciativas de Unidas Podemos, como una pregunta al Gobierno reclamando medidas contra el "desmantelamiento de la industria del aluminio en Coruña y Avilés", caballo de batalla en las pasadas legislaturas de la que hoy es ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Los que sí y los que no
Precisamente Díaz y el resto de sus compañeros de formación en la bancada azul del Gobierno estaban en ese momento todavía participando en la ovación al Monarca. Junto a ella, Pablo Iglesias, Irene Montero, Alberto Garzón y Manuel Castells, todos republicanos confesos -y autores de consignas verdaderamente agresivas contra Felipe VI y la Princesa Leonor en el pasado-, aplaudían al Jefe del Estado en actitud institucional.
Pero no así los parlamentarios morados. De los otros 31 diputados y dos senadores, sólo las secretarias de Estado Ione Belarra y Noelia Vera, además de Juantxo López de Uralde daban palmas tras el discurso. Si bien descansaban antes que los representantes del PSOE y los del centro y la derecha del hemiciclo (PP, Vox y Cs). También Antonia Jover había aplaudido a la entrada de la Fanilia Real al hemiciclo.
Hay que recordar que en 2016 todos los diputados o senadores del Grupo Confederal de, entonces, Unidos Podemos - En Comú Podem - En Marea mostraron su rechazo a la figura de Felipe VI al no aplaudir su discurso. Se limitaron a permanecer de pie, en señal de respeto, pero mostraron su disconformidad con la Monarquía constitucional con el mismo gesto que este lunes han mostrado la inmensa mayoría de los morados que no se sientan en el banco azul.
Tampoco los diputados del Partido Nacionalista Vasco (PNV) han celebrado las palabras de Don Felipe. Sí han acudido a la sesión conjunta, en contra del boicot ejercido por los independentistas de ERC, JxCat, Bildu y la CUP. Pero tanto Aitor Esteban, líder del Grupo, como el resto de sus parlamentarios (seis diputados y 10 senadores) han evitado aplaudir el discurso institucional de la apertura solemne de la XIV Legislatura.