Para Mariano Rajoy fue "un honor" ser presidente del Gobierno y está convencido de que dejó "una España mejor" de la que recibió tras la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa. "Esa es mi mayor recompensa", afirma en el libro que publica este martes.
En Una España mejor (Plaza Janés) Mariano Rajoy deja muy claro que el país que entregó a Sánchez en junio de 2018 "no se parece en nada" al que recibió y que su legado es "una España unida" con una economía fuerte y en la que nadie se salta la ley. "Tuve la oportunidad de servir a mi país en momentos extraordinarios y ahora, desde la distancia, veo que a pesar de los problemas, que nunca faltan, España sigue unida, la ley se cumple y el crecimiento económico ha llenado las calles de actividad. Afortunadamente, la España que entregué no se parece en nada a la que recibí; esa es mi mayor recompensa", apunta.
El expresidente del Gobierno se deshace en halagos hacia la que fuera su
De María Dolores de Cospedal, Rajoy le dedica unas breves líneas en las que pone de relieve que "ha dado la cara por el PP de manera admirable" y que es "una mujer de coraje y valentía" además de "generosa y leal colaboradora".
En el libro, el exlíder del PP dedica una parte importante a Cataluña y detalla que en una reunión con Carles Puigdemont en enero de 2017 le preguntó si creía que él iba a permitir la celebración de un referéndum. "Todavía hoy me produce perplejidad su respuesta: 'No lo vas a autorizar porque, además, no puedes'", explica en Una España mejor. "Aquello no era una broma, su sentido del humor no daba para tanto. Ante tamaña desfachatez pensé cómo podía continuar intentando hacer entrar en razón a quien deliberadamente había decidido ignorar la realidad y la ley. ¿Cómo argumentar contra aquella obstinada cerrazón? Aquello era nuevo para mí a pesar de los casi cuarenta años que llevaba en política".
La corrupción, "talón de Aquiles" del PP
Sobre cómo abordó esta situación, Rajoy cuenta que "muchas personas" se ofrecieron a hacer de mediadores pero que rechazó su ayuda y que en todo momento fue él quien tomó las riendas de lo que después derivó en la aplicación del artículo 155 de la Constitución. "Dedicaba mi tiempo a mantener bien informados a los líderes del PSOE y Ciudadanos y coordinar con ellos nuestra respuesta ante los escenarios del futuro. A nadie le puede extrañar. Una de mis prioridades era lograr un gran consenso nacional en la forma de encarar aquella crisis", explica para remarcar que en los días previos a la declaración unilateral de independencia se reunió "más de una y más de dos veces" con Pedro Sánchez y Albert Rivera para lograr un acuerdo nacional para "hacer frente al envite secesionista".
El expresidente reconoce que la corrupción "ha sido nuestro talón de Aquiles" y el "único instrumento" que han utilizado sus adversarios políticos contra el PP. "Hemos pagado un altísimo precio por los escándalos que nos persiguieron durante nuestro mandato aunque la mayoría arrancaban de épocas bastante lejanas en el tiempo", cuenta Rajoy poniendo distancia entre él y quienes protagonizaron esos escándalos. En este sentido, es consciente de que esto fue lo que le llevó a perder la moción de censura. "La corrupción fue nuestra pesadilla, nuestro lastre electoral y la excusa para que nuestros adversarios se unieran para derribar al Gobierno".
La "debilidad" de Rivera en la moción de cesura
Precisamente sobre la moción de censura Rajoy fue "consciente" muy pronto de que Sánchez le había ganado la partida. Aunque sus socios de Ciudadanos siempre les apoyaron, reconoce que hubo un momento de debilidad entre las filas de los de Rivera. "Recuerdo unas declaraciones de Albert Rivera dando por liquidado nuestro pacto de legislatura y ofreciéndose, incluso, a pactar una moción de censura con el PSOE, siempre que Pedro Sánchez no fuera el candidato", escribe el expresidente, que en ese momento supo que solo podía sobrevivir si tenía de su lado al PNV, que finalmente apoyó la moción de censura a Rajoy.
Casi año y medio después de aquella imagen despidiéndose de los diputados con el maletín de presidente del Gobierno en una de sus manos, es consciente de que "la política española sigue su curso sin mí". "Razonablemente feliz" desde entonces, Rajoy escribe un epílogo lleno de agradecimientos, especialmente a su familia, a la que trata de "compensar" por "todas las ocasiones que les hurté". "No me quedan cuentas pendientes ni nostalgia de ningún tipo. Me quedo con todo lo bueno y he preferido ignorar lo malo. La política me ha dado conocimientos, amigos, experiencias, emociones, algún disgusto y muchas alegrías. He disfrutado de una vida tan intensa que a veces pienso que ha sido como vivir dos veces", confiesa. A pesar de todo su legado es "una España unida". Su recompensa.