"Es el prototipo de feminista subvencionada que utiliza el dinero de todos para vivir ella, en lugar de destinarlo directamente a las mujeres maltratadas". Así define Vox a Nadia Otmani, la superviviente de violencia machista que este lunes se encaró al secretario general del partido de derecha radical, Javier Ortega Smith.
En un acto con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid intervenía para negar la existencia de la violencia de género. El dirigente instaba al resto de partidos a “romper de una vez por todas el consenso del silencio negacionista” de la violencia de género, aseverando que desprotege “a los hombres que sufren violencia de mujeres” y a las mujeres que la sufren “de sus parejas lesbianas”.
Su durísimo discurso, reventando el simbolismo que representaba un día como el de este lunes, lo escuchaba atónita y a pocos metros Nadia Otmani, postrada en una silla de ruedas desde hace más de 20 años. En 1997 su excuñado le disparó tres veces dejándola parapléjica cuando intentaba defender a su hermana de una agresión. Dos décadas después, las dos pueden vivir para contarlo.
Otmani, que preside la Asociación de Mujeres Marroquíes en España Al Amal, esperó paciente a que el edil de Vox finalizara su intervención. Muchas otras decidieron abandonar la sala mientras hablaba, entre abucheos.
Casualmente, víctima y político compartían asiento durante el acto, celebrado en las instalaciones municipales del Palacio de Cibeles. “No tiene derecho. No se hace política con esto, respete a las mujeres víctimas de género”, le reprochó sin poder contener las lágrimas. “Estamos soportando mucho, y yo de este país no cobro ningún duro y llevo 20 años luchando contra la violencia de género”.
Ortega Smith, impasible, oía sin escuchar: trató de ningunearla sin dirigirle ni tan siquiera una mirada. El edil de Vox le dio la espalda en todo momento.
El hilo de Vox
La respuesta para Otmani, en forma de ataque, llegó horas más tarde. En directo Ortega Smith evitó dirigirse a esta víctima. Pero desde la comodidad que ofrecen las redes sociales, que Vox maneja con soltura, la cuenta oficial elaboró un demonizador hilo de Twitter para contar “la verdadera historia de Nadia Otmani, la activista de la Violencia de Género que ha increpado a Javier Ortega Smith”.
“Más allá de que haya hecho del activismo su fuente de ingresos”, Vox destaca que la presidenta de esta asociación feminista vive de los “chiringuitos”. En concreto, la fundación de Otmani, que se dedica a ayudar a personas inmigrantes, recibió la cobertura de Esperanza Aguirre.
“Su chiringuito era tan descarado que hasta la Comunidad de Madrid se dio cuenta y le reclamó la devolución de algunas de las subvenciones que solicitó”, continúa Vox en su particular desmontando a Nadia, en un mensaje donde se adjunta un documento de la Dirección General de Inmigración y Consejería de Asuntos Sociales que resolvió el 28 de mayo de 2013 “el reintegro total de la subvención” concedida a su asociación y establecía la cuantía a reintegrar en “concepto de intereses de demora”.
El programa de Vox
El partido de Santiago Abascal quiso aprovechar este tenso incidente para recordar su programa electoral. "Seguiremos diciendo que la vida de una mujer y de un hombre valen lo mismo y que la actual Ley es injusta e ineficaz. Por mucho que nos ataquen seguiremos defendiendo el sentido común y a todos los españoles, sean hombres o mujeres".
“Una Ley de Violencia Intrafamiliar como la que expone Vox sí cubriría este tipo de casos”, defiende la formación verde. “Nuestra propuesta da más garantías jurídicas a personas que hayan sufrido ataques como el de Otmani”, prosigue, apostillando que su partido es “el único que defiende la prisión permanente para este tipo de delitos”.
“Inmigrante, mujer y musulmana: tengo el pack”
“Yo respeto, no guardo odio”, aseguraba Otmani en declaraciones a Europa Press horas después de lo ocurrido en el consistorio. E iba más allá: pedía reunirse con Vox. “No solo yo, un amplio grupo de mujeres. Que convoquen a todos los grupos de mujeres inmigrantes, vayamos al Congreso”.
“Soy inmigrante, mujer y musulmana. Tengo el pack”, señalaba Otmani, para quien el discurso de Vox supone un doble ataque. De hecho, su asociación, junto con otros colectivos de mujeres, están estudiando iniciar acciones legales contra Vox por posibles delitos de odio, aunque sin detallar a qué instancias. “Lo estamos mirando”.