Poco a poco va tomando forma la Cataluña posterior al procés. O la Cataluña del procés 2.0, como prefieren llamarla otros. Una Cataluña en la que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) dejará de ser una asociación civil encargada de mantener alta la tensión del separatismo y de organizar las grandes manifestaciones de la Diada para pasar a convertirse en un contrapoder fáctico que determine el rumbo de los partidos independentistas sin pasar por ese legitimador democrático que son unas elecciones autonómicas.
Las aspiraciones de la ANC, que son en realidad las de su presidenta Elisenda Paluzie, han quedado expuestas de nuevo a la luz durante una entrevista en Catalunya Ràdio. En ella, Paluzie ha negado las discrepancias con ERC y JxCAT, pero les ha reprochado la falta de una estrategia unitaria. Estrategia que, en su opinión, debería ser precisamente la que defiende la ANC: unilateralidad y desobediencia civil.
Las discrepancias en el entorno del separatismo recuerdan en cierta manera al argumento de Rebelión en la Granja, el clásico del escritor británico George Orwell. Ese en el que un grupo de animales de granja se alza contra sus dueños con la idea de autogestionar la explotación pero que ve como, poco a poco, los cerdos toman el poder, tiranizan al resto de los animales y acaban mimetizando el comportamiento de los amos humanos contra los que lucharon en un primer momento.
A diferencia del libro, y ahí flaquea la metáfora, los animales no han conseguido hacerse con el control de la granja catalana. Lo cual, en realidad, hace más sangrante aún la sumisión de estos a sus supuestos antiguos "tiranos". Porque esta se ha producido a cambio de nada.
La prioridad es la independencia
Paluzie ha negado la existencia de una "crisis sentimental" entre la ANC y los partidos separatistas, pero ha afirmado que la asociación que preside no está "para hacer lo que le conviene a los partidos políticos". Según Paluzie, si algo han demostrado los dos años transcurridos desde el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 es que "la opción del diálogo" no es real. "Lo que falló [el 1-O] fue la expectativa del diálogo, la expectativa de que el Estado dialogaría".
Y si el Estado no dialoga, la única opción que le queda al separatismo según Paluzie es la de la unilateralidad. Es decir, la de la violación de las leyes, aunque la presidenta de la ANC no utilice jamás esas palabras. "Renunciar a la unilateralidad es renunciar a la independencia" ha afirmado Paluzie, que también ha expresado su desdén por el tacticismo de ERC y JxCAT. "La prioridad estratégica es conseguir la independencia. Todo lo demás es secundario, es táctico".
Paluzie, portavoz del sector más radical del separatismo, no oculta tampoco su desprecio por lo que interpreta como remoloneos sin ganancia de los partidos separatistas. "Retóricamente todos somos independentistas. Pero unos hablan de un referéndum acordado y otros de confrontación, aunque tampoco se acaba de decir cómo".
Sólo 75.000 inscritos
A falta de menos de dos semanas para la Diada nacionalista del 11 de septiembre, la ANC cuenta sólo con 75.000 inscritos, menos de los que se habían inscrito a estas alturas el año pasado. "Vamos un poco por debajo en número de inscritos respecto al año pasado", ha reconocido Paluzie. A renglón seguido, sin embargo, ha manifestado su convencimiento de que la Diada de este año conseguirá llegar al millón de participantes sin excesivos problemas.
Entre el separatismo empieza a cundir la sensación de que la guerra de todos contra todos en su seno, sumada a la carencia de líder, de estrategia y de resultados concretos, ha desmovilizado a los catalanes nacionalistas. Tanto es así que se teme que ni siquiera una sentencia contundente del Tribunal Supremo contra los líderes del procés sea suficiente para que el separatismo reaccione más allá de las ya habituales manifestaciones de indignación.
Unas manifestaciones que se dan por descontadas, pero también por amortizadas. Desde el punto de vista del separatismo, ese camino ya se ha recorrido en el pasado y no ha conducido a ningún lugar útil.
Un proyecto desdibujado
"La mejor respuesta a la sentencia del procés sería que volviera a ponerse en el centro el objetivo de la independencia" ha afirmado Elisenda Paluzie, que también ha respondido a la ya habitual pregunta sobre la carencia de una mayoría social suficiente por parte del separatismo aprovechando para lanzar una andanada contra la estrategia de ERC y, parcialmente, contra la de JxCAT: "Una cosa no quita la otra. Para ejercer la unilateralidad, cuantos más seamos, mejor. Pero no desdibujemos nuestro objetivo de independencia bajo la expectativa de que así tendremos más apoyos".
De las palabras de Paluzie se desprende su añoranza por aquel octubre de 2017 en el que ERC, JxCAT, la CUP, la Asociación de Municipios por la Independencia, Òmnium Cultural y la propia ANC caminaban de la mano hacia la república catalana independiente por la vía del unilateralismo. "En un momento dado, en octubre de 2017, quien tiraba de la confrontación y de la unilateralidad eran los dos partidos. Tuvimos una gran victoria yendo juntos a pesar de la negativa y de la represión del Estado" dijo Paluzie durante la entrevista de ayer.
El contraste con la situación actual es lo que mortifica a la presidenta de la ANC. Paluzie ya casi no habla de los presos más que para expresar la habitual, y retórica, indignación por su situación. Sabe que estos, y más concretamente sus esperanzas de ser indultados por Pedro Sánchez, son el principal motivo de la pérdida de gas del separatismo y del abandono, coyuntural, de la vía unilateral. Paluzie tiene prisa. Oriol Junqueras, 'los Jordis' y el resto de los procesados también, pero menos. En sus cabezas, lo primero es el indulto. Y sólo luego, la vuelta a las andadas. El procés 2.0.