Con muy pocas esperanzas, Pablo Echenique regresaba del receso para la comida a su encuentro definitivo con Carmen Calvo. Muy pocas esperanzas porque, según las fuentes consultadas en la dirección de Podemos, el partido morado "necesita que el PSOE se mueva algo, y de momento no ha sido así".
¿Moverse en qué? En el grupo confederal que preside Pablo Iglesias en el Congreso aplaudieron a rabiar la última intervención de su líder el pasado lunes por la tarde. Aquella en la que Iglesias hizo un repaso a todos los "ni hablar" que le entregó Pedro Sánchez como respuesta a cada una de sus peticiones para cerrar "el acuerdo de coalición". A saber: Competencias en Trabajo, en Hacienda, en Transición Ecológica y en Ciencia. "Ustedes nos dijeron que se quedaban con todos los ministerios de Estado y usted me dijo personalmente que al modelo valenciano, en el que todos los departamentos son mixtos, 'ni hablar' también", le espetó el líder de Podemos mientras el candidato socialista le volvía la cara, incapaz de sostenerle la mirada.
Pero en lugar de centrarse sólo en las razones de su "hartazgo", que quedaron claras el lunes en el Congreso, los de Iglesias apuntan a las dificultades de negociar con la vicepresidenta en funciones.
Porque Podemos podría seguir jugando la baza de la renuncia de Iglesias, o del acuerdo presupuestario como base programática, ya que es precisamente en esos campos en los que, según las citadas fuentes "el PSOE no se ha movido" en toda la mañana en que Echenique y Calvo han permanecido reunidos.
El caso es que en Podemos transmiten la sensación de que es la interlocutora lo que falla, pese a que ellos dicen estar "dispuestos a seguir reunidos las horas que hagan falta". Que Pedro Sánchez ha nombrado a Calvo como negociadora con el objetivo de que no haya acuerdo. "Nosotros hemos puesto a Echenique no sólo porque es su cargo, sino porque queremos el pacto, por su capacidad de llegar a acuerdos", apuntan, "y cada vez más tenemos la sensación de que Calvo está ahí para que no lo haya". Las citadas fuentes del equipo de Iglesias alegan haber estado consultando a un lado y al otro del entorno de la negociación para llegar a la conclusión de que la elección de la vicepresidenta por parte de los socialistas dificulta el avance.
Otros "culpables"
En Podemos recuerdan con muchos escollos la negociación del acuerdo para el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019. Pero que el ambiente de trabajo entre el equipo negociador liderado por Echenique y el que comandaba la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, era "muy bueno, con diferencias lógicas, pero con entendimiento". Y que este caso se aleja mucho de aquél.
Durante la tramitación de los PGE, fue Nadia Calviño, ministra de Economía, la bestia negra de Podemos -"es el submarino neoliberal europeo dentro del Gobierno", decían, "no quiere revalorizar las pensiones ni sacar los Presupuestos"-.
En estos tres meses desde el 28-A acusaron al PSOE de "no querer negociar", señalando a Iván Redondo, jefe de gabinete de Sánchez, como demiurgo detrás de la representación en los medios, ahora la mala de la película es Carmen Calvo. Y a José Luis Ábalos también se lo señaló como el culpable de que no se cumplieran los compromisos firmados respecto al control de los precios del alquiler, además de ser el brazo político de las "maniobras de márketing" de Redondo a favor de un acercamiento de los socialistas a Ciudadanos.
Podemos cree estar cargado de razones y su líder las expresó todas en aquella última intervención en la que repasó sus cesiones y peticiones. Una explosión parlamentaria que incluso dejó sin palabras al presidente, que no quiso o supo responder, renunciando a su turno de contrarréplica. Y ahora, sin embargo, apunta a que es la elegida para atender sus requerimientos la persona que, precisamente, menos quiere hacerlo.